jueves, 9 de abril de 2015

Agent Carter - La Columna de Logan.


Ya estamos en abril del 2015, y este es, qué duda cabe, el mes de Marvel. Durante el día de mañana la señal Netflix estrenará, completa y de un solo saque, la miniserie compuesta por 13 capítulos dedicada al héroe Daredevil, y solo 13 días después, el jueves 23 del presente mes, tendremos por fin el esperado estreno de Avengers: Age of Ultron (2015), la anticipada secuela de The Avengers (2012), dirigida una vez más –y por última vez- por nuestro queridísimo Joss Whedon, misma que dará casi por finalizada la Phase Two del Marvel Cinematic Universe, que se completará este mismo año, el 17 de julio, con el estreno de Ant-Man (2015). Volviendo a lo que nos concierne este mes, aquí en Tierra Freak nos sumamos a este evento desde nuestras trincheras, y a nuestra manera, y para eso iremos armando, pieza por pieza, una enorme y completa retrospectiva de lo que nos fue deparando este universo hasta el momento, que desde hace casi 2 años trascendió la pantalla gigante y comenzó a expandirse también a través de la televisión. Para esto, comenzaremos analizando la que fue una de las series que más perfil bajo tuvo de toda esta movida, la dedicada a la agente del S.S.R. (Strategic Scientific Reserve, que significa Reserva Científica Estratégica) Peggy Carter, para luego, el jueves que viene, centrarnos en la miniserie de Daredevil y luego, el mismo jueves del estreno de Avengers: Age of Ultron, juntar todas las piezas y cerrar el círculo ofreciendo un exhaustivo informe sobre la cronología del M.C.U., cerrando ese artículo con un párrafo dedicado al film de Marvel que se estrena ese mismo día.


Marvel One-Shot: Agent Carter


Deduzco muchos de los que entraron a leer esta reseña tienen claro cuál es el origen “cinematográfico” de la protagonista de Agent Carter, pero para quienes no, la primera aparición de este personaje se da en el film Captain America: The First Avenger (2011), mismo que introduce al personaje del Capi en el M.C.U., el cual está, por razones obvias, ambientado casi en su totalidad en la década del ’40. La agente británica Peggy Carter formó parte del experimento "super-soldier" llevado adelante por el Strategic Scientific Reserve, y se terminó transformando en el interés romántico de Steve Rogers, a.k.a. Captain America. El personaje fue llevado adelante decentemente por la actriz británica Hayley Atwell, a quien algunos de nosotros recordábamos por el film de Woody Allen, Cassandra's Dream (2007), y una vez finalizada la 1er película del Capi pocos éramos los que nos animábamos a apostar unas fichas a que volveríamos a saber de su existencia, muchos menos nos imaginábamos toda una serie girando alrededor de sus aventuras.

La “previa” para poder disfrutar de la experiencia completa de las aventuras live-action de Peggy Carter es uno de los cortos que los productores del M.C.U. realizaron a medida que iban lanzando algunas de sus producciones en DVD y Blu-ray, un exquisito y muy entretenido material extra complementario que cuenta algunos detalles (trascendentes o no) que “completan” la ya inmensa cronología de este universo compartido, mismos que fueron enmarcados bajo la etiqueta de “Marvel One-Shots”. Este “shot” de 15 minutos que fue incluido como extra en los discos de Iron Man 3 (2013) comienza con una de las escenas finales de Captain America: The First Avenger (2011), aquella en la cual Steve toma la drástica decisión de estrellar la gigantesca aeronave repleta de peligrosas bombas lejos de New York, en el océano ártico, mientras mantiene comunicación radial con nuestra Peggy. Un año después nos encontramos con que Carter sigue involucrada con el S.S.R., pero haciendo trabajo de oficina bajo la tutela del misógino agente Flynn, mientras el resto del equipo está tras la pista de un asesino serial conocido como Zodiac. Una noche, cuando todos los hombres abandonan dicha oficina para ir a emborracharse a un bar, y delegan una serie de informes a Carter para que se quede analizándolos (una oda al extremo patriarcado que se vivía en esos años, que será moneda corriente en la futura serie de nuestra agente), Peggy atiende una llamada con la localización exacta de Zodiac, y acude a su encuentro para ejecutar su captura, desatendiendo la recomendación de que la misma sea efectuada por un número no menor a 3 agentes. Haciendo uso de sus habilidades de combate se carga a 7 criminales, Zodiac incluido, y recupera de ese lugar un tubo de ensayo con un extraño símbolo que contiene un misterioso líquido azul, del cual no sabremos una sota, o al menos no en este corto. A pesar de haber resuelto ella sola con éxito una misión, su superior, el agente Flynn, vuelve a desautorizarla delante de todos sus compañeros, e incluso insinúa que su presencia en esta sección se debe a que es la “noviecita” del Capi, que sigue de duelo por la desaparición física del héroe. Una llamada de Howard Stark (a quien Flynn responde como si se tratara de su superior) pone las cosas en perspectiva, y nos hace saber que ahora la agente Carter será trasladada a Washington, para fundar la división S.H.I.E.L.D. mano a mano con el magnate millonario. Hay una divertida escena post-créditos en la cual el actor Neal McDonough, en su papel de Dum Dum Dugan, descubre la existencia de las bikinis, mientras observa, sentado al lado de Stark, a dos señoritas vistiendo esa indumentaria mientras charlan al lado de una piscina.

Amén de la música, la ambientación y unos pocos pero bien elaborados diálogos que se pueden rescatar, este corto no solo es irrelevante para la cronología del M.C.U. sino que hasta inclusive resulta un poco inconexo, o como mínimo no deja muchas cosas en claro. Nunca en toda la “saga” del M.C.U. nos presentaron a Stark padre como un tipo que tenga cierta autoridad por encima de agentes o militares involucrados en proyectos especiales… es, cuanto mucho, un consultor o colaborador, que suele contribuir con inventos, con infraestructura para desarrollar ciertos experimentos, o con financiamiento, pero que definitivamente no tiene la última palabra para absolutamente nada. Por otro lado, el acrónimo S.H.I.E.L.D. lo acuña por primera vez el agente Phil Coulson en el final de Iron Man (2008), así que el hecho de que siquiera lo mencione Stark a finales de los ’40 crea confusión. Finalmente, cuando comenzamos a ver la serie Agent Carter nos damos cuenta que la misma nunca realizó ese viaje a Washington, y la división S.H.I.E.L.D. sigue sin existir, lo que nos da la pauta de que, o bien los guionistas la cagaron con ese remate, o bien este corto se desarrolla incluso después de finalizada la serie Agent Carter.

Agent Carter, la serie de BBC

El piloto de la serie, que fue escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely, los mismos que estuvieron a cargo del guión adaptado de Captain America: The First Avenger (2011), comienza de forma similar al one-shot recién reseñado, recuperando de esta película el diálogo final entre Steve Rogers y nuestra Peggy, para dar cuenta a través de un titular de diario que a Howard Stark se le exige una explicación por una dudosa venta de armas. Luego, a través de la conjunción de flashbacks extraídos de la 1er peli del Capi y del one-shot de Carter, nos ponen en contexto del tipo de personaje que va a llevar adelante esta serie: una mujer que no le teme a la acción, que es efectiva en el campo de batalla, y que además es poseedora de una filosa lengua que no se guarda agudos comentarios. Esos mismos flashbacks también dan cuenta de la cercana relación que Peggy guarda no solo con Steve sino también con el mismísimo Stark padre, algo que tendrá relevancia en el resto del episodio. Lo primero que descubrimos es que Peggy sigue trabajando para el S.S.R. (Strategic Scientific Reserve), el organismo gubernamental yanquie que se esconde tras la fachada de una empresa telefónica ubicada en el corazón de Manhattan bajo el nombre de New York Bell Co., los cuales tienen como objetivo primario encontrar a un Howard Stark prófugo de la justicia, sospechado de vender armas a los enemigos de esta nación. No pasa mucho tiempo hasta que somos testigos de que, una vez más, la agente Carter es subestimada por sus superiores y relegada a responder llamadas telefónicas y organizar y clasificar informes, y sus opiniones sobre el caso no son tenidas en cuenta para la investigación. El leitmotiv del capítulo, que formará parte del arco argumental que enmarque toda esta temporada, es un encuentro en las sombras entre Stark y Carter, donde el 1ro le confiesa que efectivamente algunos de sus inventos han sido utilizados por criminales en terreno norteamericano porque casi todo su arsenal ha sido robado de su bóveda, y necesita de la ayuda de nuestra protagonista para descubrir al autor de tal fechoría y recuperar esos peligrosos inventos, y en el camino, de ser posible, limpiar su nombre. Es así como Carter pasa a convertirse en una doble espía, trabajando por un lado con sus compañeros –siempre que ellos se lo permitan- en la resolución del caso “Stark”, y por el otro de forma encubierta, colaborando con el mismo Howard para dar con el paradero de sus inventos. Para tal fin, el playboy millonario pondrá no solo todos los recursos que tiene a disposición de Peggy (o al menos aquellos que el gobierno no haya congelado o bloqueado de alguna forma) sino también la inestimable ayuda de su fiel chofer y mayordomo Edwin Jarvis, magistralmente caracterizado por James D'Arcy, otro actor británico que algunos de nosotros podemos recordar de la serie Secret Diary of a Call Girl.

Tomando un poco de distancia de la trama, las caracterizaciones y demás bemoles de la serie, podemos abordar el porqué de la existencia de la misma, ¿no? A nadie le cabe la más mínima duda de que este proyecto era una de las apuestas más arriesgadas de los productores e ideólogos del M.C.U. desde su inicio con aquella ya clásica Iron Man (2008), casi al nivel del próximo film a estrenarse de Ant-Man (2015). Una apuesta arriesgada y, para muchos, innecesaria. Haciendo un sondeo muy personal y, por lo tanto, limitado, puedo dar cuenta de que el interés por ver un show ambientado en el mismo entorno que el 1er film del Capi, pero encima con la guerra ya finalizada, era ínfimo, máxime teniendo en cuenta que las “conexiones” con el resto de las producciones generadas para y por el M.C.U. serían nulas, y cuanto mucho retroactivas. Si a eso le sumamos que la protagonista de dicho show sería un personaje secundario que se desprende del film del Capi, que para colmo carece de chapa alguna y que ya en los comics es considerado del Nacional B, Marvel Studios esta vez tenía todas las de perder. Pero a medida que pasan los años, y se acumulan los estrenos, las abultadas taquillas, y las críticas y recepciones de los mismos, nos vamos dando cuenta que Marvel y Disney no solo no le tienen miedo a nada (en parte porque tienen espalda para bancarse lo que sea, por supuesto) sino que hasta parecen tener un morboso placer por disfrutar de desafíos imposibles. Cuando anunciaron la serie de S.H.I.E.L.D. y prometieron que la misma tendría una conexión profunda y directa con el M.C.U. generado en el cine dejaron a medio mundo con la mandíbula por el suelo, y asumieron un riesgo enorme que casi les costó la cancelación de dicha serie, pero a la larga terminaron metiéndose en el bolsillo, una vez más, a todos los fans, sobre todo cuando el rumbo de la misma cambió drásticamente luego de los eventos de los que fuimos testigos en la secuela del primer film del Capi, Captain America: The Winter Soldier (2014). Esta vez asumen un riesgo aún mayor, y créanme cuando les digo que, una vez más, salen airosos.

Agent Carter es un show distinto, diferente a cualquier otro producto que haya salido al día de hoy de la factoría de Marvel Studios, íntegro y muy independiente pero no por eso totalmente desprendido del M.C.U., que puede leerse como una precuela de Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D. pero que no depende de esa lectura para sobresalir. Es una serie que tiene un ambiente muy parecido a films del estilo L.A. Confidential (1997) o a series como Boardwalk Empire, y por momentos evoca a diálogos y situaciones que nos remiten incluso a shows como Mad Men o The Wire, sin que eso signifique que arañe la calidad de estas producciones, ¿no? Pero tampoco lo busca: Agent Carter es un policial noir de espías con un componente de aventura y drama muy bien balanceado sostenido por un correcto casting enarbolado detrás de la magnífica composición que Hayley Atwell hace de su seductora Peggy Carter. Sí, puse “seductora” porque es la palabra que mejor define a este personaje, que no te hechiza gracias a sus atributos físicos –que los tiene- o a su destreza en el campo de batalla, sino por intermedio de una exquisita caracterización afianzada en sutiles miradas o gestos y mordaces diálogos que le permiten comerse cruda la pantalla dando vida a un personaje repleto de fortaleza y sentimiento que empatiza desde el minuto cero con el televidente. A diferencia de los inútiles compañeros que le vimos en aquel one-shot que movilizó a Marvel a generar esta serie, aquí la astuta de Carter está acompañada por un verdadero equipo de capaces agentes del orden que puede que no tengan el buen ojo de incluirla en sus investigaciones, pero no por eso dejan de destacarse, a veces llevando adelante violentos interrogatorios a la vieja ultranza, sacando la información que necesitan con la sangre de sus nudillos, y otras planteando un escenario en el cual dejan en jaque al entrevistado, como cuando lograron arrinconar a Jarvis bajo amenaza de deportación si no facilitaba alguna información sobre el paradero de su jefe. Sumado a esto, los agentes realizan un verdadero trabajo de investigación, abordando todas las aristas posibles del problema y exprimiendo hasta las pistas más endebles para poder conseguir data nueva, incluso cuando las mismas requieran que el jefe de la división tenga que hacer un viaje relámpago a una prisión alemana para entrevistarse con un coronel nazi a punto de ser ejecutado.

Mención aparte para la dirección de cada capítulo, que es poco menos que solemne y se ajusta de forma certera al clima y la ambientación de la época, algo que la producción en su conjunto pudo conseguir gracias a, por un lado, un brillante trabajo de Industrial Light & Magic, que incorporó cerca de 200 efectos especiales por episodio para ambientar la New York de fines de los ’40, y por el otro a las partituras escritas y ejecutadas por Christopher Lennertz [Supernatural, Revolution y los films Gimme Shelter (2013) y Horrible Bosses (2011)] y su equipo, que incluso incluyen algunas canciones originales que de seguro serán añadidas al soundtrack de la serie. Pero los detalles para trasladarnos a esta época no terminan ahí: en uno de los capítulos somos testigos de la realización de un radioteatro que tiene al Capi como protagonista (en la piel de un actor de teatro componiendo a nuestro héroe, por supuesto), mostrándonos de primera mano cómo quienes lo llevaban adelante montaban los precarios pero efectivos FX’s en vivo, y durante toda la temporada vemos, por el lado de los villanos, como cometen drásticos y secos asesinatos sin espacio para la teatralidad, con un par de balazos y ya, algo que va muy de la mano con el accionar “mafioso” que el inconsciente colectivo tiene incorporado a esos violentos tiempos de post-guerra y depresión. Si sumamos a esto la constante reiteración del discurso feminista sobre mujeres prosperando en terrenos de hombres que se presenta de distintas maneras a lo largo del show, y las conexiones, sutiles en algunos casos (las apariciones del Howard Stark de Dominic Cooper que ya vimos incontables veces en producciones cinematográficas del M.C.U. -por no mencionar el cameo de un legendario “artista” de Marvel Comics, que deja su huella en casi toda producción cinematográfica relacionada con esta editorial y no se privó de hacerlo también en esta serie-, la adaptación del Edwin Jarvis original traído directamente de los comics o la participación de los "Howling Commandos" en uno de los capítulos, con el querible Dum Dum Dugan a la cabeza), y muy fuertes en otras (¿Arnim Zola, les suena? Ah, y la revelación del origen del proyecto ruso “Black Widow”… cof cof) con el M.C.U., para deleite de los fans enfermizos, Agent Carter es una serie que cierra por todos lados, y debería dejar a todo el público conforme, pero sobre todo al fan duro de este universo. No es un golazo de media cancha pero es otra preciosa arista que conforma este único y maravilloso universo que Kevin Feige y compañía van armando, y teniendo en cuenta la fuerte identidad que tiene y la buena recepción que tuvo por parte de la crítica, no deberíamos sorprendernos si, a corto plazo, Marvel Studios vuelve a sorprendernos con otro producto de similares características. Nos volvemos a leer dentro de una semana, con una reseña similar a esta pero abordando la serie de Daredevil, aquí, en Tierra Freak.