jueves, 26 de abril de 2018

Avengers: Infinity War La embestida final de Thanos - La Columna de Logan.



Vos no lo podes creer. Yo tampoco podía creerlo el martes a la mañana. Pocos podemos creerlo, pero finalmente llegó. Llegó el día en el cual POR FIN podremos asistir a la batalla final, la madre de todas las batallas cinematográficas, al desafío definitivo, al encuentro más esperado, a una historia que tiene como prólogo ni más ni menos que 18 películas. Por supuesto estoy hablando de Avengers: Infinity War (2018), la magnánima producción de Marvel Studios que funciona como un cierre de los eventos que, como si formaran un equilibrado y balanceado dominó, se comenzaron a precipitar hace sólo 10 años en aquella inolvidable Iron Man (2008).

Avengers: Infinity War es la apuesta más grande de Marvel Studios y Disney, el peso que tiene esta producción sólo puede ser medido en millones, y el multimedios del ratón más famoso de la tierra se enfrenta hoy a un desafío casi imposible: recuperar una inversión de casi U$S 400 millones en el primer fin de semana, algo inédito en la historia del cine. Tengan en cuenta que el film que más recaudó en el fin de semana de estreno de Marvel Studios sigue siendo la 1er Avengers (2012), con U$S 207 millones, seguida por la reciente Black Panther (2018) con U$S 202 millones. ¿Lo logrará?



Diez años de una Saga Épica

Negar que el mundo estará expectante ante lo que suceda con la recaudación de este estreno es evitar el bulto, pero la realidad es que acá en Tierra Freak nos importa bastante poco este tema. No podemos evitar ponernos contentos cuando aquellas películas que nos gustan y creemos que son un muy buen material logran su objetivo en taquilla, porque eso nos asegura que habrá una continuidad de los proyectos aledaños a dicha producción. Para mí fue bastante chocante y triste saber lo mucho que tuvo que remarla Justice League (2017) para conseguir recuperar la inversión, pero por otro lado en este caso puntual es probable que la misma productora (Warner Bros.) haya tenido gran parte de la culpa del fracaso comercial.

Lo que realmente nos interesa de este jueves está directamente relacionado con la construcción de una historia épica, enorme y repleta de aventuras, protagonizada por más de 15 personajes fuertes y cerca de 20 personajes secundarios de peso, un camino recorrido bajo la batuta de Kevin Feige, productor ejecutivo y presidente del departamento de La Casa de las Ideas dedicado a la explotación de las licencias en el cine que responde al nombre de Marvel Studios, y que al día de la fecha incorporó dentro de este tapiz multimedia una trilogía de Iron Man, una del Captain America, una de Thor, dos películas de los Guardians of the Galaxy, una de Ant-Man, una del Doctor Strange, una de Black Panther, una de Spider-Man, una de Hulk y dos producciones con los Avengers unidos enfrentando una amenaza común.



Como casi todo el que se acerca a este sitio lo sabrá, en el camino, a medida que los estrenos se iban acumulando, Feige –como máximo responsable de este emprendimiento faraónico- nos fue narrando una pequeña historia que tendría enormes repercusiones: la de Thanos y sus Infinity Stones. Al principio fueron sólo retazos, pinceladas, esbozos de lo que se vendría, pero en Guardiansof the Galaxy (2014) por fin tendríamos una explicación del origen de las mismas y el poder que conllevan gracias al personaje caracterizado por Benicio del Toro, el Collector.

De todos modos, las apariciones de las gemas/piedras en sus distintas formas fueron parte de la columna vertebral de esta macro-saga, y si bien al comienzo ni siquiera el mismo Feige tenía muy en claro hacia donde iría con todo esto, ya en Captain America: The First Avenger (2011) tenemos el Tesseract, el cual Nick Fury denomina, en la escena post-créditos de Thor (2011), una “fuente de poder ilimitada”, luego descubriríamos que es la “Gema del espacio”. En The Avengers (2012) se nos presenta por primera vez la “Gema de la Mente” incorporada en el Cetro Chitauri que utiliza Loki, misma que en Avengers: Age of Ultron (2015)  terminaría formando parte de la creación de Vision. En Thor: The Dark World (2013) conocemos la “Gema de la Realidad”, la cual es explotada por el Elfo Negro Malekith, y en Guardians of the Galaxy                (2014) damos con la “Gema del Poder”, en un orbe bajo el dominio de Ronan the Accuser. La última gema de la que tendremos noticias será la “Gema del Tiempo”, en Doctor Strange (2016), disfrazada como el famoso Ojo de Agamotto. De las seis piedras, la que nos estaría faltando sería la “Gema del Alma”, cuya existencia y ubicación es revelada, por supuesto, en Avengers: Infinity War.


De todos modos, la saga épica incluye mucho más que este divertido y complejo juego de seguir las gemas. Si sólo se sostuviera por esto, sería una historia bastante plana. El villano principal del film que se estrena hoy es padre adoptivo de Gamora y Nebula, y dicho triángulo se tensa e intensifica en Guardians of the Galaxyvol. 2 (2017), y las consecuencias de estas relaciones serán parte fundamental de la trama del film que desde hoy podrán ver en los cines de este país. Ya todos sabemos que las cosas entre el Capi y Tony no terminaron del todo bien en Captain America: Civil War (2016), dividiendo a los Avengers en dos facciones. Las consecuencias de ese conflicto se podrán ver claramente en esta película, a un nivel que al menos yo no esperaba. Y claro, más allá de las críticas acerca del exceso de humor que tuvo la reciente Thor: Ragnarok (2017), la realidad es que el epílogo de esta producción no podía ser más trágico: Asgard destruida y los sobrevivientes de este genocidio a bordo de un crucero espacial, cruzándose probablemente con el mismísimo Thanos. Los eventos finales de Black Panther (2018) claramente también tendrán su conexión con el film que hoy toca reseñar, dado que por fin Wakanda abre sus puertas al mundo, sumado al hecho de que uno de sus refugiados será de vital importancia para las batallas que se avecinan.

Thanos manda


Voy a tranquilizarlos a todos. Seguiré con mi reseña sin spoilear absolutamente nada, sobre todo porque pretendo revocar ese mito que dice que uno no puede explayarse sobre una película sin caer inevitablemente en la revelación de detalles importantes y vitales para el disfrute y entendimiento de la misma.

Algo que podemos considerar como una crítica casi unánime hacia las producciones de Marvel Studios es la construcción de villanos. Una crítica que no comparto del todo ya que, a mi entender, sólo hay 2 villanos cinematográficos que nunca me terminaron de cerrar del todo, quizás por lo acartonados que fueron en sus diálogos y amenazas: los ya mencionados Malekith y Ronan the Accuser. El resto de los villanos en mayor o menor medida creo que estaban bien escritos para la trama que deberían sostener desde sus lados, con caracterizaciones bastante decentes. Loki ocupa el podio sin duda alguna, pero debajo de él creo que la Hela de Cate Blanchett fue una villana excelente, feroz, implacable y muy temible, y dejó tuerto a su medio hermano. Michael B. Jordan y su N'Jadaka, al igual que Daniel Brühl y su Helmut Zemo fueron dos villanos con un plan que logró su objetivo, sobre todo en el caso del segundo, y ambos tuvieron momentos donde pusieron a sus némesis en jaque. Podemos coincidir en que el Helmut Zemo del MCU no tiene absolutamente nada que ver con su contrapartida en el comic, pero eso no lo hace un mal villano, en todo caso lo hace una mala adaptación del personaje. El Vulture de Michael Keaton es sencillamente excelente, tanto por la caracterización como por su vuelta de tuerca absolutamente inesperada, y tiene unos diálogos tanto con sus lacayos como con Peter absolutamente exquisitos. El Celestial que caracteriza Kurt Russell, Ego, y su relación con Peter Quill, es algo con lo cual al menos yo no tengo ninguna queja, y se ajusta completamente a la saga que están armando los Guardians. Mads Mikkelsen en Doctor Strange (2016) hace las partes de “villano” en gran parte del film poniéndose en la piel de Kaecilius, y si bien no tiene realmente diálogos memorables, se apropia de momentos muy trágicos con soltura y maestría, y es muy funcional a la trama. Y luego, la aparición de Dormammu me pareció sencillamente genial, a la altura de lo que dictaba la historia, y el cierre es sorprendente.
Y podría seguir, pero no quiero aburrirlos. A lo que voy es que acá me planto y quiero dejar en claro que para mí eso de “los villanos de Marvel Studios son una mierda” es una completa falacia perpetrada una vez más por personas que realmente tienen una inexistente base argumental para sostener tal afirmación, y se prenden de lo que dicta la gilada.

Dicho esto, aquí mi confesión: Thanos no forma parte de mis villanos favoritos de los comics de Marvel. Entiendo la importancia y el poder que el personaje tiene, y que la gran mayoría de las veces que es utilizado pone en jaque la existencia completa. Suele tener una base sólida para sus ambiciones, las cuales con el tiempo fueron perdiendo impacto, y al día de hoy muchas veces suenan estúpidas e injustificadas.

Y acá la gran sorpresa: el Thanos de Josh Brolin no solo es el villano que esta producción necesitaba, al final del film, con todo lo que vimos de él, se termina consolidando como el mejor villano de todo el Marvel Cinematic Universe. Hicieron falta un par de pequeños ajustes en su dialéctica y sus motivaciones para que no solo se ajustara a los tiempos que corren, tuviera coherencia dentro de este universo y sus argumentos y motivaciones no resultaran acartonadas o ridículas.

Los guionistas codo a codo con los directores de esta producción, los hermanos Anthony y Joe Russo, se pusieran de acuerdo para establecer desde el minuto cero el nivel de poder del personaje, y la tragedia no se hace esperar.

Entonces, ¿si Thanos está bien escrito y caracterizado, el trabajo está hecho?
Más bien que no.

Avengers: Infinity War es una tragedia superheróica moderna presentada en lo que podríamos considerar tres actos, ninguno de los cuales está exento de sorpresas. Tal y como prometieron los directores, hay muchos invitados inesperados, y hay referencias a prácticamente todas las películas previas. Hay también conexiones establecidas que nos hacen sospechar que al menos el plot principal de esta película estaba definido casi desde el estreno de The Avengers (2012), algo que no deja de sorprenderme, no tanto por la cantidad de años que hay entre una película y otra (tan solo 6), sino porque en el medio hay 12 producciones que las separan.

Como todos sabrán, los motivos por los cuales esta película es enorme son muchos. Uno de ellos fue mencionado al comienzo de la reseña, el otro es más que evidente: es el primer film que tendrá la presencia en conjunto de los Avengers titulares codo a codo con Stephen Strange, Spider-Man, Black Panther, Bucky Barnes y los Guardians. Esto es una afirmación con reservas, pero de todos modos es realmente impactante poder disfrutar de una película tan grande con tantos personajes queridos en escena arriesgando sus vidas por el destino de nuestro universo. Lo positivo de semejante casting es que ninguno necesita una presentación, lo negativo es que de muchos de ellos te quedás con ganas de verlos más tiempo en acción.

El humor, una vez más, está matizado, controlado y reducido al mínimo posible para no opacar el tono de tragedia que el film tiene. No existe un solo villano de la guardia real de Thanos, la Black Order, que tenga un dejo bufonesco que logre desbalancear la oscuridad que impera en esta nueva invasión. Así también, casi todos ellos son bastante olvidables excepto quizás por Ebony Maw, pero cumplen con su rol de ser realmente un palo en el orto para los héroes cada vez que los enfrentan. El nivel de poder de estos personajes es enorme, al punto tal de poner en jaque a Héroes realmente muy poderosos como Vision, y siendo así la intensidad del drama nunca desciende.
Los Russo no podrán jactarse de tener un estilo propio, único e identificatorio a la hora de narrar (como la gran mayoría de los directores que pasaron por esta saga multimedia a excepción quizás de Whedon, Gunn y Waititi, ponele), pero puedo dar fe que son efectivos allá donde tienen que serlo. Sus escenas de acción, potenciadas ahora por cuantiosos FX’s que nunca se quedan cortos, son claras e impactantes, golpean duro y te dislocan la mandíbula, y el timing para balancear esto con los momentos emotivos es correcto. 

Avengers: Infinity War es la perfecta conclusión de una historia que comenzó 10 años atrás y que a primera vista es probable que no tenga fin a corto plazo. Y así y todo, no hay estafa: la saga de las gemas del infinito culmina acá, de eso no hay duda alguna. En muchos momentos van a volver a sentir esa emoción iniciática vivida por primera vez en la clásica The Avengers (2012), y en otros deberán apretar los dientes de la bronca por las despedidas definitivas de personajes memorables que seguro van a extrañar. Y definitivamente es una película para ver más de una vez, en el cine. Es un sueño increíble que Feige y compañía hayan podido llegar hasta acá, el viaje fue realmente inolvidable y fantástico, y dan ganas de que todo termine acá.

Pero no, nada realmente termina. Nos volvemos a leer la semana que viene, acá, en Tierra Freak.