jueves, 24 de noviembre de 2016

Doctor Strange: la dicotomía de Marvel Studios - La Columna de Logan.





Una vez más gracias a la gente de Disney, que, la verdad, se ha portado 10 puntos con este sitio desde que estamos en contacto, pude asistir hace 2 semanas a la función de prensa del último estreno del año de Marvel Studios, Doctor Strange, que acá será estrenada bajo el título Doctor Strange: Hechicero Supremo, un título con el cual, quizás por 1ra vez en mucho tiempo, no solo no estoy en desacuerdo, me parece muy acertado ya que al público neófito acerca del origen del personaje le da una idea exacta de a lo que se están por enfrentar. Dejemos a un lado la misteriosa tardanza en el estreno –en U.S.A se estrenó el 4 de noviembre, hace 20 días-, algo atípico en lo que se refiere a producciones cinematográficas super-heróicas, las cuales, ya sean de la factoría de Marvel Studios, Warner o FOX, las solemos disfrutar incluso un día antes que en U.S.A., y enfoquémonos en desguazar esta nueva entrega, la catorceava en lo que se refiere al universo desarrollado por Marvel Studios para cine, procurando spoilear lo menos posible. ¿Una vez más esta productora logró presentar un nuevo personaje con la altura que la ha caracterizado en casi todos sus estrenos previos? Si y no.



Un paso adelante de la versión animada

Doctor Strange (2016) es, una vez más, un espectáculo audio-visual único, único en su tipo, distintivo, personal, con el sello que caracteriza a estas producciones –las de Marvel Studios- por todos lados, a lo largo y ancho de la cinta, y esto no necesariamente resulta del todo positivo.

Muchos de nosotros supimos entusiasmarnos en demasía al enterarnos del desarrollo de esta producción, porque le guardamos un cariño enorme a este personaje obsecuente y taciturno creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1963, que aunque cuenta con muy poco tiempo protagonizando series regulares y mini-series, de todos modos lo consideramos un personaje fundamental del enorme entramado de héroes que pueblan el universo de esta editorial, y sin duda alguna uno de los más interesantes habitantes ficticios que pueblan la New York marvelita. El anuncio del actor inglés Benedict Cumberbatch para el protagónico de este personaje no hizo más que aumentar nuestras expectativas, y cuando finalmente vimos el diseño del personaje sobre su lomo no fuimos pocos los que nos emocionamos casi hasta las lágrimas.

Y, la verdad, muchos de nuestros deseos se vuelven realidad a medida que avanza el film: Doctor Strange (2016) es una película muy entretenida, que es contada de forma casi lineal pero de todos modos cuenta con muchas vueltas de tuerca sorprendentes, además de estar anclada en un desarrollo de personajes coherente a través de unas caracterizaciones dignas y diálogos exquisitos, con un humor muy balanceado, el toque de drama justo y toneladas de magníficas escenas de acción que por momentos desafían la física y atentan contra las estructuras auto-impuestas por el espectador para estos momentos. Visualmente, la producción dirigida por Scott Derrickson [The Exorcism of Emily Rose (2005), Sinister (2012), Deliver Us from Evil (2014)] es un delirio y una sorpresa, porque muchos esperaban apenas un escalón más de donde nos había llevado unos años atrás Nolan con su Inception (2010) pero no, Marvel casi siempre apunta más alto, y esta vez lo logra con creces. La van a pasar realmente muy bien con los combates mágicos y el entorno modificado que rodea a los mismos, muy bien.

Y luego está la hermosa y natural convivencia que este film tiene con el universo hasta ahora generado, desde toques sutiles hasta guiños evidentes y obvios, todo fan de la saga va a quedar complacido y extasiado. Y las caracterizaciones de muchos de los personajes secundarios no se quedan atrás:  el Karl Mordo de Chiwetel Ejiofor inspira respeto y temor, el Ancient One de Tilda Swinton (una de las elecciones más polémicas) transmite sabiduría y astucia, el Kaecilius de Mads Mikkelsen definitivamente es un villano de peso jodido sin medias tintas, de esos que no abundan en este universo fílmico, y finalmente la Christine Palmer de Rachel McAdams ocupa el lugar que le corresponde como interés romántico, con bastante picardía y sobre todo mucho carisma por parte de una actriz muy versátil y generosa a la que le sobra capacidad para desarrollar un personaje de este tipo, que si quisiera podría robarse ella sola la película pero, bueno, no lo hace porque el guión se lo impide y por su generosidad, por supuesto.

Por infinidad de motivos, partiendo de la base de que ésta es una producción live-action, esta nueva presentación para un público masivo de nuestro añorado Stephen Strange es muy superior a aquella película animada que salió directo para video en el 2007, ni hablar de ese desastre impresentable de 1978 que podría dejarte ciego del asco que te da verla… por favor olvidemos esa aberración, Doctor Strange (2016) se disfruta mucho, tiene un diseño de vestuarios y escenarios que superan lo esperado, una fotografía que por momentos te deja sin aire y una banda de sonido compuesta por Michael Giacchino muy acertada y coherente con cada momento que transcurre en cada una de las escenas, acompañando en justa misma sin estorbar en ningún momento.

Y sin embargo… en algún punto es una estafa.

Una oportunidad perdida

Esto será privativo casi exclusivamente de aquellos que conocen al personaje desde sus orígenes y lo vienen siguiendo y leyendo en casi todas sus versiones. Y aunque así no fuera, aunque conocieran solo sus orígenes con Lee y Ditko, de todos modos esta versión fílmica adaptada podría resultarles terriblemente irritante.

Aún cuando es probable que Doctor Strange (2016) sea el film de Marvel Studios presentando el origen de uno de sus Héroes más sólidos y entretenidos desde aquella Iron Man (2008) que inició todo, por encima de la The Incredible Hulk (2008), de la Thor (2011), de la Captain America: The First Avenger (2011) e incluso de Ant-Man (2015), así y todo es la película que más se aleja del personaje que conocimos en papel. Básicamente los guionistas encargados de esta polémica adaptación decidieron conservar lo más básico y evidente y reformular todo el resto, presentando una versión remozada y actualizada de este personaje y su entorno, acorde no solo a los tiempos que vivimos sino también en sintonía con el universo que fueron gestando y desarrollando en las 13 películas previas. El humor, por ejemplo, columna vertebral de esta macro-saga, aquí no tenía razón de ser, no tenía lugar, y sin embargo está, no de forma excesiva, siempre puesto de manera sutil y con una muñeca que tiene ya sobre sus espaldas casi una década de desarrollo, balanceado para que no comprometa el drama y no obstruya las escenas de acción, pero de todos modos alejando el tono que esta entrega pedía a gritos.

Por eso la oportunidad perdida de la productora, oportunidad de poder demostrar que ellos también toman riesgos más allá de la explotación de una franquicia que no registra nadie salvo el lector más comprometido con la editorial. Oportunidad de poder entregar un drama épico pero jodido, mala leche, con un personaje con menos carisma pero con muchos más conflictos internos que el resto de sos futuros compañeros de batalla, a sabiendas de que ocupa un lugar en el mundo único, exclusivo, y tiene la llave para poder acceder a un universo de pesadillas diarias de las cuales solamente él es testigo, por su nueva profesión, por el rol que termina ocupando en la misma y por sus habilidades adquiridas. Nadie ve lo que perciben los sentidos de Stephen Strange, nadie siquiera sospecha las amenazas extra-planares con las que convivimos día a día en nuestro mundo, en nuestra rutina diaria… nadie salvo él, y esa es la carga que le cabe. Es el Sandman de Marvel, el regente de nuestros sueños y guardián de las peores pesadillas, su lucha es constante y nunca se le permite bajar los brazos, no tiene paz ni descanso, por eso es un ermitaño, un solitario, y por eso también carga con esa semblanza soberbia y altanera, porque es un Nerd, un estudioso dedicado a las artes de la magia, perfeccionando día a día sus habilidades para ofrecer más resistencia a las próximas amenazas, porque entiende que solo la comprensión de lo desconocido y el inagotable estudio le van a otorgar la victoria. No se puede permitir perder tiempo chamuyándose a una Tigra en la sala de monitoreo de la mansión Avenger mientras ve avanzar unas sombras eléctricas entre los ciudadanos de New York y no tiene ni puta idea de donde vienen y cuando van a manifestarse de forma trágica.

Todo esto quedó resignado para ofrecernos un producto realmente precioso y muy digno, que cuesta criticar de manera negativa porque todo lo que se ve en pantalla es poderoso, todo funciona como un reloj Suizo, todo encaja, todos actúan dignamente, todos los FX’s son estupendos, la trama avanza de forma natural y nos sorprende dos o tres veces, y además hay un par de bonus que realmente levantan mucho la propuesta, y al menos uno de ellos totalmente inesperado por quien escribe esta reseña, y que por suerte no fue anticipado en los trailers… 

En resumen: Doctor Strange (2016) es una gran película, realmente lo es, y no hay motivos por los cuales el público masivo no se permita disfrutarla… pero no es la película que el FAN del personaje esperaba, ni remotamente. Y sin embargo incluso a él le va a costar detestarla. Toda una contradicción. Nos volvemos a leer la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.