jueves, 2 de marzo de 2017

25 años de Image - 25 comics fundamentales - Parte 1 - La Columa de Logan.




En el presente mes de febrero que está a punto de renunciar e irse –uno más que renuncia, sí…-, la editorial norteamericana Image está festejando sus 25 años, y aquí en Tierra Freak no quisimos ser menos que el resto y nos pareció propicio homenajear a esta empresa con una entrada a la altura del acontecimiento.

Si sos lector de historietas y tenés más 25 años –y llevás más de la mitad de tu vida leyendo este medio-, cabe la posibilidad que te sepas de taquito la historia del origen de esta editorial, pero de no ser así te invito a que escuches el último Tak Tak Duken de nuestro administrador Saki Chan en compañía de su co-equiper Shingo, en el cual desde el minuto 47 en adelante te cuentan la revolucionaria movida que terminó dando origen a esta empresa que durante años se destacó por ser aquel lugar donde reinaba la libertad, el buen papel y los dibujos más llamativos del mercado, pero sus publicaciones se caracterizaban en casi todos los casos por una falta de sustancia en las tramas y el desarrollo de los personajes. Todo cambió al comenzar a transitar los primeros años del nuevo siglo, y cuando nos quisimos dar cuenta Image era sinónimo del comic Indie-mainstream más interesante del mercado. 

Como 25 son los años que cumple, a mí me toca la ardua tarea de seleccionar las 25 series regulares que más se han destacado hasta hoy, ya sea por la calidad de la propuesta en términos generales y por el impacto socio-cultural que tuvo la misma producto de esto, o por el riesgo que corrieron los autores al llevar adelante tan osada producción, la cual no siempre fue recibida con altas ventas pero al menos tuvo el reconocimiento de la crítica. Sin más, comienzo este largo recorrido dividido en dos entradas (la próxima la semana que viene), procurando resumir en pocas líneas el porqué es indispensable que leas esta serie.



Savage Dragon

Erik Larsen no fue, quizás, una de las incorporaciones tempranas que más llamó la atención en su momento, eclipsado por el aura fulgurante que rodeaba a nombres como Todd McFarlane, Jim Lee, Marc Silvestri, Jim Valentino y, cómo no, también Rob Liefeld, pero sin embargo terminó siendo el que presentó el proyecto más sólido y casi el más longevo de toda la editorial, ya que solo Spawn ha podido superar su continuidad y presencia en el mercado. Así y todo, Larsen, a diferencia del amigo Todd, no se ha bajado ni de los guiones ni de las portadas ni de los lápices de su creación más festejada, y es el único artista integral que se ha mantenido al pie del cañón con su obra desde comienzos de los ’90. Festejar los 25 años de Image significa, entre otras cosas, festejar 25 años de publicación ininterrumpida de Savage Dragon, que aún con sus “huecos” en la periodicidad (una constante en esta editorial, de todos modos), sigue entregando esa perfecta combinación de aventura, acción y drama.

Así que… pueden decir todas las estupideces que quieran quienes hablen maravillas del éxodo que llevaron adelante en su momento Jim Lee, McFarlane y compañía, el único que realmente tuvo los huevos de sostener esa postura hasta el presente fue Erik Larsen. Y, bueno, McFarlane no continuó al frente de su obra, Spawn, con sus lápices y tintas pero siguió guionizándola un buen tiempo, y luego la largó, y años después regresó al guión y tengo entendido sigue al frente de los mismos al día de hoy, pero no se bajó los pantalones 5 minutos después y regresó a Marvel o D.C. a pedir laburo, como sí hicieron el resto de sus colegas. Y Larsen, está bien, tuvo colaboraciones con esas editoriales, por supuesto, pero no abandonó jamás el barco y siguió como autor integral de Savage Dragon. Un genio que lleva adelante algo poco común en el mercado yanquie.

¿Y de qué va esta serie? Bueno, su protagonista, Dragon, es un oficial del Departamento de policía de Chicago que trabaja codo a codo con Alex Wilde, con quien tiempo después tendría una relación “casual”. Además de su apariencia “mutante” de piel verde sumado a su llamativa cresta de lagarto, el oficial Dragon cuenta con superfuerza, una alta resistencia al daño y un factor de regeneración que quizás no es tan zarpado como el del enano canadiense más famoso de Marvel pero le pega en el palo. Y claramente este “resumen” no le hace honor a los 223 números que tiene la serie, pero sirve como tarjeta de invitación para que le den una oportunidad.

The Maxx

Deduzco esta será la primer entrada “polémica” de la lista, pero por supuesto yo la banco a muerte. La creación de Sam Kieth, a mi entender, fue una de las más representativas del fenómeno que estaba viviendo el mercado yanquie durante los nefastos ‘90, pero esta serie regular supo distinguirse del resto por presentar un tratamiento y un enfoque mucho más interesante que el resto de sus congéneres. Ya de por sí los lápices de Kieth no se correspondían con las tendencias del momento, aún cuando muchos de sus diseños de personajes tuvieran músculos desproporcionados, su narrativa y su puesta en página era sucia, por momentos poco clara y muchas veces caótica, buscando diferenciar estéticamente dos estados de existencia. Y desde el guión, Sam estaba todo el tiempo riéndose de la industria, muchos de sus personajes son una sátira de héroes o villanos que incluso convivían en la misma editorial que su creación. No en vano Alan Moore ha declarado un par de veces su simpatía por esta serie, y ha sustentado esta opinión colaborando con el guión en un número… igual, tampoco hay que agarrarse muy fuerte de eso, ya que también colaboró con números de Spawn, ¿no?

La serie tiene como protagonista a Dave, un vagabundo rastrero y harapiento que vive en un callejón mugroso y tiene el delirio de creerse un superhéroe de nombre Maxx, y la realidad es que la única que más o menos le sigue la corriente es una asistente social de nombre Julie, una tipa que carga con un pasado complicado que la terminó depositando en el camino de personas como Dave, a quien le termina salvando el orto más de una vez. Pero no todo lo que Dave fabula son delirios, existe otro plano llamado Outback en el cual efectivamente nuestro protagonista es The Maxx, protector de la Jungle Queen, una reina que ve su existencia amenazada por la aparición de villanos como Mr. Gone, un asesino serial que establecerá un enlace entre ésta soberana y nuestra Julie en el mundo real, y cuenta con un enorme conocimiento sobre las leyes que rigen el Outback y la gente que habita ese plano, y usa el mismo para influenciar personas a su gusto.

The Maxx es una serie muy retorcida, disparatada, con mucha carga lírica y surrealista, y muy mala leche… y creo que su único defecto es que Kieth no supo darle un cierre digno a la misma, luego de sus 35 números y un par de cruces con otros comics. Pero eso no quita que sea un comic muy complejo, poco común y con un tratamiento gráfico muy particular, casi experimental, que funcionó perfectamente para sostener un relato turbio llevado adelante por personajes sombríos y quebrados. The Maxx es una muestra clara de que no todo lo que estaba produciendo Image en esos años era una bosta.

Gen 13

Si con la elección de The Maxx prendieron la mecha, con Gen 13 ya me están tirando el bidón de gasolina encima. Antes de que mi cuerpo arda en llamas, por favor denme una oportunidad de poder explayarme en el porqué de esta inclusión. Uno de los principales motivos –y esto suena muy mal pero es la pura realidad- es que Gen 13 le permitió a un muerto de hambre como Scott Campbell que comenzara a alejarse de la sombre de ese artista que estaba imitando (Jim Lee) y encontrara su propio estilo, con sus propios diseños de personaje y hasta una narrativa medianamente particular.
¡Ah no, pero que genial, ¿eh?! ¡No, bueno, gracias Gen 13 por haber dejado que uno de los 10 dibujantes más importantes de los últimos 25 años diera sus primeros pasos, claro que sí!

Los estoy escuchando, y sí, tienen razón, la carrera de Campbell post-Gen 13 es paupérrima, y la verdad es que hoy por hoy volvió a ser un muerto de hambre al que nadie le importa lo que carajo haga con su vida, pero en esos 20 números que entregó para la serie hizo un trabajo muy digno que le permitió, al menos a mi generación, poder recordarlo incluso al día de hoy. Y si alguna vez alguien lo trae de visita a este país, un pancho y una coca le pagamos. De una.

Otro punto a considerar es que no toda la serie es digna de leerse. Sin duda alguna lo más destacable son esos 20 números con arte de Campbell y la miniserie inicial, pero luego hay momentos donde la serie supo ponerse muy arriba y otros donde no paraba de tocar fondo. Y es que aunque no lo crean Gen 13 tiene 4 fucking volúmenes, ya que si consideramos la miniserie uno de ellos, el 2do cuenta con 80 números, el 3ro con 17 y el 4to y último con 39, una bocha para un comic que hoy nadie quiere recordar. Y por sus páginas pasaron artistas de la talla de Gary Frank, Scott Lobdell, Adam Warren, Ale Garza, Talent Caldwell, Gail Simone e inclusive Chris Claremont… si, leyeron bien: la leyenda mutante también se metió con la sexy Caitlin Fairchild y sus amigos. Si yo te digo que es carnaval, vos salí a la calle y apretá el pomo, maestro (?).

¿Por qué entonces un comic tan desparejo forma parte de esta lista? Bueno, en principio porque es lo único que puedo rescatar del WildStorm pre-adquisición de D.C. Comics, el sub-sello inicial que formó parte de Image. Si pudiera, pondría a The Authority en esta lista, una serie que está 5 escalones por encima de Gen 13, pero no puedo… cuando este comic comienza en 1999, Wildstorm ya formaba parte de D.C. Comics, el chino Lee había vendido su alma ya. WildC.A.T.S. y Stormwatch francamente siempre me parecieron una basura, una bosta imposible de leer, ni hablar de Wetworks, una de las peores basuras que este sub-sello editorial parió.

Pero la elección tampoco pasa solo por ahí, o por el arte de Campbell, por supuesto. Gen 13 supo transmitir, en sus buenas épocas, lo que en las editoriales competidores en esa década no podían: el espíritu adolescente imperante envuelto en aventuras con mucha acción y una pizca de espionaje. El exceso de testosterona que destilaban casi todos los comics de Image de esos años acá en Gen 13 tomaba otro color, aparecía tenuemente el manejo del humor como una herramienta narrativa, los diálogos no se sentían tan acartonados y forzados, las relaciones entre los protagonistas eran una pizca más interesante que en el resto de las publicaciones, y el balance entre lo ordinario y lo extraordinario estaba muy bien manejado. Gen 13 fue un comic digno que formó parte de una avanzada nefasta y olvidable pero supo destacarse por un conjunto de elementos que durante un tiempo funcionaron muy bien. Y está el temita del “Girl-Power”, que en esa época era o bien un tópico que nadie trataba, o bien cuando se lo tocaba se caía en clichés estúpidos y desgastados… Gen 13 también tuvo su aporte creativo en esa arista, no por nada en cierto momento le ofrecieron la oportunidad de resucitar la franquicia a alguien como Simone, quien aceptó encantada porque vio el potencial que esos personajes tenían.

Supreme

Ya estoy prendido fuego, amigo, no me importa nada, me voy al infierno, y me llevo a Supreme conmigo. ¡Giles!

Sí, tengo que poner a Supreme en esta lista, no me queda otra. Estoy contra la pared, completamente entregado y con los pantalones abajo… pero lo tengo que hacer.

Supreme, creación del escritor y dibujante más vapuleado y defenestrado (con justa razón) por toda la comunidad comiquera que tenga algo de sentido común: Rob Liefeld. Pero pasa algo: no tienen que leerse todo Supreme, solo tienen que saltar hasta el #41 y agarrar el reboot que escribe Alan Moore. Eso. No es una mini-serie, no es un elseworld de Supreme, no: Rob lo invitó a Alan Moore a colaborar con el personaje, y el barbeta le dijo que sí con una condición: poder reinterpretar al personaje a su antojo, porque básicamente lo que había leído del personaje hasta el momento le parecía una mierda. Rob le dijo que sí (¿qué otra cosa podía decir el muerto ese, no?), y Alan escribió una de las mejores parodias de Superman y del género superheróico de toda su puta carrera.
Y cagate de la risa: el hijo de mil puta de Moore no contradice los nefastos 40 números anteriores en su nueva interpretación del personaje, todo lo contrario, encuentra la forma de incorporarlos a la nueva narración. Del 41 al 56, solo 16 números, indispensables para todo lector que se precie de serlo. No te digo nada más porque cualquier otra cosa que agregue te va a cagar la experiencia. Andá, buscalos y leelos. Y después volvé y comentá acá abajo.

Astro City

Salvado por la campana en el último minuto, vamos con una fija que todos bancamos: la épica antología superheróica de Kurt Busiek comenzó su andadura en Image en 1995, y se mantuvo ahí hasta su primer parate en 1998. Luego regresó en el 2003, pero ya para Homage/Wildstorm/D.C. Comics, y su último regreso fue en el 2013 para Vertigo (?).

Pero más allá de todas estas movidas, considero válida la inclusión de este título en esta lista no solo porque comenzó en Image, la serie principal se desarrolló casi completa dentro de esta editorial. Lo que siguió en el 2003, Local Heroes y The Dark Age, no solo son “secuelas”, en algún punto casi podría decir que una de ellas es un spin-off.

Astro City es un proyecto magnánimo, es sin duda alguna la obra más ambiciosa de Busiek, y para colmo estéticamente nunca ha perdido su personalidad: el dibujante Brent Anderson y el portadista Alex Ross siempre han acompañado al escritor en el relato coral de esta serie de personajes que, con sendos protagonismos o con excepcionales cameos han sabido nutrir a esta gloriosa Astro City de la dosis justa de melodrama y aventura clásica superheróica poniendo al día un centenar de conceptos extrapolados de la Silver Age. Astro City es una obra enorme y hermosa, un trabajo titánico llevado adelante por artistas que aman este medio y sobre todo este género dentro del mismo, y lo demuestran página a página. Imperdible.

Mage

Dos palabras: Matt Wagner. Seh, el tipo de Grendel, ese. Técnicamente Mage no comenzó en Image sino en Comico, otra editorial independiente… así que, podríamos decir que en algún punto estoy haciendo trampa acá, pero todo el volumen dos fue publicado en Image, desde 1997 hasta 1999. Y si estoy haciendo trampa, ¡demándenme, zopencos!

Mage lo agarra a Wagner en un momento de crecimiento personal y profesional, y eso es genial porque se puede leer entre líneas y percibir en el desarrollo de la historia. Inicialmente pensada como una trilogía (de la que solo han salido a la venta las dos primeras partes), Mage nos narra las aventuras de Kevin Matchstick, un joven marginado que conoce a un mago llamado Mirth y descubre que posee un bate de béisbol mágico y habilidades superhumanas. Al principio las cosas parecen medio complicadas y entreveradas pero todo comienza a tomar forma cuando descubrimos que en realidad Mirth es Merlín, el bate es Excalibur y Kevin, de alguna forma ambigua, es el King Arthur. Y a medida que la serie avanza y Wagner desarrolla cada vez más y mejor sus aptitudes, Matchstick también acepta su destino y descubre la llama que hay en su interior.

Mage no es una reinterpretación moderna de ese mito ni tampoco una relectura o una continuación de los mismos, es una invitación a jugar con elementos mitológicos situándolos en escenarios exóticos –exóticos para el origen y la condición de esos elementos, no necesariamente para nosotros o Kevin- y exponiéndolos a nuevos dilemas morales concatenados con frescos desafíos, muchos de ellos altamente peligrosos. Están invitados a la mesa.

Powers

Con una serie de televisión ya cancelada pero que pudo poner al aire 2 temporadas, 4 volúmenes publicados y contando, y una entrada en este sitio dedicada al piloto de dicho show televisivo pero en la cual también me explayé sobre el comic, poco más puedo agregar sobre el porqué de la inclusión de la obra de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming en esta lista. Powers es un muy entretenido policial superheróico que no se cansa de hacer hincapié en el peligro que representan los seres alterados, o superhombres, sean Héroes o Villanos, y a través de sus protagonistas y los personajes que los rodean Bendis y Avon Oeming nos van construyendo, hacia atrás y hacia adelante, un universo complejo repleto de matices muy oscuros y cargado de tensión y acción. Lectura indispensable, sépanlo.

Y con Powers concluye la primer entrega de este homenaje. ¿Qué, cómo…? Sí, claro, querido lector, paso a explicar: de 25 comics que pretendo listar acá solo he mencionado siete, eso quiere decir que me quedan aún 18 series para recuperar. Pero sucede lo siguiente: estas series que hoy me tomé el trabajo de traer del baúl de los recuerdos pertenecen casi sin excepción a una etapa de Image, la primera, la más polémica de todas, la que nadie quiere recordar y a muchos incluso les cuesta aceptar. El resto de las series que incluiré ya forman parte de ese nuevo proyecto editorial al que etiqueté como Indie-Mainstream al comienzo de la entrada, el cual incluye material que en su mayoría comenzaron su andadura los últimos 10 años. Además, muchas de las series que voy a mencionar la semana que viene ya han tenido una entrada en este sitio, razón por la cual, como hice con Powers, el espacio que voy a dedicarles será menor, no porque no lo merezcan sino porque detesto ser redundante. Nos volvemos a leer en 7 días, porque 7 son las series que mencioné hoy… ¿Dónde? Acá, en Tierra Freak.