lunes, 28 de marzo de 2016

El tiempo, la fantasía final - El Gabinete del Dr. Morholt.



Estamos a unos días de que se estrenó “Batman v Superman”, estamos a unas semanas de que se estrenara la segunda temporada de Daredevil y a unos pocos meses de que se nos mostrara cómo continuaban las historias de los Jedis, la Rebelión y el malvado Imperio (ahora rebautizado, pero “¡bueh! e´ lo mesmo” como escuché decir el día del estreno).

Es decir que las ideas fantásticas ya son parte fundamental de nuestra cultura pop, como tantas veces me han leído remarcar en este humilde espacio.



Pero a la vez todas esas fantasías normalmente pasan por el filtro de la ciencia para poder llegar a entenderlas, a comprenderlas o a justificarlas. Como decir que Thor y todos los Asgardianos son extraterrestres y no los verdaderos dioses nórdicos, por sólo dar un ejemplo.

Esto lo hacemos aunque esa ciencia, ese paradigma científico que nos deja aceptar la fantasía, sea lo suficientemente horrible como ese en el que existen los midiclorianos.

Y si hay un tema hiperexplotado en muchos productos de fantasía en este momento es el viaje en el tiempo.

Es más, en el momento que escribo estas líneas hay tres productos comerciales de fantasía rotundamente exitosos en donde el viaje en el tiempo es su columna vertebral: Doctor Who (LINK ), DC´s Legends Of Tomorrow  y El Ministerio del Tiempo.

Pero a pesar de que el tiempo sea una variable en varias ecuaciones físicas y que la noción del tiempo como una dimensión sea parte fundamental de la teoría de la relatividad de Einstein, todavía es algo mucho más lejano que la posibilidad de que exista un alienígena cambiaformas como el Martian Manhunter o una casta de monjes con poderes telekinéticos.

Y no es que pase como con los phasers o los blasters, que puede haber diferencias entre ellos, pero básicamente son lo mismo (armas de emisión de calor), o los mechas de Patlabor o los de Escaflowne (los dos son armaduras grandes manejadas por gente).

Con los viajes en el tiempo eso no pasa. Y lo único que tienen en común es que se viaja en el tiempo (para atrás o para adelante), pero existen muchas maneras de hacerlo y muchas mecánicas temporales para lograrlo.

Voy a tratar de enumerar algunas y espero no morir (ni aburrirlos) en el intento.

La línea temporal única:

Esta es la más común de todas.

La que nos explicó el Doc Brown en un pizarrón en esa maravillosa escena de “Back To The Future” donde algo que cambia en el pasado, termina afectando al futuro (esa gran idea en la que termina cagándose en toda la tercera entrega de la saga).

En este caso hay variantes importantes porque están las que con sólo cambiar algo muy pequeño como pisar una mariposa al salirse del camino se cambia todo (“El Sonido del Trueno” de Ray Bradbury), o las que sólo importan los cambios realmente grandes, como matar a un inmortal para que no llegue al poder (“Legends of Tomorrow”), pero que no importe que se maten a sus secuaces porque no tienen injerencia en la línea temporal (pobres henchmen… no son nada).

Un caso paradigmático de esta última subvariante es la saga completa de “Terminator”, donde el hecho a modificar por las máquinas es sólo matar a John Connor, pero no importa en nada ¡TODO EL RESTO DEL PUTO MUNDO QUE EL ROBOT MATA EN EL CAMINO!

Estos casos en donde la línea temporal se puede cambiar son los más utilizados en la fantasía. Porque, digamos la verdad ¿quién no se preguntó qué tan distinto hubiese sido el presente si se evitara tal o cual guerra en la antigüedad?

En esta mecánica hay una variante interesante que tiene en cuenta la velocidad de los efectos del pasado en el presente. Es decir si son instantáneos o no.

Porque si viajo a impedir que mi madre y mi padre se conozcan yo no debería existir, pero entonces ¿cómo los detuve en un primer momento?

Si tenemos en cuenta que la línea temporal se va “acomodando” como en “Back To The Future” o en casi todas las historias de Kang the Conqueror en los comics de The Avengers, la manera de entenderlo es simple, pero también deja una chance de arreglar el desastre.

Pero también existe la variante de que los cambios son inmediatos, como en la fenomenal “Bill & Ted's Excellent Adventure” donde se hace uso y abuso de esta mecánica a lo largo de todo la película.

Pero hay otra variante más y es cuando de producirse una paradoja como la antes dicha, el universo directamente dejaría de existir.

En esta última variante la paradoja es imposible de escapar. Es por eso que en la serie Doctor Who, por ejemplo, existan los Reapers, unos seres “unidos al tiempo” que se encargan de destruir todo lo que esté generando esa paradoja, cosa de que esta deje de existir.

De la misma manera, y ya no tan extravagante como en la serie inglesa, en el antiguo DC Universe existían los Linear Men, una organización dedicada a proteger la línea temporal del Universo DC de la misma manera que el Ministerio del Tiempo lo hace sólo con la historia española.

¿Se podría decir que los Time Masters de la serie Legends of Tomorrow son la versión horriblemente adaptada de los Linear Men? Sep, se podría.

Otro gran ejemplo de esto es la película Time Cop del gran Jean Claude Van Damme, donde aparte introducen la idea de que si el viajante se encuentra con su yo del pasado y se tocan se genera una “paradoja personal” y terminan fusionándose en una masa informe y gelatinosa.

Una variante interesante de esta mecánica es la que nos plantea la comedia “Hot Tub Time Machine” y que es llevada al extremo en la serie “Quantum Leap” que es que en realidad lo que viaja al pasado es la conciencia y no el cuerpo. Por lo tanto la mente del viajante usurpa el cuerpo de su yo del pasado (o el de una persona cualquiera del pasado) y si produce algún cambio cuando vuelva puede terminar viviendo en un futuro totalmente distinto. Un ejemplo reciente de esto es la adaptación cinematográfica de la antes mencionada “Days of Future Past” y uno un poco más viejo “The Butterfly Effect”.

Los universos paralelos:

Esta es la más compleja de analizar, porque no es que existe una sola línea temporal, un solo universo, sino que cada vez que se cambia el pasado en realidad se abren distintas líneas temporales, distintos universos que se crean y son paralelos.

Esta mecánica se puede ver en sagas de comics como Days Of Future Past, donde la Tierra dominada por los Sentinelas sigue existiendo, pero se explica mucho mejor en el viaje al pasado de Trunks del Futuro en Dragon Ball donde el universo del que viene Trunks sigue existiendo a tal punto que luego vuelve a ese futuro y derrota a los Androides.

Esta es la solución más simple al tema paradojas temporales porque simplemente no existen, todo termina siendo explicado con que son infinitos universos paralelos que se abren cada vez que existe un viaje en el tiempo (o si lo pensamos al revés, el multiverso existe en realidad porque en algún momento alguien viajó en el tiempo y se mandó muuuucccchhhaaasss cagadas).

¿Estará “Terminator Genisys” en esta categoría? Puede ser, pero es tan divertida que no me importa.

El tiempo se cuida a sí mismo:

En esta mecánica temporal no es posible cambiar nada de lo que pase en el pasado que afecte el futuro del viajante. Es decir que existe una fuerza exterior que protege a la línea temporal de ser cambiada.

Lo que sufrimos con la serie Lost recordamos cómo aquellos viajeros temporales fallaron al tratar de matar al villano del futuro simplemente porque el arma no disparó cuando debería ¿por qué? Porque si disparaba se iba a generar una paradoja y “el tiempo se cuida”.

De la misma manera en la remake del 2002 de “The Time Machine” el personaje no puede evitar que su amada muera porque fue esa muerte la que lo hizo viajar al pasado y haga lo que haga no puede cambiar el destino de su mujer porque “el tiempo no admite paradojas”.

Otro ejemplo es la película “12 Monos” donde todo cierra de una manera redonda y perfecta, porque que el protagonista viaje atrás en el tiempo es sólo para cumplir algo que tiene que pasar en el pasado y que desatará que tenga que viajar en el tiempo.

El tiempo como algo muy complicado para ser explicado:

También en Doctor Who, en uno de los mejores capítulos de la serie, el protagonista (un alienígena de la raza de los cuasi-inmortales Señores del Tiempo”) intenta explicar un poco cómo funciona el tiempo a un simple ser humano y llega a esta hermosa frase “La gente asume el tiempo como una estricta progresión de causa y efecto… pero realmente es no-lineal, en un punto de vista no-subjetivo... es más como una gran bola de wibbly-wobbly, hecha de timey-wimey.”

Otro ejemplo de esta categoría es la impresionantemente hermosa (e intrincada) película “Primer”, donde no te explican absolutamente nada y sólo tenés que dejarte llevar (y si alguno dijo que la entendió, te está mintiendo).

De la misma manera en Star Trek Voyager la Capitán Janeway luego de participar en un viaje temporal dice “Viajes en el tiempo. En mi primer día como capitán de la Flota me juré que nunca me involucraría en una de esas paradojas. El futuro es el pasado y el pasado es el futuro. Me hace doler la cabeza” dado por zanjada la discusión y dejando en claro que, existe en el universo Star Trek una manera de explicar todo eso, pero que no es un tema complejo, demasiado complejo.

O en palabras de la Lucy Lawless animada por el equipo de Matt Groening “Un mago lo hizo”.

Y quizás esta última explicación sea la mejor.

La más acertada.

Porque si bien también se puede explicar con la gran frase de Arthur C. Clarke “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, ante todo hay que recordar que el viaje temporal es una fantasía.

Y así como no deberíamos intentar explicar cómo es que el pronunciar palabras en un pseudo latín horrendo hace que Harry Potter haga magia, ni cómo es que Lois Lane puede mantener relaciones sexuales con Superman sin partirse al medio… literalmente, no deberíamos preocuparnos por cómo se viaja en el tiempo sino solamente disfrutarlo.

Disfrutar de esa hermosa posibilidad de ver la interacción de dos eras distintas, de dos culturas distintas, de vivir en hechos del pasado que sólo sabemos gracias a la historia, de intentar disfrutar del choque de maneras de pensar distintas.

Porque entrar en un mundo de fantasía es bajar todas esas barreras lógicas o científicas que nos atrapan en este mundo que vivimos, por lo menos por un rato. De esa manera las historias fantásticas se pueden disfrutar mejor.

Y quizás, sólo quizás, después de hacer ese ejercicio varias veces podamos lograr cambiar nuestra percepción para ver que lo fantástico, lo asombroso y lo mágico, nos rodea todo el tiempo y que no sólo está en una pantalla de televisión o en las páginas de un libro.

Y cuando llegue ese momento vamos a poder ser verdaderamente habitantes de esta TierraFreak.