martes, 17 de febrero de 2015

Las películas de Saint Seiya hablan del faso - El Mangazo de Manipuladora.



Evocando el viejo gag de Capusotto, no encuentro mejor manera para referirme a todas las adaptaciones de Saint Seiya que se emitieron en el cine. Sí, todas. Sin discusión. Todas.
Pasando desde las emitidas en los 80s hasta la última adaptación que pasó por los cines argentinos el año pasado con el nombre de “Saint Seiya: La leyenda del Santuario”, todas tienen un guión discutible.
Como hice en su momento con las películas de Dragon Ball con el fin de analizar si tanta crítica estaba justificada cuando todas las películas son parecidas, ahora le toca a Saint Seiya.
Por eso, haciendo tiempito mientras esperamos el estreno de Soul of Gold, hoy vamos a hacer un repaso por todas las películas de Saint Seiya que se emitieron a lo largo de los casi treinta años que lleva el manga de vida.
Como siempre aviso, aunque no soy de spoilear demasiado, si no viste estas películas no es muy conveniente que leas la nota.





Saint Seiya: Jashin Eris (1987)

Luego de un año de que Toei estuviera robando con la serie de TV de Saint Seiya, decidieron dar el paso grande y estrenaron “La batalla con Eris” en Japón.
En esta película vemos cono Eri, una pibita que conoce Hyoga en el orfanato de Seiya y que le tiene todas las ganas, se convierte en la Diosa que busca dominar la Tierra en lugar de Athena. Porque Eri, Eris. ¿Entendés? Qué capos de la creatividad estos ponjas.
Eris secuestra a Athena y le da un cambio de ropa mientras absorbe su poder para terminar de volver a la vida y la cuelga en un palo. Mientras en algún lugar, los santos descubren que Athena y Eri desaparecieron e ignorando a la segunda, van a buscar a la primera. En el camino se encuentran con los malos que defienden a Eris y tienen batallas relocas. Hyoga es el primero en descubrir a su amigovia como malo maloso y Shun se resiste un poco en su pelea correspondiente antes de ser salvado por Ikki, tal como se va a ver en absolutamente TODAS las películas. Nada del caballero copado que vemos en el manga, acá no entendés como Shun sabe caminar de lo gil que es.
Los santos deberán derrotar a Eris y rescatar a Athena, antes de que se quede sin energía y la película sin tiempo.
Este film se estrenó el 18 de Julio de 1987 y fue dirigida por Kouzou Morishita, quién laburó en la serie original así como en algunos otras series conocidas como Dragon Ball pero nada como director. La música es un reciclado de la serie de TV, como en casi todas las películas, pero igualmente le damos crédito a Seiji Yokoyama porque es un genio indiscutible. Además, ya podemos ver ese estilo muy de Asgard –que estará presente en las siguientes tres películas- en la animación donde el pelo de los caballeros ondea contra el viento y los poderes fabulosamente, y los ojos les brillan cuando los están fajando duro.


Saint Seiya: Kamigami no Atsuki Tatakai (1988)
 
La ardiente batalla de los Dioses” es, a mi parecer, la película más drogona de todas y es que no tiene sentido para nada y vamos a ver el por qué.
Los santos junto con Athena van a Asgard a buscar a Hyoga que se perdió por ahí y nunca llamó a casa para avisar que iba a llegar tarde. En el lugar, Athena “interroga” a Dolbar, la reencarnación de Odin, sobre si sabe algo de su hijo perdido. Este tipo que habla arrastrando las palabras y tiene una cara de haber comida una pizza de hace tres semanas, le dice que no tiene idea. Al salir de la habitación, Athena se cruza con un pibe rubio y su hermana que se le queda mirando porque dice que siente que la conoce desde hace mucho (?!!). Este muchacho le ofrece asilo a la Diosa junto a sus caballeros, mientras se hace el machote y le asegura que va a encontrar a Hyoga. Acto seguido, va a enfrentar a Dolbar por la actitud dudosa de uno de sus caballeros y este lo encierra para castigarlo. Seiya, que se cansó de esperar, va a buscar a Hyoga con Shiryu mientras a Shun le dice que se quede en la cocina a lavar los platos. En el camino, se enfrentan a los caballeros de Dolbar y un oh-misterioso-caballero-de-rojo-muy-similar-a-Hyoga mientras Athena engañada acude al malo. Él la pegará a una roca, condenándola a mirar la destrucción de la tierra para siempre y los caballeros, de nuevo, deberán salvarla. Con cambio de ropa incluido porque Athena le gusta ser una diosa en todas sus formas. Destacable es que Athena en las películas se comporta como una Diosa y con mucho huevo, no escatima en enfrentarse a los malos.
Ahora bien, estamos hablando de algo que dura 45 min. y está basado en un extra del manga pero aun así no tiene sentido alguno. Frey, el pibito rubio, representa un rol importante en la película que queda a tu imaginación y conocimiento porque en sí, no te explican nada. El film tiene un desarrollo obvio y él juega un papel importante porque… eh… sí. Vos nada más sentate y asumilo.
Esta cosa que nos regala otra vez a Shun cayéndose al piso solo y siendo salvado por Ikki, está dirigida por Yamaguchi Shigeyasu, que mencioné también en la nota de Dragon Ball por haber sido el encargado de algunas de las películas de Broly. Se estrenó en cines ponjas el 18 de marzo de 1988 y la música una vez más fue la misma.


Saint Seiya: Shinku no Shounen Densetsu (1988)

La leyenda de la juventud escarlata” (¿eh?) es la tercera película de Saint Seiya y la más recordada en Argentina por haber sido parte del opening ese con los gallegos cantando que vimos con la serie de TV. También es la única película estrenada en los ochentas de los caballeros, que dura más de 45 minutos y eso no está aprovechado para nada.
La historia también empieza muy fumona, con Athena drogonamente feliz porque su hermano Abel, el Dios, la vino a ver. Él, junto a sus santos y los caballeros de oro muertos en las doce casas, desprecian a los pobre cuatro giles que se mataron protegiéndola y les dicen que ahora ellos se van a encargar de cuidar a la Diosa de la Tierra.
Nuestros cuatro protagonistas (porque Ikki como siempre no está al principio), debaten que hacer mientras Seiya se cae sin razón varias veces en la película. Athena, quien en un principio parecía estar de su lado, traiciona a Abel en pos de la Tierra porque no quiere que la haga trizas. Abel, dolido de que su hermana no lo haya apoyado, la condena a la tierra de los muertos y los santos deberán salvarla antes de que alcance la muerte. Camus y Shura, revividos para proteger a Athena, se rebelan a Abel, mientras Afrodita y Cáncer aprovechan para tener sus respectivas venganzas.  Al mismo tiempo, Seiya recibe clases de cómo ser un genio de Saga.
Punto aparte se merece la pelea de Shun con Afrodita, que después de haberle ganado gloriosamente en las Doce Casas, acá fue estupidizado por los animadores y salvado una vez más por Ikki sin casi poner resistencia. Una indignación total. Pónganle un moño y mándenlo a Sailor Moon si lo van a retratar así.
Otra escena a resaltar es cuando Seiya agoniza y piensa en Athena para avanzar, se la imagina bailando en círculos. No sé de quién fue esa idea pero es genial. DO-RO-GA.
Como pasa en las películas anteriores, la armadura de Sagitario los ayuda y Seiya salva las papas, tomándose tooooodo el tiempo del mundo para tirar una mísera flecha.
Esta película se estrenó el 23 de julio de 1988 y fue otra de las creaciones de Yamaguchi Shigeyasu, esta vez la música varía un poco porque Yokoyama Seiji es un genio. Ah, ¿ya lo dije?

Saint Seiya: Saishuu Seisen no Senshi-tachi (1989)

Guerreros de la batalla sagrada final” se estrenó en cines japoneses el 18 de marzo de 1989 y fue la última película de Saint Seiya durante muchos años. Para ese entonces, el anime estaba entrando en su etapa final y esto lo notamos claramente con el cambio drástico de animación que hubo entre la tercera y la cuarta película. Hecho que le jugó a favor en parte y en otra no, porque los diseños de los enemigos son horrendos. Y que me perdone Shingo Araki en el cielo, pero apestan mucho.
En la historia podemos ver a Lucifer, el ángel caído con apariencia de travesti de Palermo (no los que le gustan al jugador, los del barrio), que revivió gracias a los poderes de todos los malos malotes anteriores: Eris, Abel y Poseidón que los podemos observar varias veces en la película mientras se ríen sin parar porque son muy malotes. A Dolbar, lo dejaron afuera por feo e inventado.
Lucifer le rompe a Athena su estatua, y eso la deprime tanto que decide sacrificarse por la Tierra. Los santos, luego de ser completamente vencidos por los vasallos feos y mal dibujados de Lucifer, pasan un rato en el hospital y son llevados de la manito por Shiryu, que justo se perdió la diversión inicial, adonde está al malo. En la batalla, él solo se carga a dos malos (bueno, uno y el otro escapa pero se la banca igual) mientras que Shun y Hyoga tienen sus respectivas peleas. 
En ellas, Hyoga llora de nuevo por su madre mientras Shun llora de nuevo porque no puede derrotar él solo un villano en las películas. Las batallas nos dan un momento muy homoerótico mientras ambos gritan el nombre de su compañero hasta que Hyoga se hace macho y Shun… vuelve a ser salvado por su hermano. Momento destacable porque es cuando Ikki, asumo que podrido de rescatarlo, le dice que se pare solo porque la pelea no terminó.
Los caballeros deberán salvar a Athena que avanza a pie en un camino rocoso y feo, porque había paro de bondi, antes de que caiga en manos de Lucifer.


Saint Seiya: Tenkai-hen: Overture (2004)
 
Esta película definitivamente tiene el nombre erróneo y debería haberse llamado “El patético del Pegaso” pero bueno, le pusieron “Capítulo del cielo: Obertura”. Se nota el odio que le tiene el Kuru y lo animadores a Seiya porque sino no me explico cómo se puede tirar una hora y media de animación sólo para ver al Pegaso arrastrase por toda la tierra posible y caerse una y otra vez. Eso es la esperada saga del cielo, Pegaso siendo patético de principio a fin.
Yendo un poco a la historia, esta se ubicaría luego de la saga de Hades y con Seiya cerca del estado comatoso en silla de ruedas. Saori, la Diosa de la Tierra relegada a enfermera, es acusada por Artemis de defender a estos humanos que se atrevieron a enfrentarse a los Dioses. Como ya mencioné, Athena en las películas es una Diosa hecha y derecha muy distinguida que decide –una vez más- sacrificarse a cambio de que Artemis deje con vida a los santos que tanto pelearon (justificadamente) por defenderla.
Artemis, lo más parecido al sistema judicial real, quiere ajusticiarlos por tal atrocidad aunque en realidad hayan sido las verdaderas víctimas pero igualmente acepta la propuesta de Athena y se la lleva a su casita en el cielo. Ahí, los santos ignorando el sacrificio de Athena, acuden en su ayuda sólo para ser apaleados de una y sin preámbulo por los angelitos de Artemis. Mientras tanto, Seiya que perdió su cosmo se dedica a ser patético y sobreviviendo más que los cuatro restantes salames que no perdieron nada. Además de ser salvado todo el tiempo por ellos y Marin, aun cuando él quería salvar a los demás. Genial.
Esta cosa que evidentemente no tendría que haber sido película sino una serie de tv para desarrollarlo mejor (porque no es tan mala idea en general, sólo están mal aprovechada), fue también dirigida por Yamaguchi Shigeyasu y la verdad, apesta desde muchos ángulos. La trama es lenta y sentís que muchos minutos fueron desperdiciados en planos largos y sin mucho sentido.
La música sin embargo es muy parecida a la serie original y es muy genial, junto a la animación y el diseño de personajes, es lo más rescatable y es obra de Seiji Yokoyama que a esta altura lo consideramos capo de capos.


Saint Seiya: Legend of Sanctuary (2014)
 

A diferencia de lo que hice con “Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses”, no puedo reivindicar la película de “La leyenda del Santuario” para nada. Y eso que me hubiera gustado porque no me banco a la gente que todo lo juzga en base a la nostalgia.
La expectativa por esta nueva película de Saint Seiya fue variada. Había gente emocionada, gente que no le gusta el CGI, gente que odiaba los diseños nuevos sólo por ser diferentes y gente que la odiaba por compararlo a “Saint Seiya Omega” aunque no tuviera nada que ver. El rechazo a lo nuevo sólo por ser nuevo es algo muy común y puede estar en parte justificado ante malas versiones como Dragon Ball GT o Sailor Moon Crystal (que no había salido todavía). Sin embargo, juzgar algo sin verlo porque no satisface tus caprichitos de nene interior, es algo bastante infantil.
La película se estrenó en cines japoneses el 21 de junio del 2014 y tenía como modificaciones un cast completamente nuevo de voces. Un cambio bueno y no tan bueno a la vez, porque no hicieron mal trabajo pero se extraña un poco la voz de Toru Furuya como Seiya gritando mientras le pegan.
La historia, es una reinterpretación de la saga de las doce casas con animación moderna y desde el punto de vista de Saori Kido, la reencarnación de Athena. Ella se ve despertada de su ignorancia sobre su vida de Diosa, cuando la mandan a matar del Santuario de los caballeros y cuatro muchachones muy lindos van a protegerla. La película como cuento rápido no está mal salvo por algunas escenas medio drogonas y personajes que ni figuran como es el caso de Afrodita de Piscis (mejor escena). A mucha gente le perturbó la presencia de Cáncer como protagonista de Revista del verano mientras que a otros nos pareció un guiño entretenido rozando lo bizarro.  Una de los “cambios” que personalmente me molestaron es que no entiendo por qué Seiya tiene que mover la cara tanto todo el tiempo. Relajate, ¿qué sos? ¿Mimo?
Por ser una película de una hora y media, es medio complicado meter 13 tomos del manga en todo su esplendor y dejar conforme a todo el mundo. Los cambios estuvieron presentes en las batallas que fueron algunas modificadas. Y muchos se mostraron disconformes por ver a Milo de Escorpio en una versión mujer. Sin querer sonar feminista, me parece una huevada ofenderse por eso pero dale. Sin embargo, lo que arruina mucho la película es ese toque final que le dieron muy a lo boss final de Kingdom Hearts donde Saga de Géminis se convierte en Ansem-Moctezuma.
La última película de Saint Seiya que salió en el cine fue dirigida por Keiichi Satou, que es el director de genialidades como Shingeki no Bahamut: Genesis y Karas, que son series que te dan a entender un poco porqué el fumón realizó la película de esa manera junto a Tomohiro Suzuki.  Los efectos están bien, las armaduras son geniales y la animación no puede ser el motivo de queja de nadie.
La música es de Yoshihiro Ike que hizo un buen laburo acá pero no tan bueno en otros trabajos previos como la segunda temporada Kuroko no Basket (que en sí ya es medio floja y no es culpa de la música). Y definitivamente no le llega a la música que Seiji Yokoyama compuso para la TV.

Analizando las películas de Saint Seiya en general, esta versión de las Doce Casas no es tan mala y el film está lejos de ser la peor película de Saint Seiya como aseguran muchos fanáticos religiosos.