jueves, 15 de agosto de 2013

Historia de la San Diego Comic Con - La Columna de Logan.


Luego de tres semanas de receso debido a unas merecidas vacaciones (?), con la adrenalina todavía muy arriba culpa de las experiencias freakies vividas en la última edición de la Crack Bang Boom en Rosario, y como anticipo de la próxima gran convención que se va a celebrar en nuestro país, la Comicópolis, me pareció atinado armar una breve pero exhaustiva reseña que narre el origen y el camino recorrido de la convención más importante (aunque no la más grande) relacionada con este medio: la San Diego Comic-Con International, que tienen tanta chapa que muchas la llaman directamente “la” Comic-Con y ya. Así que, sin más, ahondemos en los inicios de esta celebración anual de la fantasía y la ciencia ficción.



Inicios

Quizás a alguien, con la introducción, le quedó picando un dato que tiré así, como quien no quiere la cosa: la Comic-Con de San Diego, a trasmano de lo que muchos creen, no es la convención más grande del mundo, no señor. Es la más grande de U.S.A., pero la 4ta a nivel mundial: si medimos la cantidad de asistentes que tiene durante los 4 días que dura, en ninguna de sus ediciones ha superado las 150.000 personas, y se ubica justo debajo de la Lucca Comics and Games, que se realiza en la ciudad de Lucca, Italia, y que contó con 180.000 participantes en su edición del 2012. Esta última es la 2da más grande de Europa, y se posiciona justo debajo de la Angoulême International Comics Festival que se realiza obviamente en la ciudad Francesa de Angoulême y que contó con más de 220.000 asistentes en su edición del 2012. La de Angoulême es la 2da más grande del mundo porque, por supuesto, está la terrible, tremenda, impresionante y descomunalmente enorme Comiket, que para colmo tiene 2 ediciones anuales (una en verano y otra en invierno), y en ninguna de sus ediciones baja de los 500.000 asistentes. Se realiza en Ariake, Tokyo (Japón) y en la última edición, que finalizó hace apenas unos días, arañó las 600.000 personas. Chupate esa mandarina, Comic-Con. Para los fanáticos del manga, el animé y el cine fantástico oriental, la Comiket es claramente la convención que les interesa, y la misma está a la altura de sus fans. Este evento tiene tal poder de convocatoria, mueve tanta plata y genera tantos temas y primicias que ameritaría una reseña propia, algo que seguramente en poco tiempo armaremos, con la colaboración de un corresponsal que estuvo en una de sus ediciones.


Volviendo a nuestro tema, ya que la Comic-Con de San Diego (desde ahora SDCC) no puede ser la más grande, al menos cuenta con un record: de estas 4, fue la 1ra. Históricamente, los primeros eventos que reunían a fanáticos de un género se comenzaron a dar a fines de la década del ’30 del Siglo pasado, y agrupaban a lectores de ciencia ficción norteamericanos y británicos (de hecho hay todo un dilema no resuelto acerca de cuál de los dos países tuvo, oficialmente, la 1ra reunión con categoría de evento), pero en lo que se refiere a la SDCC, el fundador de la misma fue Sheldon Dorf, un dibujante y guionista independiente que venía de organizar con otros amigos desde mediados de los ’60 la Detroit Triple Fan Fair, y cuando en 1970 se muda a San Diego, California, organizó una convención de un día "como preparación para la convención mayor que tenía en mente" con el escritor de ciencia ficción Forrest J. Ackerman como atracción estelar.
 La primera convención de cómic de tres días de   San Diego, la Golden State Comic-Con, se celebró en el U. S. Grant Hotel entre el 1 y el 3 de agosto de 1970, pero en los años siguientes (momento en el que cambian el nombre al actual) la convención se trasladaría al Hotel El Cortez, la Universidad de California y el Golden Hall, antes de pasar a celebrarse desde 1991 en el Centro de Convenciones de San Diego.

La convención actualmente es organizada por un panel de 13 miembros directivos, entre 16 y 20 trabajadores de medio-tiempo y tiempo completo, y 80 voluntarios que asisten por medio de comités. Comic Con International es una organización no lucrativa, y lo recaudado se emplea para financiar la Expo de Prensa alternativa y la Wondercon, una convención similar que se realiza en San Francisco. En septiembre de 2010 la convención anunció que se quedaría en San Diego hasta el 2015, algo que estimo no causó gracia a la cámara de comercio de esa ciudad, dado que de acuerdo con el buró de visitantes y convenciones de San Diego, la convención tiene un impacto económico anual de $162.8 millones. Upa la lá. De todos modos esto no es una decisión que se ha tomado a la ligera…

Problemas de alcoba

La capacidad de asistencia de la SDCC en 2006 y 2007 ocasionó muchos problemas, lo que causó que empezara a haber dudas sobre si el Centro de convenciones de San Diego es apto para mantener un evento de esa magnitud. En 2006, por primera vez en su historia, Comic-Con tuvo que cerrar la entrada por algunas horas el sábado para poder acomodar a la multitud que estaba casi hacinada dentro del lugar. En respuesta a esto, para el 2007 se introdujo una nueva membrecía de tres días que se vendía en puerta, misma que no incluía el sábado, y de todos modos agotaron todas las entradas de todo tipo: las diarias, las membrecías, todo-todito-todo. Al año siguiente entonces se abandonó la idea de membrecías para los tres días en puerta (disculpen la redundancia) y se decidió que las mismas solo se venderían por adelantado. Ese mismo año de nuevo se rompió un récord al agotarse todas las membrecías antes del evento, lo cual dio pie a un nuevo fenómeno que consta de la reventa de las mismas por precios exorbitantes en páginas como ebay y análogas. Ups, parece que al final esto del Gen Argentino es más un mito que una realidad… hay vivos en todos lados del planeta, ¿vió? xD
Ante la imposibilidad de agrandar el predio se optó por seguir piloteando el tema hasta el 2015 mientras buscan una ciudad que ofrezca posibilidades comerciales y de espacio superiores a las que tienen en San Diego. Dicho esto: aquellos que quieran conocer este evento en persona, en la ciudad que lo vio nacer y crecer y en las locaciones que vienen teniendo desde principios de los ’90 tienen solo 2 años para hacerlo… por no mencionar el hecho de que conseguir una de esas membrecías por los 4 días si no vivís en U.S.A. es una labor que está a la altura de alguien como Jack Bauer, mínimo.

Un Mundo de Sensaciones


Para ir finalizando, comentemos un poco algunas peculiaridades de esta convención a lo largo de la historia y analicemos las críticas negativas que la misma tiene de cierta parte del  fandom.
La SDCC ha servido de set de la película dirigida por Mark Hamill, Comic Book: The Movie (2004), y una parte del área externa cerca del Salón D del centro de convenciones apareció en la película Paul protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost, pero estas son apenas un par de las tantas apariciones y menciones que este evento tuvo, tiene y tendrá en nuestra sociedad: así como Jenna Jameson se ha convertido en una de las pocas actrices de la industria porno que trascendió la misma y es conocida por todo el mundo (aún cuando supuestamente muchos nunca la han visto “actuar”) y forma parte ya de nuestra cultura, la SDCC es probablemente el único evento de este tipo que tomó tal dimensión que es de público conocimiento y al día de hoy incluso en nuestro país amerita una cobertura de medios que generalmente no suelen cubrir noticias relacionadas con la animación, la historieta o el cine fantástico. Esto se debe a que hoy por hoy la SDCC es la plataforma de lanzamiento de muchos productos, como por ejemplo colecciones nuevas de Hasbro, Mattel y Sideshow Collectibles, así como también es el lugar donde se arman presentaciones de películas y series de T.V. próximas a presentarse, sumado a sesiones de revisión de portafolios con las más grandes compañías de cómics y videojuegos. A la distancia, el centro de atención de la SDCC lo terminan acaparando los paneles que arman las dos más grandes editoriales de comics U.S.A., Marvel y D.C., lugar donde anuncian y promocionan sus próximas producciones, sobre todo lo relacionado con el cine, y por supuesto lo hacen de la forma más extraordinaria posible, generalmente con invitados con mucha chapa [en la SDCC del 2011, por ejemplo, el panel de Marvel reunió a todo el casting protagonista de la película The Avengers (2012), director incluido], y estrenando algún trailer por 1ra vez, o anticipando posters, futuros proyectos, fichajes de actores o realizadores, etc. ¿Dónde recae, entonces, la crítica negativa hacia este evento? Bueno, claramente la misma proviene del sector más conservador y ortodoxo de los lectores de historieta, los cuales se quejan de que el foco de los anuncios se ha corrido: estos muchachos reclaman que años atrás las estrellas de la SDCC eran los artistas relacionados con el papel y los anuncios de más peso eran fichajes o traspasos de un guionista o dibujante de una editorial a otra, o el anticipo de alguna nueva macro-saga, e incluso las editoriales más pequeñas tenían su momento de gloria y su lugar en algún resumen de estos 4 días con alguna incorporación inesperada.
  Lo cierto es que dichas noticias relacionadas con movimientos editoriales no solo no han decaído, sino que siguen gozando de buena salud y tienen su lugar como todos los años… pero, por supuesto, las mismas son opacadas por aquellas que pueden ser cubiertas por cualquier medio, porque se relacionan con productos mucho más populares, como el cine y la t.v. Como ejemplo (pido disculpas por utilizar una vez más a Marvel Comics), este año la Casa de las Ideas anunció la Amazing X-Men de Aaron y Ed McGuinness y la miniserie Wolverine: Origins II, de Kieron Gillen y Adam Kubert, además de presentar a Steve McNiven como el nuevo dibujante regular de Uncanny Avengers. No conforme con eso, IDW por ejemplo se hizo con los derechos para publicar un cómic adaptando Fear and Loathing in Las Vegas (1998), y dentro de la misma editorial, Dave Sim anunció por fin su nuevo proyecto: The Strange Death of Alex Raymond, basada en la vida y muerte del autor creador de Flash Gordon. Esto por mencionar solo un par de primicias, si ponemos en la balanza el número y el calibre de anuncios que se hicieron en relación con la historieta y los pesamos con lo mismo hecho para cine y t.v., y nos olvidamos del poder de convocatoria y la cobertura mediática de unos y otros, la relación favorece cuantitativamente al papel, como sucede todos los santos años.

Así que, amigos, colegas, camaradas… dejen de lloriquear por la nada misma, cébense como hace el resto del mundo Freak y sigan disfrutando de este evento anual que emociona y entusiasma a medio mundo. Y si les queda tiempo, me buscan y me léen la semana que viene, acá, en Tierra Freak.