jueves, 19 de mayo de 2016

Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D. - Season Finale - La Columna de Logan.



Por mi lado en Tierra Freak vamos a tener dos semanas dedicadas en un 100% a la finalización de 3 series que por motivos varios creo conveniente darles un espacio en sus finales de temporadas en el sitio. En el caso de la que toca hoy, Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D., porque sigue siendo una de mis series favoritas dentro de esta avanzada de producciones televisivas super-heróicas que hoy podemos disfrutar. De hecho, exceptuando las producciones de Marvel Studios que se reservan para Netflix (Daredevil y Jessica Jones), es la serie que más disfruto semana a semana, hoy en día, la que con más ganas espero, la que considero más sólida y con mejor desarrollo no solo de los personajes que la protagonizan sino también del manejo de los arcos argumentales que van dando forma a cada temporada, y la que sigue siendo fundamental para entender la totalidad del universo expandido que esta productora está llevando adelante mayormente en el cine. La semana que viene en una reseña conjunta abordaré la finalización de los shows Arrow y The Flash, pero hoy nos vamos a dedicar de lleno a Coulson y sus agentes.


Meet the Inhumans

Primero y principal les pido por favor que se pongan de pie y comiencen a aplaudir a Jed Whedon (el hermanito de Joss), a su mujer Maurissa Tancharoen y a Jeffrey Bell por haber logrado lo que hace apenas 3 años y monedas parecía imposible: que Agents of S.H.I.E.L.D. haya concluido su 3er temporada, tenga confirmada una 4ta y haya generado la suficiente base de fans como para poder apostar por un futuro spin-off con 2 personajes como protagonistas que se desprenden directamente de este show. Y no han logrado esto solo por la banca que Disney les dio cuando todo el mundo quería prenderles fuego, no, lo han conseguido con trabajo puro y duro, enarbolando una serie de tramas y sub-tramas de manera magistral, jugando siempre con los límites de lo permitido, trabajando con los márgenes porque el centro solo se explota en el cine o se lo dan a Netflix, siempre en las sombras, siempre en el barro, siempre a contramano de lo que otros shows pueden hacer –y hacen, muchas veces de forma torpe y apresurada, o solamente de manera torpe- y siempre de manera satisfactoria. Siempre. El que reniega de esta afirmación es, o un hipócrita, o un ingenuo que entiende poco y nada del negocio en el que estos tres 3 showrunners están metidos y los límites con los que tienen que trabajar. O directamente un ignorante –lamentablemente- de la flamante labor que estos productores y guionistas están llevando adelante. Jed, Maurissa y Jeffrey van a un Burguer, buscan en los restos de la basura y con esas sobras te hacen el mejor asado de tu vida, así de sencillo. Claro que también hay mérito de los actores, de la post-producción y de la inversión que Marvel Studios hace en el show para que se vea tan bonito y tenga tan buenos FX’s, por supuesto, pero acá la magia jodida la hacen estos brujos de la televisión, que con tan poco sobre sus espaldas (bah, la parejita tiene poco recorrido, Jeffrey Bell tiene un historial enorme trabajando en este medio que incluye haber sido showrunner de las 2 últimas temporadas de Angel y haber colaborado en escritura de guiones para The X-Files, Alias y Spartacus: War of the Damned) demuestran tener un timing envidiable y una muñeca que, entre otras cosas, acusa haber consumido todo lo que Joss Whedon nos dio y por lo cual se transformó en ese ídolo de multitudes. Porque otra cosa que el ojo bien entrenado no puede dejar de detectar en prácticamente todos los capítulos es, cómo no, esa escuela de Whedon para la escritura de diálogos, los plot twist e inclusive el desarrollo de villanos.

Y el mejor ejemplo de todos estos elogios que estoy depositando encima de este trío lo tiene el tratamiento que vienen dándole a los Inhumans desde mediados de la temporada pasada, mismo que fue la piedra angular sobre la que se terminó desarrollando la 2da parte de esta 3er temporada recién finalizada. Sin poder meter mano en ninguno de los de la Royal Family, o sea Black Bolt, Medusa, Crystal o Lockjaw, supuestamente reservados para ser presentados en un film que hoy por hoy tiene la fecha de estreno postergada, moviéndose siempre por la tangente pero con pasos firmes, han introducido decenas de conceptos relacionados con esta especie ancestral de super-seres, nos han contado muchas cosas que se conectan con los orígenes de esta raza y nuestro mundo, han introducido los Terrigen Mist, ¡e incluso nos mostraron a dos Kree’s en acción, acá en la tierra, cazando un Inhuman

Así y todo, tristemente, Agents of S.H.I.E.L.D. sigue teniendo unos números tibios de rating, y esto es comprobable dentro del fandom y de cada grupo de amigos en particular que cada uno de ustedes tienen, no me quepa la más mínima duda. ¿Qué quiero decir con esto? Que este show, que sin duda alguna es una de las mejores series televisivas del momento relacionada con el género superheróico, solo superada por las producciones que Netflix nos ha presentado del universo urbano de Marvel Studios, sigue siendo un producto consumido por un gueto, la gran mayoría de los televidentes que hace 4 años vienen siguiendo las aventuras de Oliver Queen, hace 2 las de Barry Allen, y que incluso hasta puede ser que estén prendidos con Gotham y Legends of Tomorrow, siguen esquivando este show. ¿El motivo? Hay uno que se posiciona por encima del resto: no hay estrellas a las cuales seguir dentro de la agrupación que protagoniza la serie. Ni la calidad ni la extensión de cada temporada ni su convivencia (o la supuesta falta de ella) con el universo fílmico gestado por Marvel Studios suelen ser las excusas que dan quienes se emocionan con este género y así y todo siguen evitando ver Agents of S.H.I.E.L.D., no, la causa que se repite en casi todos los casos es esa: “no pienso dedicarle tiempo a una serie de espías de Marvel que no conoce nadie liderados por un personaje que encima Whedon mató en el cine”. Así estamos, amiguitos.

Hive

Metiéndonos ya de lleno en lo que fue esta temporada, una constante de la misma fue atacar el status quo todo el tiempo, en prácticamente todas las aristas. Como televidente no podemos dar nada por sentado: ni la salud y supervivencia de héroes o villanos, ni el camino que van a recorrer las tramas a corto o largo plazo. La resolución de la identidad del Inhuman Lash, por ejemplo, el leitmotiv sobre el que giró gran parte del comienzo de esta temporada, fue anticipado por muy pocos, y el drama que disparó tanto su identidad como la convicción que tenía Andrew Garner por su “caza de brujas Inhuman” comenzó a teñir esta nueva aventura de 22 episodios de un tono bordó casi tirando a negro. 

Y lo mejor de todo en relación a este personaje, otra marca registrada de Whedon, por supuesto, el verdadero destino final del mismo, y casi podríamos decir la razón de la existencia de Lash, recién se revelaría en el penúltimo capítulo, aún cuando la captura del mismo se dio antes de promediar la mitad de la temporada.

Y si hablamos de drama, quizás uno de los puntos más altos del mismo y un momento donde yo particularmente casi dejo caer un par de lágrimas no solo por lo que estaban experimentando los personajes sino también por la delicadeza y sutileza con que fue presentada la situación, es en el episodio "Parting Shot", aquel en el cual a Lance Hunter y Bobbi Morse no les queda otra opción más que abandonar S.H.I.E.L.D. y dar un paso al costado, para pasar a transformarse en agentes fugitivos (el pie para Marvel's Most Wanted, el spin-off que van a protagonizar estos dos personajes), más específicamente en la escena final que da nombre al capítulo, en la cual el resto del equipo de espías saluda a sus compañeros utilizando una maniobra que solo conocen y articulan los que se dedican a esta profesión: en absoluto silencio y prácticamente sin señales evidentes, en medio de un bar colmado de personas, cada agente invita un trago a la pareja y luego uno a uno van brindando con ellos, a la distancia, mientras se retiran del local. Épico. 

Pero, una vez más, este fue sin duda alguna un golpe durísimo para el equipo y para la serie, sobre todo porque este par de agentes en particular aportaban mucho músculo y acción al trabajo de campo, y sin embargo ni de cerca es la crisis más grandes por las que nuestros agentes tuvieron que pasar: a la desaparición de Jemma Simmons (teleportada accidentalmente a un desolado planeta) sumado al operativo que tuvieron que armar para su rescate hay que agregarle, bordeando el camino que conduciría al final de la temporada, la pérdida de Daisy "Skye" Johnson como agente cuando cedió al control de Hive, justo ella, la que probablemente sea la Inhuman más poderosa conocida hasta ahora exceptuando, claro está, por dos de los “villanos” que tuvo esta temporada, el mismo Hive y Lash. Irónicamente, hay una línea argumental que los cruza a los tres, y esto, una vez más, se condice con aquella teoría que varias veces manejaron durante el correr de los episodios, la cual postula que hay una conexión entre todos los Inhumans y que sus habilidades están desarrolladas en función de esa conexión, de las necesidades que ellos como comunidad tienen o tendrán.

Y ya que da título a esta parte de la reseña y lo acabo de mencionar dos veces en el mismo párrafo, explayémonos un poco en Hive, que si no es el mejor villano que apareció hasta ahora en el show le pega en el palo. La coherencia en el desarrollo de este personaje y el contexto que fue acompañando al mismo a tono con el camino que la serie iba tomando es algo digno de agradecer, máxime cuando en la vereda de enfrente el héroe protagonista de dicho show está a dos pasos de ir a tomarse unas birras con un villano que puso en jaque innumerables veces su vida y la de sus seres queridos. Cuando Ward la cagó traicionando a S.H.I.E.L.D. y revelándose como un espía de HYDRA la cagó, la cagó con Skye, la cagó con Fitz, la cagó con todos sus compañeros, y de eso no se vuelve. Y nunca se volvió. Desde la traición, nunca más ni Coulson ni el resto del equipo volvió a mirar a Ward de la misma manera, se acabaron los privilegios, las dudas, se acabó todo tipo de lazo, algo se rompió y jamás estuvo ni cerca de volver a repararse, aún cuando Grant Ward hizo un intento por arreglar las cosas y hasta pretendió justificarse, y en algún punto demostró que estaba medianamente arrepentido de lo que había hecho y merecía una 2da oportunidad. Las pelotas, tanto en las miradas como en las actitudes y diálogos, el resto del equipo prácticamente en todo momento dejó claro que aquello que se rompió era imposible de ser reparado. Y cuando a ambas partes les quedó más que claro esa circunstancia, la cosa se comenzó a poner por demás preciosa. Los sucesivos encuentros entre Ward y S.H.I.E.L.D. solo sirvieron para potenciar esa bronca, rencor y odio que ambas partes se tenían, al punto tal que cuando Coulson toma una de las decisiones más polémicas de su vida a los televidentes casi que nos pareció “natural” que lo hiciera.

Y yo soy uno de los que al final de ese episodio pensé: “uh, acá la acaban de cagar”, y semanas después tuve que tragarme mis palabras. Cuando vi aparecer ese Ward salido de la nada pseudo-zombie no me pareció una buena idea, hubiera preferido que el tema con ese personaje quedara cerrado y ya, y que la forma de hacer ingresar a Hive a la tierra fuera otra. Pero claro, Brett Dalton con su soberbia actuación y los guionistas escribiendo ese nuevo villano reformado repleto de una sabiduría reaccionaria y a la vez casi altruista para con los Inhumans y la humanidad, y el equipo de producción desarrollando maquillaje y vestuario para presentar un Neo 20.16 me terminaron tapando la boca por todos lados. Por todos lados. Y el final es poco menos que maravilloso: solo pensar que cuando Agents of S.H.I.E.L.D. comenzó su andadura Ward era uno de los pilares del equipo, el que ponía los músculos y la estrategia en campo mientras entrenaba a la hacker Skye, y su cierre es en medio del espacio al lado de un Inhuman reflexionando sobre la mediocridad promedio del ser humano hace que se me ponga la piel de gallina.

More than meets the Eye

Estos 22 episodios memorables de la, a nadie le cabe la más mínima duda, mejor temporada hasta el momento, dejaron huellas y cicatrices en absolutamente todos los personajes. Emocionales, físicas, de todo tipo. Coulson comenzó con una mano menos y terminó rengo, y en el camino se enamoró y Ward se encargó de matar a su amante, Melinda "Cavalry" May descubrió que el amor de su vida era un Inhuman Dr. Jekyll/ Mr. Hyde con una cruzada personal para exterminar al resto de las “aberraciones”, Fitz tuvo que salir a rescatar a su amor, Simmons, solo para descubrir que se había enamorado de un astronauta durante su largo exilio, Hunter y Morse tuvieron que abandonar las profesiones que los definen como personas y transformarse en fugitivos, Mack tuvo que blanquear su verdadera profesión con un hermano con el que tenía una tensa y entrecortada relación y casi muere bajo las manos de su mejor amiga, y, bueno, luego está Daisy, ¿no? Quien no conforme con haber vivido un romance fugaz con un Inhuman que concluye en el sacrifico del mismo por el bien mayor, en el medio Hive la toma como mano derecha y ella, además, descubre que dejó de sentirse sola gracias a eso, y en el camino golpeó, noqueó, quebró y hasta estuvo a punto de matar a casi todos sus compañeros de equipo. Daisy la piba que es hija de dos Inhumans, uno más psyco que el otro, ¿no? Y no conforme con eso un desfile de personajes secundarios que fueron un deleite en sus diálogos y caracterizaciones y en el drama que imprimieron: Rosalind Price, la CEO de ATCU amante circunstancial de Coulson que muere por un balazo sniper style de Ward, Joey Gutierrez y Elena "Yo-Yo" Rodriguez, los 2 Inhumans que funcionaron como miembros de reserva de S.H.I.E.L.D., Gideon Malick, el agente de HYDRA que pintaba iba a ser el villano final-final hasta que Hive le mató la hija delante de sus ojos, Holden Radcliffe, el genetista transhumanista que jugó para los dos bandos y salió casi inmune, y, cómo no, el magnífico brigadier general Glenn Talbot que nos dejó frases épicas del tipo "pensé que era una idea estúpida, al nivel de apostar en WrestleMania".

Y casi como frutilla del postre, como un aditivo más de las decenas de detalles deliciosos que este show y esta temporada tuvo, la sigilosa, lenta pero continua expansión del MCU, y el constante recordatorio de que esta serie está inmersa de lleno dentro del potencial universo expuesto en los films de esta productora, forma parte integral del mismo y aporta elementos para la comprensión y el entendimiento de sus reglas y límites, cuando no muchas veces define conceptos y te muestra, por primera vez, elementos importantísimos del mismo. No nos olvidemos que prácticamente no hemos visto ni un ápice de todo lo referente a los Inhumans en otro producto o show que no sea esta serie, por ejemplo. La excepción la marca la 2da temporada de Agent Carter, si, pero el material groso, jodido, la papa fina, estuvo toda acá. El 1er Kree que se mostró en el Marvel Cinematic Universe fue visto acá, muerto, si, pero apareció en el episodio titulado "T.A.H.I.T.I." que se puso al aire el 4 de marzo del 2014, y recién unos meses después, en julio de ese mismo año, pudimos ver en Guardians of the Galaxy  a Ronan the Accuser y Korath the Pursuer. Y ahora nuevamente Agents of S.H.I.E.L.D. nos entrega un capítulo donde 2 Kree’s aterrizan en nuestro planeta y salen de cacería. El anticipo de lo que se veía venir en Captain America: Civil War lo tuvimos, una vez más, acá, en el episodio "Watchdogs", y luego, una semana después del estreno del film, las repercusiones del mismo y la noticia del Capi prófugo las vimos en el episodio “Emancipation”.

Agents of S.H.I.E.L.D. es la única serie de las franquicias televisivas que explota Marvel Studios que se esfuerza mucho por darle sentido y coherencia a los acontecimientos que se van desarrollando año a año en los films de esta productora que guardan un fuerte vínculo con la cronología universal, aún cuando la devolución de gentilezas por parte de la industria cinematográfica en ese aspecto sea nula. Y con ese acoplado enorme a cuestas, jugando siempre con material de descarte o creado específicamente para el show, de todos modos nos entregó, semana tras semana, un capítulo sólido, muy entretenido, cargado de drama, coherente, con al menos una vuelta de tuerca inesperada, desestructurado en la mayoría de los casos y con una acción balanceada y correcta. Luego de 3 años al aire, el equipo titular de personajes que lleva adelante la serie se volvió querible y ya forma parte de nuestras vidas, y sus dramas, pérdidas y heridas nos lastiman, y nos emocionan sus victorias. Y la escuela Whedon, one more time with feeling, nos enseña cómo hacer buena televisión de ficción con sobredosis de aventura y sentido común en el desarrollo de tramas y personajes, este último un factor que flaquea o directamente está ausente en la competencia en la mayoría de sus propuestas. 

Guárdense todos los acrónimos sarcásticos y memes ridículos que alguna vez quizás postularon para con este show cuando el mismo les de motivos para usarlos, porque al menos hasta ahora, Agents of S.H.I.E.L.D. dignifica. Nos leemos la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.