El 2 de julio de un lejano 2019 se estrenaba Spider-Man: Far From Home (2019), la producción de Marvel Studios que funcionaba como un epílogo de Avengers: Endgame (2019), y en retrospectiva, la última película que tendríamos en los cines de esta productora durante dos años. Si, nadie podía imaginar en esos meses lo que el mundo entero estaría por vivir meses después. La nueva aventura de Tom Holland/Peter Parker funcionaría como cierre de esta fase y el epílogo de la misma serviría como un anticipo de lo que nos esperaría en la esperada Phase Four... pero eventos de la vida real relacionados con un virus mortal que sumirían al planeta en una pandemia interminable terminarían por modificar la agenda de absolutamente todo el mundo del espectáculo, y eso lamentablemente no excluyó al Dios de Hollywood, Kevin Feige. La aventura cinematográfica en solitario del único Avenger que perdió la vida en este capítulo final del equipo de superhéroes más poderoso del cine sufriría una serie de postergaciones y retrasos ridículos, pero terminaría siendo la punta de lanza del regreso a un vestigio de la vida antes del flagelo apocalíptico.
Pequeño disclaimer de La Columna de Logan
Veo necesario, antes de seguir con la reseña del film de nuestra amada Natasha Romanoff, dedicarles una líneas a explicar los motivos de la falta de continuidad de reseñas en este sitio y esta columna, sobre todo porque soy consciente hay un número de lectores que disfruta del espacio (de lo contrario que estoy haciendo escribiendo en el mismo, ¿no?), y muchos de ellos solo tienen contacto conmigo a través del mismo. La pandemia nos afectó a todos, y eso incluye a quien escribe estas líneas, por supuesto. En mi caso particular solamente estuve inactivo 3 semanas una vez dictada la "cuarentena", y luego regresé a mi trabajo habitual, el cual en poco tiempo aumentó la cantidad de horas diarias debido a que era una de las pocas personas que por cuestiones de edad y salud podía trasladarme al domicilio del local comercial donde desempeño mi labor. Esto hizo que tuviera que dedicarle mucha energía al trabajo, en detrimento de la que podía disponer para mis hobbies y mi tiempo libre. De todos modos encontraba tiempo para seguir escribiendo en mi columna mensual en Comiqueando, seguramente porque el formato de dicha sección no tiene demasiado dinamismo y es mas bien algo bastante estructurado. Durante mucho tiempo pensé que la pandemia debería verse como una oportunidad para cambiar, para mejorar, evolucionar, para ofrecer algo más, con un enfoque distinto, con un análisis o una aproximación más interesante, sobre todo en lo que se refiere a Tierra Freak, el sitio que me permitió comenzar a desarrollarme como redactor. Intenté un montón de combinaciones, escribí un montón de textos que jamás llegaron a estar online porque nada me convencía, nada parecía estar a la altura de lo que quería lograr. Releía mis reseñas recientes y me parecían todas planas, en todas decía lo mismo con distintas palabras, todas avanzaban hacia el mismo punto, todas tenían el mismo enfoque. Llegué a pensar incluso que esto no era lo mío. Vengo escribiendo regularmente en este sitio desde el 2012, el año que viene se van a cumplir 10 años de eso, y quiero creer que en una década de escritura logré avances, pero lo cierto es que me cuesta encontrarlos. Y sigo en la misma encrucijada, solo que la diferencia es que decidí dejar de darle tanta importancia al tema, por el momento, y volver a poner mis fuerzas y energías en producir para el sitio, como lo hice meses atrás. La última vez que escribí una entrada fue para el estreno de la serie de Superman y Lois, a finales de febrero de este año... una vergüenza. A los que esperan actividad en el sitio les pido mil disculpas, así como también a quienes me hicieron el aguante todos estos años. Vuelvo a asumir el compromiso de escribir de manera regular en el sitio, contándoles acerca de mi consumo cultural y acercándoles recomendaciones de material al cual deberían darle una oportunidad. Y de nuevo, mil disculpas.
La previa
La posibilidad de que Natasha Romanoff tuviera su propia película live-action se remonta al 2004, cuatro años antes incluso de que Marvel Studios estrenara Iron Man (2008). En ese momento la licencia de Black Widow era de Lionsgate, y el muerto de hambre de David Hayter venía de co-escribir los guiones de X-Men (2000) y X2 (2003), y asociado con Avi Arad, quien era el "Kevin Feige" de Marvel esos años, pretendía llevar adelante una versión de nuestra espía pelirroja favorita tomando elementos de Tomb Raider (2001), Kill Bill (2003), BloodRayne (2005), Ultraviolet (2006) y Æon Flux (2005). O sea, durante al menos 2 años y medio estuvo dando vueltas con este proyecto, utilizando estos films como ejemplos de que era factible apostar por una protagonista femenina en un film de acción. Cuando Æon Flux fue un fracaso en la taquilla, Lionsgate puso el proyecto en el freezer.
Luego llegaron Feige, Tony Stark e Iron Man 2 (2010), y antes de eso incluso Emily Blunt estuvo a punto de firmar esos contratos leoninos para Marvel Studios donde entregas tu alma y un poco más por una enorme cantidad de películas para dar vida a un personaje, pero no, cuestiones de agenda y del destino pusieron a la atractiva y muy capaz Scarlett Johansson para llevar adelante al personaje, y el resto es historia conocida. ¿Lo es...?
El proyecto de una película en solitario para Black Widow siempre fue una prioridad para Kevin Feige, aunque esto a la distancia no pueda apreciarse. La idea del mismo comienza a germinar una vez estrenada Iron Man 2, pero la agenda de la productora en esos años se fue enfocando en otras prioridades. Sin embargo, año tras año, Feige y Johansson seguían conversando acerca de la aproximación que querían de dicho film, lo que querían contar, el tono que estaban buscando, y cuando Scarlett se quiso avivar ya estaba trabajando como productora ejecutiva, buscando guionistas para el proyecto y también potenciales directoras. La lista de realizadores que estuvieron a punto de comprometerse con esta película es enorme, e incluye luminarias como Joss Whedon (quería hacer una film con el espíritu de John Le Carré en crack), Chloé Zhao [que terminó siendo la escritora principal y directora de Eternals (2021)], Amma Asante e incluso nuestra coterránea Lucrecia Martel, quien tuvo sus 15 minutos de fama Hollywoodenses al revelar que se bajó del proyecto porque reconoció que no sabe dirigir escenas de acción y desde la productora le dijeron que no se preocupara por eso, que tenían equipos técnicos con coreógrafos especializados en el tema que la iban a asistir... pero no, guarda: ¡¡¡el Ratón quería comprometer la "visión" de Martel (?), malditos déspotas formuláicos!!!
Finalmente Scarlett dio con la directora que podría ofrecer el tono que ella estaba buscando, y la misma es la australiana Cate Shortland, quien enamoró a nuestra protagonista con su multipremiada Lore (2012), que, oh casualidad, nos narra el viaje de la mujer que da nombre al film y sus hermanos por media Alemania para poder reunirse con su abuela luego de finalizada la 2da Guerra Mundial, ya que sus padres han desaparecidos por ser agentes de la SS (los Schutzstaffel, una agrupación paramilitar con privilegios para actuar con mano dura, ponele). La escritura final del guión del film estuvo a cargo de Eric Pearson, quien además de haber colaborado con el guión de Thor: Ragnarok (2017), estuvo encima de la escritura de 8 episodios de Agent Carter (tome todo mi dinero, señor) sumado al corto que protagonizó Hayley Atwell dando vida a Peggy Carter, y también del guión de la reciente Godzilla vs. Kong (2021).
Teniendo en cuenta que la pandemia aún no concluyó y estamos lejos de que eso ocurra, el estreno de Black Widow trajo consigo uno de los tantos cambios en la dinámica que tuvieron que poner en práctica muchas productoras culpa del contexto: el evento se dio en simultáneo tanto en cines como en la plataforma Disney Plus, pero con la salvedad de que quienes la quieran consumir por streaming deberán pagar un excedente, el estreno de la misma no se incluye en la grilla habitual.
Hijas de la Sala Roja
Tranquilo, mi querido lector, que mi intención es dejar un comentario sobre lo que me pareció esta película, y para lograr mi cometido no necesito spoilear absolutamente nada que se haya mantenido en el más absoluto de los misterios hasta el día de hoy.
Y claro, cuando un film se retrasa más de un año de su fecha de estreno original, este resguardo toma toda una nueva dimensión porque... ¿realmente queda algo por revelar? ¿Había algo que no se sabía antes del estreno? Decir que los trailers de Black Widow fueron "analizados" es ser generosos. Estos avances fueron diseccionados digitalmente y prácticamente la totalidad de la trama fue reconstruida a través de ellos, dejando poco lugar para el "misterio". Y sin embargo la producción se las ingenió para meter 2 o 3 plots-twists que no te los ves venir.
La película funciona y entretiene, y al final del día es lo que importa. El 3er acto es bastante sólido y le da un cierre coherente al guión, aunque peca de la espectacularidad a la que se ven obligadas a finalizar no solamente todas las películas de Marvel Studios sino también el grueso del cine de acción Hollywoodense, solo que en este caso la historia que nos estaban narrando quizás dictaba otro tipo de cierre más terrenal y visceral. Por suerte, si bien las escenas de acción son varias y están bastante bien resueltas, el pulso y el tono del film está dictados por la reconstrucción de la disfuncional familia adoptiva de Natasha Romanoff, pero sobre todo por la tensión entre ella y su hermana, Yelena Belova, magistralmente caracterizada por Florence Pugh. La actriz deja absolutamente todo en la cancha, y construye un personaje memorable, muy empático e impulsivo, con la palanca de cambios puesta en lo emocional, lo cual le permite marcar una línea entre ella y Natasha a la hora de definirse ambas como Black Widows. Esto es emocionante porque queda claro al finalizar la película que probablemente jamás volveremos a ver a Scarlett caracterizar a este personaje salvo en algún flashback o con algún cameo por una ilusión de Loki, pero el futuro de la Black Widow de Florence es prometedor y recién empieza.
En los primeros minutos del film el foco está puesto en el abuso infantil por parte de una facción comunista que tiene a un contratista, Dreykov, en la piel del genial Ray Winstone, que lleva adelante el proyecto Red Room, una suerte de ejército de perfectas asesinas adoctrinadas por un sistema diseñado por él, pero lo más llamativo de todo esto son los esfuerzos que han hecho para estirar una Guerra Fría inexistente y así poder clavar una versión MCU de "The Americans", en pleno 1995. El mayor problema que tuvieron con Natasha es justamente el mismo que podrían haber tenido con el Capitán América si no se la hubieran jugado por dejarlo congelado más de medio siglo y así poder corresponder al origen real del personaje. Acá tenemos un "Red Guardian" que supuestamente sería la versión comunista del Capi, pero la realidad es que jamás se vieron las caras porque sus años de actividad se dieron durante los '80 y '90, décadas en las que el Steve Rogers del MCU aún estaba freezado. Y así como esa discrepancia aparecen otras que solamente le hacen ruido a aquel que esté muy pendiente de los tiempos y los conflictos sociopolíticos de cada época, por supuesto que al infeliz cabeza de termo que sigue viviendo la Guerra Fría al día de hoy estos detalles se le van a escapar completamente.
Más allá de esto, en términos generales la labor de Cate Shortland es gratificante, balanceando de manera bastante digna la tensión entre los protagonistas con machaca de la buena, poniendo el foco en el camino emocional que terminó transformando a Natasha en la Avenger que pudimos ver en Avengers: Infinity War (2018), ya que esta producción está ubicada, cronológicamente hablando, horas antes de los eventos que se van desencadenando en dicho film. La película no es fundamental para la comprensión del entramado del MCU pero es muy entretenida y le otorga el cierre justo que el personaje requería, es la despedida que Scarlett Johansson merecía luego de haberle dedicado una década de su vida al mismo. Y muchos coincidirán conmigo en que, en retrospectiva, termina siendo una de las despedidas más dignas de los Avengers originales de este universo cinematográfico. Nos estamos leyendo muy pronto, acá, en Tierra Freak.