jueves, 26 de noviembre de 2015

Jessica Jones en Netflix - La Columna de Logan.



El pasado viernes 20 del presente mes se estrenó en la cadena Netflix la serie que capturó el interés de la comunidad friki en todo el mundo y también del televidente ocasional durante las últimas semanas -como suele suceder con esta cadena de video streaming cuando se trata de shows relacionados con el contrato que Marvel Studios realizó con esta empresa para expandir su universo fílmico-, la serie Jessica Jones. El primer lanzamiento bajo este arreglo comercial fue la primer temporada de Daredevil, un personaje que hacía rato venía pidiendo pista y merecía una nueva adaptación que lo dejara a la altura del tamaño que el personaje tiene en el papel. Esta vez, la jugada por parte de Netflix y Marvel es un poco más arriesgada, no solo porque la protagonista pertenece al sexo femenino sino porque el personaje no forma parte del imaginario cultural del universo Marvel expandido. Entonces, teniendo en cuenta que Marvel Studios debe tener alrededor de 100 personajes “superheróicos” a disposición suya para adaptar al cine o la televisión, de los cuales solo unos cuarenta –con toda la furia, e incluyendo a los Guardians y a algunos personajes adaptados en la serie de ABC Agents of S.H.I.E.L.D.- han tenido oportunidad de poder ser trasladados a alguno de estos dos medios, ¿cómo es que elige para el segundo estreno en Netflix a una personaje femenino que dista de estar en la primera línea de la editorial, y muchos incluso siquiera lo colocarían en la segunda? Bueno, la respuesta a esta y otras preguntas, aquí abajo.


Brian Michael Bendis

El origen de Jessica Jones tiene nombre y apellido, y el mismo es Brian Michael Bendis. A comienzos de la década pasada, en el 2001, este guionista que tiene admiradores y detractores por partes iguales vio la oportunidad de poder contar la historia de un personaje que le venía dando vuelta en la cabeza hace años, y el marco en el que pudo hacerlo fue el imprint MAX, una línea editorial de Marvel Comics con orientación adulta, de hecho la serie que le dio vida a Jessica Jones, Alias, fue la que inauguró este camino.

Originalmente el guionista iba a utilizar como protagonista a Jessica Drew (Spider-Woman), pero teniendo en cuenta lo que tenía pensado para la serie prefirió crear un personaje nuevo así no se tenía que preocupar por dejar secuelas psicológicas en un personaje clásico de la editorial. Es así como, para poder llevar adelante su plan utiliza el recurso de tabula rasa y nos presenta a nuestra protagonista que tiene que lidiar con el hecho de tener un pasado en común con los Avengers como una superheroína de nombre Jewel.  Alias entonces fue una serie noir en tono de novela negra de 28 números muy jodida que tuvo sus picos de polémica por presentar relaciones sexuales interraciales, entre otras cosas, pero a la vez sorprendió y agradó a la gran mayoría por mostrarnos un personaje femenino fuerte, con carácter, con pocas pulgas, independiente, mal hablado y alcohólico, todo un ejemplo a seguir. Así y todo, la muñeca de Bendis a la hora de escribir la trama y desarrollar los diálogos hizo que muchos de nosotros añoráramos tener una novia como Jessica Jones (tal el nombre del personaje en cuestión), porque veíamos en ella un ser necesitado de afecto pero que más que seguro no se iba a obsesionar con una relación de pareja, un personaje con ética y principios pero que sabía que muchas veces hay que ensuciarse las manos para resolver ciertas cuestiones, y sobre todo un personaje honesto, frontal, sin dobles discursos y sexualmente muy activo. Jessica prácticamente carecía de todos los defectos que el hombre heterosexual suele “criticarle” al sexo opuesto.

Alias estaba circunscripto sin ningún tipo de dudas en el universo tradicional de Marvel Comics, y Bendis se encargó de dejar bien en claro eso no solo ofreciendo pinceladas del pasado en común que la protagonista tuvo con los Héroes más poderosos de la tierra, sino también utilizando personajes de peso de la editorial como invitados ocasionales, y así tuvimos la presencia de Matt Murdock, J. Jonah Jameson, Rick Jones, Spider-Woman y hasta el Captain America. Y por supuesto Luke Cage, de quien es amigo hace un tiempo y con quien comparte la cama un par de veces, además de escuchar sus consejos. La columna vertebral de la serie, como era de esperar, es la profesión que actualmente ejerce Jessica, investigadora privada, y los casos que le acercan generalmente tienen un componente “super-humano”, razón por la cual no son pocas las veces que Jones tiene que hacer uso de sus poderes para poder resolver algún dilema, los cuales incluyen una fuerza sobre-humana y cierta velocidad para poder cerrar algunas heridas, aunque no al nivel de la regeneración ilimitada de Wolverine. Alias tuvo una pseudo-continuación en una serie llamada The Pulse, también escrita por Bendis, pero aquí ya el componente superheróico es mayor, el tono de la serie cambia radicalmente y deja de ser un relato denso, oscuro y perturbador para transformarse en otro comic superheróico más, entre otras cosas porque esta serie está fuera del sello MAX. El resto de las apariciones de Jessica en el universo Marvel son tan pobres e intrascendentes que no amerita mención, y siendo así, queda Alias como el único elemento importante a tener en cuenta cuando se piensa en este personaje.

How to be a Badass Girl


Es así como este personaje termina siendo una opción más que viable para protagonizar una de las series del Marvel Cinetamic Studios que compone el universo urbano, oscuro y terrenal que viene poblando a paso lento y decidido la pantalla de Netflix. Por el tono de Alias y el carisma del personaje la elección no fue difícil de tomar, aunque por supuesto, como mencioné más arriba, al menos dentro de los medios audiovisuales el personaje tenía que ser construido desde cero ya que no consta siquiera de un cameo en algún film o episodio televisivo previo a este estreno. 

Para llevar adelante tamaño desafío los productores –entre los que se cuenta a Melissa Rosenberg, cabeza de este equipo y showrunner, con la experiencia de haber trabajado adaptando para el cine los libros de Stephenie Meyer de la saga Twilight así como también escribiendo guiones para las series Party of Five, Hercules: The Legendary Journeys, Dexter, Birds of Prey y Ally McBeal- pusieron especial énfasis en el casting, y quien tendría que cargar sobre sus hombros con el pesado protagónico de Jessica es ni más ni menos que Krysten Ritter, quien muchos de nosotros aún recordamos por su fugaz pero impactante paso por Breaking Bad pero que tiene una carrera consolidada en televisión. El resto del casting es digno de ser mencionado pero pocos lectores van a ubicar a estos actores, con la salvedad del enorme David Tennant y su paso por la serie de culto Doctor Who y la atractiva Carrie-Anne Moss recordaba no solo por la trilogía Matrix sino también por el film de Nolan, Memento (2000).

Jessica Jones, la serie de Netflix, es un experimento por demás interesante para los estudios que la produjeron, porque les plantea el desafío de presentar un personaje femenino atípico, controversial y polémico, pero también les da la oportunidad de expresar ciertas posturas sociológicas relacionadas con las problemáticas del sexo femenino y su lugar en el mundo moderno. Abusos físicos y psicológicos de parejas, violaciones, explotación femenina, adicciones varias, la mujer como empresaria, emancipación de los padres, todas estas cuestiones van formando parte, capítulo a capítulo, del entramado de plots que van concatenando el arco argumental del show, todo esto de la mano de un guión impecable y una caracterización ejemplar por parte de los convocados para interpretar los personajes principales, pero además de una dirección deliciosa y una musicalización correcta que le aporta el tono y la profundidad que esta producción requería. Prácticamente no hay nada que criticar dentro de estos aspectos y muchos terminan por sorprender, como por ejemplo la coherencia en la trama cuando se trata de afectos de Jessica que pueden llegar a correr peligro, y las precauciones que toma nuestra protagonista para que eso no suceda, utilizando todo el tiempo el apoyo logístico que la tecnología de hoy proporciona.

Purple Man

La sorpresa de esta temporada, como ya sucediera con su predecesora –Daredevil- y el papel que le tocó personificar a Vincent D'Onofrio, viene, una vez más, por el lado del villano, en este caso único, un delicioso y temible Kilgrave caracterizado por el escocés David Tennant. Ojo, otros personajes importantes como el Luke Cage de Mike Colter y la Patricia "Trish" Walker de Rachael Taylor estuvieron a la altura de lo escrito, pero lo de Tennant por momentos te deja sin aliento. Los diálogos, los gestos, las posturas, las reacciones, las miradas… todo en este personaje lo hace temible, sobre todo por algunas sutilezas y por la verosimilitud de los diálogos. Sumado a esto hay un especial énfasis en el vestuario elegido y en detalles gastronómicos que terminan por cerrar un villano único que en pocos capítulos termina dejando una huella enorme.

Y en este aspecto, tomando distancia incluso de esa magnífica caracterización, me parece oportuno apuntar dos cuestiones, una sumamente positiva y otra levemente negativa: Kilgrave como amenaza se termina consolidando como el personaje más peligroso de todo el Marvel Cinematic Universe, sin discusión. Tanto por su psicopatía que no conoce límites morales ni éticos y no busca ningún tipo de rédito salvo entretenerse y llevar adelante su “venganza”, así como por la magnitud de su poder y el alcance del mismo. En los primeros capítulos, cuando comenzamos a descubrir sus habilidades, hay momentos donde al televidente no le queda otra que llegar a la conclusión de que Kilgrave es virtualmente imposible de detener, y claramente Jessica Jones, empecinada como está en demostrar públicamente la existencia de este personaje y sus habilidades, tiene todas las de perder. La perturbadora relación que se plantea entre ambos y se va desarrollando promediando la temporada incluso da pie a que, por momentos, el televidente se cuestione hasta que punto Kilgrave es inocente, o cuanto menos, una víctima más. Precioso.

Lo negativo que no puedo dejar de señalar es que la única amenaza real, la que termina articulando los 13 episodios que componen la temporada de esta serie, es este villano, Kilgrave, quien, más allá de que pocas veces se ensucia las manos y generalmente suele utilizar “esbirros” para ejecutar sus planes, termina articulando una trama muy cerrada y enfocada en una sola amenaza, lo cual, si la serie no hubiera estado magistralmente escrita y balanceada, podría haber puesto en riesgo la calidad de la misma. Pero desde ese lado, Daredevil y las otras producciones televisivas de Marvel Studios se postulan como mucho más corales y abiertas. Así y todo, el trabajo detectivesco de nuestra protagonista tuvo espacio para poder incluir algunos casos que no necesariamente estaban directamente relacionados con la amenaza imperante.

A la hora de comparar este show con el de nuestro abogado favorito otro factor que no le jugó a favor a la reciente Jessica Jones es el componente de acción, y no porque las aventuras de nuestra femme fatale carecieran de la misma sino porque la brutalidad, violencia y sobre todo las preciosas coreografías de la serie “hermana” posicionan ese elemento unos escalones más arriba.

Pero superados estos puntos de análisis, la Jessica Jones de Netflix es un drama humano muy intenso y exquisito, repleto de guiños para el lector y el seguidor del desarrollo del Marvel Cinematic Universe, con un componente erótico que en ese punto la posiciona, quizás, como el show más “adulto” de todos, y con una protagonista que, al igual que su predecesora en papel, termina enamorando a la audiencia con su carácter, su carisma y su accionar. Pocas veces sentimos lástima por Jessica, ya que su actitud ante la vida y los problemas no da cabida a que nazca en el televidente ese tipo de sentimientos, y la gran mayoría del tiempo no podemos más que aplaudir, sobre todo cuando cada vez que ingresa a su domicilio lo primero que hace es arrastrarse en busca de algo de alcohol. ¡¿Cómo no enamorarse de una mujer así, me quieren explicar?!

Ojalá esta no sea la última vez que Marvel Studios me dé la oportunidad de poder escribir sobre este personaje, pero lo que más deseo es que este camino que han comenzado a recorrer junto con Netflix, y que a esta altura está super consolidado, en sus próximos estrenos siga conservando este nivel.
Nos leemos la semana que viene, acá, en Tierra Freak.