martes, 18 de abril de 2017

Psicocandy - Una porción de la gran torta - La Reviewsada de SaKi.




Una de las muchas cosas lindas que tuvo Material fue acceder a Psicocandy antes de su presentación de éste viernes. Los que habían pagado la pre-venta, una linda promo para bancar el proyecto pagando anticipado con un 15% de descuento, con un poster de regalo, un set de postales, un sticker y hasta un original del dibujante… pudieron obtener su historieta.

La editorial Atmósfera y Rabdomantes ediciones unieron sus fuerzas para editar esta obra guionada por Damian Connelly y dibujada por Nico Brondo, donde abunda la acción, el sexo y un desenfreno super caótico. 



La historia te cuenta cómo se va formando un party y hasta donde llega, mechado entre un elipsis temporal para mostrar el pasado de algunos personajes. Vemos como se conocen Candy, Honey y Markie en una aventura que deja bien claro que están del mismo lado, para ir contra el Doctor Eno y la corporación Stardust

Psicocandy ofrece otro tipo distinto de aventura a la que nos tienen acostumbrados por estos lados, es extremadamente despelotada visualmente pero con una sólida estructura abajo, lo que permite que se juegue bastante con los límites y estar al borde siempre de irse a la mierda. Ese juego de no pasarse, pero casi, lleva a situaciones inesperadas, a que gires la página y realmente no tengas ni puta idea con que van a salir. Pasan de una escena de tortura a sexo, luego a otra semi-onírica y después, de yapa, una sci-fi, todo totalmente justificado, sin desentonar. 

El guión de Connelly, entre tanta cólera y excitación, te muestra a una protagonista motivada y al porqué de su motivación, pero dejando un anhelo de más, porque si bien está justificado su objetivo, querés conocer la vida previa Candy, querés ver cómo llegó hasta ahí. Ni hablar de que te forma un equipo que van a por los malos solo por empatía y una cadena de eventos casuales SIN que se vea forzado, todo parece natural. Durante las páginas se juega con un recurso narrativo que te hace pensar que no vas a entender un carajo hasta que se devela al final, y entendés todo. 


En las viñetas vemos el trabajo de Brondo donde deja claro que la está pasando de diez haciendo esto, no porque sea un sinfín de tetas, dildos, torturas, piñas, patadas, quebraduras, bolas rotas, sangre, sexo y violencia desmedida… sinó (también) porque se lo nota fluído y apasionado. Ya hablé por estos lados, hace tiempo, de lo cinemático que puede ser Nico en algunas viñetas. Acá lo hace, pero en planos más puntuales, tipo acercamientos, detalles, planos generales e impactos visuales estridentes. Hay como un subi-baja bien equilibrado de peso visual en el blanco y negro, hay páginas muy blancas y casi sin fondo para enfatizar lo que realmente importa en ese momento; y otras cargadas de negro, con entramados acordes ajustadas por la situación, no falta ni sobra por azar (cuando lo lean notarán los más despiertos un detallecito de Fear loathing in las Vegas, por nombrar uno).

La edición está bien, blanco y negro, 24 x 17cm con unas 80 páginas aproximadamente, papel decente, tapa a color y una ilustración en la retiración de contratapa muy interesante que muestra algo de lo que se viene. Precio de tapa, día de la fecha, $130.

Hablando de eso, no quería dejar de mencionar que todo esto surge como una idea de algo grande. El día que murió David Bowie a Connelly le dieron ganas de hacer algo, se puso a armar un plan para hacer una línea de comics basados en sus canciones y su universo. De ahí que en Psicocandy nos topamos con nombres, personajes y referencias a ciertas cosas.

Todo esto se lo englobó en un proyecto llamado Ojo Eléctrico, el cual pretende englobar la línea de comics ambientada en el universo Bowie. Esto no es un delirio de grandeza y locura de Connelly, no es que se va a clavar 35 guiones el solo y encadenar a Brondo, esto promete muchos proyectos con otros guionistas y dibujantes. Al parecer el próximo que sigue es uno llamado Paint it Black, escrita por Rodrigo Canessa y dibujada por Nicolás Barbera, contando la historia de Icarus Black, un tipo que lo perdió todo y está dispuesto a erradicar el mal de Diamond City así tenga que prender fuego y masacrar a todos. 

También está en proceso uno dibujado por Fer Calvi llamado Flash Card Mistery Man, entre otros.

Lo copado de esto es que no son serializados, un comic no es continuación de otro necesariamente, sinó que comparten universo y si están lo suficientemente buenos como Psicocandy, te van a dar ganas de darle una chance a otros títulos que estén bajo el halo de este proyecto.