viernes, 5 de abril de 2013

Hellblazer - Tercera Parte - Conociendo el Infierno - Entrevista a Marcelo Frusín - La Columna de Logan.


Después de unos días de ausencia, recuperamos la regularidad y retomamos las reseñas dedicadas a John Constantine debido al final de la serie que lo tenía como protagonista bajo el sello de Vertigo, Hellblazer, y al relanzamiento del personaje dentro del universo D.C.
Existen solo 2 títulos de Vertigo donde dibujantes argentinos hayan dejado una huella, tanto estética como en números, tan inmensa que sea digna de considerar y anunciar a los gritos golpeándonos el pecho de orgullo: 100 Bullets, con la totalidad de sus 100 números dibujados por el maestro Eduardo Risso, y Hellblazer, que contó con el trabajo de Leonardo Manco y Marcelo Frusin, los cuales si sumamos los números de las etapas de cada uno llegan también a completar 100 números de 300 que tiene la serie. Hoy tenemos el lujo de poder contar con las opiniones y percepciones sobre su trabajo en la misma y sobre la serie de uno de ellos, así que, sin más, pasemos a la misma.


Entrevista a Marcelo Frusin

Sos el 1er dibujante Argentino -y uno de los dos únicos, el otro obviamente es Leo Manco- que ha trabajado en el título Hellblazer, y si la memoria no me falla es tu 1er trabajo bajo el sello de Vertigo. ¿Cómo se pusieron en contacto con vos para ofrecerte este trabajo?

Ya había hecho algunas historias cortas para Vertigo en Flinch, Weird Western Tales y Weird War Tales, después de éstas historias me ofrecieron un unitario en Hellblazer y luego la serie.

¿Conocías al personaje antes de ponerte a trabajar en él? 

Lo conocía solo de nombre, no había leído nada de Constantine hasta ese momento. Me gustó el tono sobrenatural y oscuro de la serie, siempre me interesó artísticamente el terror y el misterio, y mi estilo con sombras pensé que estaría bien en Hellblazer.

Trabajaste más que nada con 2 guionistas en Hellblazer, Brian Azzarello y Mikey Carey (se que tb dibujaste el #143 que tiene guión de Ellis, pero fue solo un número). ¿Qué opinión tenés de cada uno, en relación al tratamiento que le dieron al personaje, y a las posibilidades que te brindaron a vos como dibujante de poder expresarte y explayarte como quisieras dentro del guión que te daban para dibujar?

Brian escribió fantásticos diálogos en la serie, y delineó grandes personajes, el terror estaba dado por la psicología de los personajes y sus tortuosas relaciones, eran más terroríficos porque eran personas que uno puede cruzarse en la vida. Lo sobrenatural estaba insinuado, de telón de fondo para los monstruos cotidianos que se encontraban con John. En su etapa, Mike Carey escribió grandes episodios también, con él apareció el terror sobrenatural, demonios y ángeles, brujas y fantasmas, fue muy divertido para dibujar, pero un tono completamente diferente al de Brian. En la etapa de Mike había más acción y movimiento, Constantine viajó por el mundo y por diferentes épocas, y se enfrentó con pintorescos villanos y sus demonios, fue muy divertido de dibujar. 

¿Tomaste algo de los dibujantes anteriores para definir la estética de John Constantine?

Solo el sobretodo, la corbata y el pelo rubio...que debían mantenerse. Aunque también le cambié un poco la ropa en algunas sagas, cuando me pareció oportuno.

Estuviste casi 5 años trabajando casi de forma ininterrumpida con John Constantine, ¿hay algún personaje norteamericano al que le hayas dedicado tanto tiempo de tu vida? ¿Que se siente haber estado tanto tiempo involucrado con un comic como Hellblazer?

Constantine es el que más tiempo hice, es una etapa de mi vida, conviví muchas horas con él y lo hice con mucho cariño e interés, divirtiéndome y dando lo mejor de mí. El género de la serie me permitió usar juegos de luces y sombras, insinuar el misterio por momentos y en otros usar imágenes directamente gore, diseñar personajes de fantasía y ambientes que me resultaban muy interesantes artísticamente.

Antes y después de tu trabajo en Hellblazer, has laburado para la industria norteamericana. ¿Es distinto laburar en una serie como esta -Hellblazer-, editorialmente hablando? ¿Tenías mas o menos libertad para laburar, existían imposiciones editoriales con las cuales no estabas del todo de acuerdo? Te pregunto esto porque Hellblazer es un título en el que en un momento, por ejemplo, un guionista renunció producto de una censura, y si bien fue un caso anecdótico, eso tomó notoriedad pública pero es probable que desde ese momento la "lupa" editorial haya estado un poco mas enfocada a este título, sobre todo teniendo en cuenta el contenido del mismo.

Trabajé con bastante libertad, la serie tuvo momentos muy fuertes, tanto en lo sexual como en la violencia, a veces discutíamos con el editor si alguna imagen era demasiado excesiva, pero lo acordábamos y nunca hubo problemas, ellos eran abiertos a mis sugerencias, trabajé muy cómodo, tanto con los guionistas como con los editores.

¿Porque hay "Espacios" entre las sagas que dibujabas vos y el resto de los números en esa época? Esto te lo digo como lector sincero: una cosa era tener un Steve Dillon al mes siguiente de que dibujaste vos... pero tener que comerse un Guy Davis, por ejemplo... era una patada en las bolas. Mucha bronca.

Yo hacía el lápiz y la tinta de la serie, en las series mensuales el tiempo por número es muy poco, y a veces necesitás algún descanso o te podes atrasar por algo, por eso existen los números de relleno.

El número #200 es un número muy especial en la serie, por muchos motivos. Pero también fue un trabajo que, desde el lado de los dibujantes, lo tuvieron que realizar entre varios. ¿Cómo manejaron esa situación entre ustedes? ¿Cómo decidieron, por ejemplo, que parte iba a dibujar cada uno? ¿Tenías alguna referencia del trabajo que iban a presentar los otros dos dibujantes (Manco y Dillon)?

Recuerdo charlar con mi editor para ver en qué número salía de Hellblazer para poder empezar la nueva serie Loveless, me dijo del número 200 y me pareció un número redondo para un cambio de etapa. No, no sabía que iban a hacer los otros, fue un número especial, emotivo, Steve era el dibujante anterior, yo dejaba la serie para hacer LovelessLeo Manco empezaba en el siguiente número, era el número de despedida para mí, fue lindo que fuera el 200. Lo hice con un poco de melancolía.



¿Qué significó Hellblazer en tu vida como dibujante? ¿Fue una ventana, como generalmente se cree, que te abrió otras posibilidades laborales? ¿Tiene peso en tu CV haber trabajado 5 años en esta serie?

Sí, muchos me identifican por mi paso en la serie, y la recuerdan con cariño, eso me enorgullece. Y sí, Constantine me abrió nuevas puertas. Siempre será parte de mí. De mi juventud. De buenos tiempos.

¿Seguiste en contacto con el personaje una vez pasado el #200? ¿Leíste algo de la etapa que dibujó Manco, por ejemplo?

Conozco a Leo, por eso mire muchos de sus números, y charlamos varias veces sobre la serie, pero no leí casi nada después de dejarla. En realidad leo pocos comics, por cuestiones de tiempo, dibujar historietas es muy absorbente.

 ¿Qué opinión te merece el cierre de la serie Hellblazer en Vertigo y la nueva serie pero bajo D.C. Comics?

Me dio un poco de tristeza, deseo que John viva por mucho tiempo, me gustaba el tono adulto y libre que tenía en Vertigo, no sé cómo será bajo D.C., espero que sea interesante en algún sentido, por el bien del personaje.

La Cena de tu vida

El remate de esta entrega es una anécdota, tan pequeña para la masa pero enorme para quien escribe estas líneas. En el año 2006, en una de las convenciones de comics que se hizo ese año en esta ciudad, el invitado internacional estrella de la misma fue nada más y nada menos que David Lloyd, el dibujante británico de la maxi-serie V for Vendetta. Tuve la suerte de estar dentro de un grupo de personas que pudo acercarse lo suficiente a Lloyd como para poder invitarlo a cenar dos de las noches que estuvo en Capital Federal. Uno de esos días no tuve mejor idea que realizar el único Cosplay que hice en mi vida –y el único que volvería a hacer con gusto-: caracterizar a John Constantine. Ese día, durante la convención, me crucé con Manco y Frusin, y compartimos un par de rápidos comentarios sobre la serie producto de mi cosplay, sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar: cuando volvimos a invitar a Lloyd a cenar, esta vez también pudimos coordinar con ambos dibujantes argentinos para que formaran parte de la salida, y por supuesto que accedieron. Así que unas horas después estaba sentado en una mesa con otras 15 personas, a mi lado estaban sentados Leo y Marcelo, y exactamente enfrente… David Lloyd. Manco y Frusin oficiaban de traductores cuando alguno de los de la mesa no terminaba de entender algunas de las muchas anécdotas que Lloyd nos contó. Fue un momento precioso para muchos de los que estábamos ahí, pero sin ánimos de menospreciar al resto de los comensales, fue especial particularmente para mí, dado que tenía en la misma mesa a 3 dibujantes de mi personaje favorito. Nos encontramos con un Lloyd muy amable, muy correcto, enamorado de algunos placeres de la vida, como la bebida y la comida, al punto tal de mencionarnos que el estudio donde él dibuja y trabaja lo tiene montado en una inmensa cocina que tiene en su casa, con un gran ventanal que le ofrece una adecuada luz natural de día para poder trabajar. Y Frusin y Manco no se quedaron atrás con sus intervenciones y el humor de ambos, por supuesto. Leo incluso me puso en el aprieto de tener que elegir mi dibujante favorito de la serie hasta el momento, y para no dar el brazo a torcer por ninguno de los 3 me decanté por Steve Dillon.

La próxima reseña será la 4ta y última dedicada a John, donde abordaremos los diferentes portadistas que pasaron por la serie, analizaremos la etapa de Milligan que nos quedo afuera de la reseña anterior, y finalmente reflexionaremos sobre el final de la serie y el camino que emprende ahora John bajo el título Constantine, con un par de sorpresas para la despedida. No nos pierdan el rastro.