miércoles, 14 de agosto de 2013

La lncreíble historia de La Marcha de los Sueños - El Gabinete del Dr. Morholt.



Estamos en época de elecciones en la Argentina, ya pasaron las “Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias” y, si bien este no es un lugar para hablar de política (no se preocupen, no lo voy a hacer), voy a contarles una historia innovadora, extraña, pero principalmente peronista.

La historia de "La Marcha de los Sueños".

Corría abril del año 2003 y estábamos en época electoral, más específicamente a una semana de las elecciones a Presidente de la Nación que ganara Carlos Saúl con tan poco margen que tuvo que ir a ballotage con Néstor Carlos, para luego bajarse del mismo y dar comienzo a la década kirchnerista.

Otro de los contendientes al cargo, y que salió cuarto, fue Adolfo Rodríguez Saá, o "El Adolfo" como lo llaman hasta el día de hoy.


En su equipo de prensa estaba Martín García, a quien se le ocurrió una de las más extrañas piezas propagandísticas: una historieta.
  
García es, según su currículum, locutor nacional, comunicador, periodista, productor y muchas cosas más, pero también guionista de historietas.

Es por eso que no parezca tan extraño que siendo parte de la dirección creativa de la campaña se le haya ocurrido encomendarles a artistas de la talla de Carlos Albiac, Carlos Pedrazzini, Angel “Lito” Fernández y Luis García Durán (todos miembros de la Agrupación Oesterheld, así como el mismo García) hacer una historieta con el candidato a presidente como protagonista.

Según me pudo confirmar García, la decisión se basó en que “no hacíamos campaña en televisión” y por eso lanzaron los casi 100 mil ejemplares que cubrieron todo el territorio nacional.

Pero lo más interesante es que Albiac no contó una historia clásica de una persona normal, sino que, con dibujos de Pedrazzini y Fernández a la altura de la circunstancias, se atrevió a plantear que "el Adolfo" era una especie de héroe nacional que venía a pelear contra "los gorilas".

Cuando, en su momento, le preguntaron a Pedrazzini por la caracterización de los gorilas, esos fieros enemigos del pueblo, dijo que "son una construcción mental de los argentinos de aquel entonces, cuando hablamos del gorila como algo concreto. El gorila es una situación típica de los 50, tal vez encarnado en algunos de los militares que tuvimos".

Y la historia comienza con "el Adolfo" contando que desciende directamente de "Lanza Seca", un revolucionario de San Luis que mucho después termina siendo gobernador de la provincia. Y habiendo puesto en claro esos orígenes, nos narra los hechos ocurridos en la crisis del 2001, cuando todos se lavan las manos y en un arrebato de heroísmo nacional le dice a unos asustados Reutemann y De La Sota "¡Yo agarro esa brasa, compañeros! El país no puede quedar a la deriva" y se hace cargo de la presidencia... por lo menos por una semana completa.

Porque, según nos cuenta este precioso folleto, los gorilas de siempre (los poderes ocultos que quieren manejar a la Argentina) le declaran la guerra y hacen lo imposible para que el héroe renuncie a su cargo. Es más, se meten en su discurso de renuncia y cortan la transmisión de la cadena nacional.

En la segunda historia de la revista ya directamente el candidato nos habla sobre todo lo bueno que hizo durante sus años como gobernador de San Luis y de nuevo nos cuenta qué hacía él mientras el país se iba a pique en las manos de aquellos que querían rifarlo al mejor postor o llevarse valijas atiborradas de dólares en vuelos clandestinos que salían de Ezeiza hacia las Islas Caimán.

En esta segunda parte los dibujos son de “Lito” Fernández (a pesar de no estar en los créditos, García me lo confirmó), y ese estilo menos limpio y con muchos más trazos que el de Pedrazzini, hace que la parte en que se nos cuenta la "caída en desgracia" del país y la sociedad sea más espectacular y sombría.

En una entrevista por esos años, el fallecido Albiac contó que hizo una gran investigación y habló con mucha gente que "vivió aquellos momentos tan feos de la Argentina en diciembre de 2001 con la renuncia de De la Rúa y la asunción de Ramón Puerta. Manejé una serie de materiales con un poco de corazón y experiencia".

La idea de Martín García era intentar llevar la historieta a personas no acostumbradas a ese lenguaje, pero el mismo Albiac dejó muy claro que no quería que sea sólo un folleto cuando declaró a la prensa en ese momento "con la distribución quiero ver de qué modo se hace para que sea algo creativo, no quiero que sea un folleto más porque de eso ya estamos llenos".

Otra cosa a remarcar es que para la escritura de la historia, el guionista viajó toda una semana a la provincia de San Luis para poder hablar con el candidato y sobre ese contacto dijo "Es un hombre llano, me resultó fácil trabajar sobre él" y cuando le preguntaron sobre si había sumado cosas de fantasía dijo "La historia de Saá está contenida en las tres secciones de la historieta y están las obras que él hizo en San Luis, que son verdad porque yo las vi y nadie me lo puede negar".

Por su parte, el dibujante Pedrazzini comentó que "hubo una propuesta, en la que se presentó un concepto de una situación y se desarrolló. A partir de ahí hicimos una trama en dos niveles, en donde el pueblo está actuando, recibiendo golpes y otro con los actos que se suceden hasta la presidencia de Rodríguez Saá".

Sin duda esta idea movió el avispero, ya que los diarios del momento titularon "Las aventuras de Superadolfo" o "Rodríguez Saá presenta su caricatura" o "Se viene el voto superhéroe".

Y más allá de que sea una historieta de calidad o no (eso queda en cada lector), cumplió su objetivo siendo algo nuevo, algo a lo que el sistema no estaba acostumbrado, algo que hizo ruido... algo bien “peronista”.