miércoles, 31 de julio de 2013

Star Trek Into Darkness - Crítica - El Gabinete del Dr. Morholt



Antes de empezar con esta reseña tengo que aclarar algo:

Soy un trekker declarado.
Soy un admirador de la franquicia creada por Gene Rodenberry desde que vi por primera vez "Star Trek: The Next Generation" en televisión abierta allá lejos y hace mucho tiempo. Me encanta el universo expandido (sean libros, comics, juegos y muchos etc.). Soy tan, tan trekker que hasta nombré a una de mis hijas como un personaje de la serie.


Y cuando en 2009 se habló del relanzamiento de la franquicia fue mucha mi emoción… y mucha mi decepción.

No me gustó lo que hizo J. J. Abrams en esa primera película por un montón de cosas (que en algún otro momento puedo llegar a comentar). Pero intenté ver esta segunda entrega del “Star Trek de Abrams” sin todos esos pre-juicios.
Por lo tanto voy a intentar, también, hablar desde lo técnico y no desde el fan (aunque como dice el título, no creo que sea nada objetiva la reseña).

Aclarado todo esto, empecemos:

Existe un viejo recurso bastante utilizado en cualquier narración, sea o no fantástica, y que se denomina "Deus ex Machina", es decir "Dios en la Máquina". Este recurso aparece por primera vez en el teatro griego cuando, en el momento en que los protagonistas estaban en una situación sin salida, totalmente atrapados, aparecía un dios, bajaba de los cielos y los ayudaba con sus poderes divinos (y el nombre se origina en que el actor que interpretaba a ese dios estaba colgado de una soga a una máquina que lo hacía descender en el escenario, ergo “Dios en la Máquina”).
Creo que el recurso se entiende, pero voy a dar un ejemplo que todos vimos en una película bastante famosa:

En Jurassic Park (1993) los protagonistas están rodeados de feroces velociraptors y a segundos de morir despedazados cuando de la nada aparece el tiranosaurio que se come a los velociraptors, dándoles la posibilidad de escape a los protagonistas.

Simple... claro... y, aceptémoslo, bastante berreta.

  
Digo, si la manera de generar tensión en una historia es poner a los protagonistas en una situación de la que no pueden o no saben cómo salir, no la resuelvas con la aparición de algo inesperado y que "por arte de magia" termina salvándolos. Bah! Por lo menos a mi, no me gusta.

Bueno, eso es una de las peores cosas que pasa en esta Star Trek Into Darkness.

¡Y pasa 2 veces!

Una no la voy a contar porque es demasiado berreta, pero, de última, había un 0,0001% de posibilidades de que pase.

La segunda es peor... mucho peor.

Puede que no lo recuerden, pero la idea de este falso reboot de Star Trek es que es un Universo Paralelo al de la serie original protagonizada por William Shatner y Leonard Nimoy. Es decir, para clarificar, que el James Tiberius Kirk que interpreta Chris Pine no es el mismo James Tiberius Kirk que interpretó Shatner. Son dos Kirks que viven en universos paralelos donde no todo se desarrolla de la misma manera.

En el universo Star Trek ya se había explotado la idea de los universos paralelos con el universo Mirror (que aparece por primera vez en un episodio del año 1967) donde la Federación Unida de Planetas es una organización donde todos son malvados.

Y, si recuerdan bien, el Spock del universo denominado "prime" (o sea el de la serie original, el interpretado por Leonard Nimoy) al final de la película del 2009 decide quedarse a vivir en el universo donde a Spock lo interpreta Zachary Quinto (universo Abrams, digámosle).
Es en ese final donde los dos Spocks tienen una charla donde el Spock Prime decide que no va a interferir más de lo que ya lo hizo en este universo y va a dejar que el Spock Abrams desarrolle su propia historia dentro del Enterprise, pero por sobre todo su relación con su Capitán Kirk.

Pues en esta nueva película, cuando las papas queman, cuando Spock Abrams no sabe qué hacer y se ve totalmente arrinconado por la duda de qué hacer, en vez de intentar sobrepasar sus propios límites (algo que todos queremos ver hacer a los protagonistas de las historias)... llama al Spock Prime y le pregunta algo así como "¿En tu universo tuviste un momento como este? ¿Cómo lo resolviste?" y listo el pollo, Spock Prime le da la solución al gran dilema y se soluciona todo.

Sep, así como lo leen. Así de berreta es la resolución de la trama principal.

"Pero... momento... ¿cómo es que Spock Prime ya pasó por una situación parecida?" podrán preguntarse ustedes lectores.

Pues fácil, muy fácil: esta segunda película de Star Trek del universo Abrams es una remake encubierta de la que los fanáticos (y no fanáticos) de Star Trek creemos que es la mejor película de la franquicia: "Star Trek II: The Wrath Of Khan".

No quiero adelantar mucho porque creo que todos deberían verla para poder sacar sus propias conclusiones, pero hay momentos calcados (y no a modo de homenaje, porque si es un homenaje está espantosamente hecho), hay personajes que toman las mismas decisiones y hasta diálogos que son iguales.

Entonces, y para finalizar, me pregunto: ¿la idea de este "falso reboot" no era generar historias nuevas que puedan llegar al público de esta época porque "la franquicia estaba totalmente agotada"? ¿Qué pasó con la idea de "la gente de ahora está acostumbrada a otro estilo de historias"? ¿Qué pasó con el "Star Trek atrasa porque es ciencia ficción vieja"?

La respuesta sea que quizás sólo tengamos que aceptar que las historias van a ser iguales y que sólo le van a poner FX de estas épocas (obviamente mejores y más espectaculares), más acción y muchas más explosiones… y sólo eso.

Y así, y sólo así, entonces quizás puedas disfrutar de esta Star Trek Into Darkness.