jueves, 9 de noviembre de 2017

Charlemos sobre Stranger Things 2 - La Columna de Logan.



Han pasado casi dos semanas del estreno mundial de Stranger Things 2, la continuación de aquella mini-serie de Netflix estrenada el año pasado que supo transformarse en un fenómeno cultural masivo casi instantáneo, inundando las redes sociales en muy pocos días con Memes, críticas y elogios como solo suele suceder con las buenas super-producciones hollywoodenses cinematográficas protagonizadas por eximias superestrellas del medio, con la diferencia de que, en este caso, la mayoría de los protagonistas del show eran actores absolutamente desconocidos hasta este momento, al igual que los creadores del mismo, los Duffer Brothers.

Puede que formes parte de los que ya disfrutaron de esta segunda entrega, puede que aún estés buscando tiempo o una buena excusa para regresar a este pequeño revival de los ’80, o puede que nunca te hayas acercado a esta producción en absoluto… si perteneces a este tercer grupo, mi recomendación es que dejes de leer esta entrada porque para analizar Stranger Things 2 es imprescindible retomar los nudos y las vueltas de tuerca de la 1er entrega, y en todo caso la mejor entrada para vos en este momento sería la que está linkeada unas líneas más arriba. En caso contrario, dirígete al texto que se encuentra debajo.


Consecuencias

Cuando nos enfrentamos a una producción como la 1er Stranger Things, es inevitable tener sentimientos encontrados. Por un lado, esos 8 capítulos iniciales funcionan como un enorme largometraje dividido en 8 momentos, la fluidez de la trama y la buena convivencia de las partes que traccionaron para armar el rompecabezas que nos depositaría en el clímax de la serie se posicionan muy por encima del resto de los elementos de los que está compuesto el show (los personajes, la música, la ambientación y los elementos referenciales de una época determinada), y siendo así, no somos pocos los que hubiéramos preferido que la historia se hubiera cerrado definitivamente al finalizar el último episodio.

Pero por el otro los Duffer Brothers han confeccionado un hermoso micro-universo que a muchos nos traslada a una época idílica en la cual la fantasía, la aventura y el misterio ocupaban un gran lugar en nuestras vidas, y lo han nutrido de un puñado de personajes memorables y queribles, los cuales la han pasado realmente mal para poder dar con el buenazo de Will, y si bien ésta primer temporada dedica unos 10 minutos a un merecido epílogo en el cual podemos, por fin, darle un cierre a ciertas relaciones, de todos modos el sentimiento general es que vamos a extrañar mucho a esos amigos y familiares, y nos encantaría volver a verlos. Es un sentimiento similar a cuando regresas de tu primer gran viaje a un lugar exótico –sino por sus características quizás sí por lo desconocido-, mismo que emprendiste rodeado de tus mejores amigos y en el cual vivieron decenas de aventuras inolvidables: la pasaste tan bien que te encantaría repetir la experiencia, aún cuando estás casi seguro de que eso es imposible. Podes volver a elegir un destino poco común, pueden volver a juntar la plata para dicha travesía, podes reunir nuevamente al mismo grupo, pero hay cuestiones relacionadas con esa primer experiencia que se tornarán irrepetibles, y en el tiempo que pasó entre una y otra aventura vos y tus amigos han cambiado, y también las relaciones entre todos…

El problema –si es que existe alguno- en Stranger Things 2 es exactamente el mismo. Los autores detrás de esta nueva aventura son los mismos, también los actores y sus personajes, y hasta hay un par de incorporaciones interesantes. La trama de esta nueva entrega es mucho más ambiciosa, al menos desde lo visual y también desde la producción, mucho más espectacular y cinematográfica, los peligros vuelven a estar a la orden del día, y en alguna medida también hay una cuota de “misterio” que sostiene el arco, y por supuesto existe un interés por parte de la audiencia de saber que fue de la vida de estos personajes los meses posteriores a las vivencias que experimentaron un año atrás, pero el impacto de la frescura de la entrega original no se verifica, porque en alguna medida volvemos a transitar un terreno conocido, decorado con un montón de condimentos nuevos y dotado de la misma magia y la misma entrega que puso la producción en la meta-referencia cultural ochentosa, y en algún punto incluso logran sorprendernos con el camino que terminan transitando muchos de los personajes, pero hay dos cuestiones que definitivamente le juegan en contra a esta secuela para posicionarse por encima de la original: la confección de una trama super inclusiva que logró armar un puzle gracias a la colaboración –individualmente o en conjunto- de todos los protagonistas de la serie y la paulatina revelación de un enorme misterio.

El solo hecho de saber de la existencia del Project MKUltra, de cómo funciona, de qué fue lo que hicieron en la temporada anterior, de los experimentos que llevaron adelante que dieron como resultado los poderes de Eleven, y sobre todo de saber que convivimos con una dimensión alternativa de nuestra realidad, el “Upside Down”, habitada por terribles entidades que sólo los más corajudos pueden mantener a raya le quita mucha gracia a la experiencia de volver a acercarse a esta obra con el mismo ímpetu. Por otro lado, toda historia que tenga como lastre unos capítulos previos cuenta con las mismas desventajas, y acostumbrados como estamos hoy a las secuelas –por no mencionar el Marvel Cinematic Universe, una saga en constante construcción y expansión que cuenta ya con 16 películas en su haber y a la que cada vez le cuesta más sorprender con sus producciones individuales sin que las mismas se vean resentidas por el peso de la saga principal-, esto no debería representar un problema de entendimiento entre las partes. La diferencia aquí yace en lo que mencioné al comienzo: la Stranger Things original es una historia tan bien armada, tan pulida y tan cerradita que da un poco de bronca no encontrar ese mismo nivel de escritura en esta secuela.

La Nueva Generación



Nada de lo que acabo de escribir va a ser perjudicial para que puedan disfrutar de lo que, a mi entender, es una hermosa secuela, muy emotiva, repleta de sorpresas y vueltas de tuerca sorprendentes, con momentos muy tiernos y también muy jodidos, con el clima y el ambiente al que los productores y directores nos han acostumbrado en la temporada previa, con muy buenas actuaciones de prácticamente todo el casting, y con una producción que, una vez más, está a la altura del desafío.

Leyendo algunas reseñas y escuchando opiniones de amigos o reviews en podcasts, me encontré con planteos que, desde lo personal, me resultan entre estúpidos y carentes de sustento lógico alguno. Por ejemplo, no son pocos los que expresaron que el mejor camino para una secuela de este show hubiera sido dejar pasar un tiempo y contar, por ejemplo, una historia vinculada a los hechos ocurridos en los ’80 pero 10 o 15 años después, en la localidad de Hawkins o en alguna población con características similares. Desde lo comercial, por supuesto, un planteo de este tipo para una serie de T.V. es asumir un riesgo enorme, y no por tomar esa decisión está garantizada la calidad de la secuela. Pero lo más importante de todo es que desde la parte emotiva y la conexión que el show estableció con la audiencia con los personajes, encaminar una secuela con un grupo completamente distinto de personajes, en este caso puntual es un completo despropósito. Yo soy el primero en citar casos como la genial Fargo, una antología policial en la cual cada temporada está ubicada en un momento distinto y protagonizada por personajes que prácticamente no tienen conexiones con los de la aventura previa, o si las hay son muy sutiles. Pero justamente la gracia de una producción como Fargo es que al final de cada ciclo la gran mayoría de los personajes protagonistas terminan tan golpeados por la vida y las situaciones que viven que es prácticamente imposible seguir contando algo con ellos… en el mejor de los casos, en el peor terminan muertos. Ridículo. Olvídense de esa estúpida idea salida de la boca de personas que a veces tienen que llenar el aire con palabras y no siempre tienen algo coherente o inteligente para aportar.

Si vas a encaminar una secuela de un show como Stranger Things, créanme cuando les digo que los Duffer Brothers han tomado las mejores decisiones al respecto. Para el primer año contaron con un grupo de actores que les respondió de la mejor manera, y entregaron el alma en pos de llevar adelante este tremendo drama, y en mi caso particular me hizo volver a prestarle atención a una actriz como Winona Ryder, a la cual tenía perdida y completamente fuera de mi radar, pero que con su performance me hizo acordar de los mejores momentos de su vasta carrera. Y yo, al igual que muchos de ustedes, quería saber qué sucedió con Joyce y también con Jim Hopper, con Mike, Dustin, Lucas y Will, y sobre todo con Eleven. ¡¿Qué carajos me iba a importar este mismo misterio en otra ciudad con otra gente en otro tiempo?!

Siendo así, comenzamos a transitar el primer episodio de esta nueva entrega y nos enteramos de que Joyce ya no está sola, ahora está en pareja con Bob Newby, un empleado de un RadioShack de Hawkins –un comercio dedicado a la venta y reparación de aparatos relacionados levemente con la electrónica y mayormente con el despertar audiovisual de esos años-, magistralmente caracterizado por Sean Astin. También aparece una joven pelirroja que responde al nombre de Maxine "Max" Mayfield, y usa como nickname "Madmax", en la piel de Sadie Sink, la cual se terminará transformando en el interés amoroso de Lucas y Dustin. Su hermano mayor, Billy Hargrove, interpretado por el fornido australiano Dacre Montgomery, hará las veces del “villano” humano o la antítesis del grupo de amigos que se fue consolidando en la temporada previa. El veterano actor Paul Reiser también tendrá un papel relevante en esta secuela, caracterizará a Sam Owens, un médico que está a cargo de llevar adelante los estudios sobre Will, supuestamente para asegurarse de su recuperación tanto física como mental, los cuales se llevan bajo un estricto secreto de estado, pero a la vez sigue los pasos del personaje de Matthew Modine en la temporada previa, a cargo de las investigaciones en el Hawkins Laboratory, y tiene, por supuesto, muchísima más empatía para con los habitantes de este poblado.

Stranger Things 2, a diferencia de su predecesora, cuenta con 9 episodios, y hay un motivo para que no hayan emparejado la cantidad de los mismos con la entrega anterior: hay un capítulo especial, el 7mo, titulado “The Lost Sister”, que es casi un pequeño largometraje independiente dentro de la serie, con su propio clima y estética particular, que cuenta además con su universo único referencial, y si bien este segmento no es fundamental para el desenlace del arco principal, además de ser muy entretenido y visualmente muy atractivo es importante para la evolución de uno de los protagonistas.
Estoy convencido que Stranger Things 2 es un excelente producto que está muy por encima de la media de la ficción televisiva actual, pero cualquiera que opine que está a la altura de la serie original en cualquiera de sus puntos definitivamente perdió la memoria o está hablando desde la emotividad reciente por la “novedad” de esta nueva entrega y no desde el sentido común. Es una secuela muy divertida, muy entretenida, repleta de momentos de suspenso real y con un millón de easter-eggs que podría haber mencionado en este texto para aburrirlos hasta el hartazgo, y es muy digna de su predecesora y muy coherente en el camino que recorrió, pero no logra sorprender y emocionar al mismo nivel, y parte de la frescura de la original se diluye con la repetición de ciertos esquemas en el planteo de algunos puzles, quizás lo único que realmente podemos señalar como negativo o contraproducente para acercarnos a la excitación y adicción que provocó aquella primer temporada. Nada de esto último debería ser un impedimento para que te hundas en esta segunda entrega y disfrutes mucho de la misma.

Beyond Stranger Things

Si bien en nuestro país no estamos acostumbrados a los mismos, al menos no para las producciones locales de ficción, en U.S.A. la tendencia indicaría que el público es cada vez más receptivo a los aftershow, programas dedicados a analizar una producción televisiva en su totalidad, o en su defecto un capítulo puntual. Hay que tener en cuenta que quizás para los usuarios duros de youtube esto no representa ninguna novedad dado que dicha página contiene decenas de usuarios que en sus canales dedican horas de sus producciones a levantar una crítica de películas y series de T.V., de la misma forma que lo hacemos aquí en Tierra Freak pero por escrito, pero la brutal y abismal diferencia entre los aftershow oficiales y una reseña de un usuario random de youtube es que los primeros están apoyados –y muchas veces co-producidos- por la misma cadena o productora que realiza el show, y siendo así tienen acceso a material extra sin editar, a detrás de cámaras, por no mencionar el hecho de que quienes llevan adelante estos programas son profesionales que se toman muy en serio su labor –y lo bien que hacen, porque a diferencia de los youtubers están cobrando por eso, ¿no?- y se desenvuelven muy bien delante de la cámara.

Hoy por hoy uno de los más populares es el AMC's Talking Dead, que desde el 2011 viene analizando, obviamente, una de las series más exitosas del momento, The Walking Dead, capítulo a capítulo, y en muchos casos cuentan con alguno de los actores o realizadores del show presentes en el programa para sumarse al debate y dotar al mismo de anécdotas detrás de cámara.

Para esta 2da temporada de Stranger Things la cadena Netflix preparó una joyita invaluable que sorprendió a muchos: Beyond Stranger Things es un aftershow de 7 capítulos dedicado a analizar la serie en su conjunto, y puntualmente los hechos acontecidos en la 2da temporada, así que debería ser consumida una vez finalizada la misma. El conductor de dicho show es nada menos que Jim Rash, el decano Craig Pelton de Community, y en cada capítulo tiene como invitados un combo de personalidades relacionadas con la serie, desde los mismísimos Duffer Brothers junto a Shawn Levy que es uno de los productores ejecutivos y director de varios capítulos –y también ha dirigido las películas Real Steel (2011), Date Night (2010) y Night at the Museum (2006) y su correspondiente secuela- pasando por la mismísima Millie Bobby Brown (Eleven), los 4 pibes e inclusive hay un capítulo dedicado a algunos de los personajes nuevos. 

Me tomé el atrevimiento de incluir este aftershow dentro de la reseña de esta temporada por varios motivos. El principal es que, como me gustó bastante la 2da temporada me quedé con ganas de más, y Netflix me tiró esto por la cabeza ni bien culminaba la misma, sin que yo supiera de su existencia. Y tengo que reconocer que fue un excelente “cierre” para este tramo de la serie, y me la dejó mucho más arriba de lo que hubiera estado sin el mismo. Gracias a la pericia de Rash como conductor y la química de los realizadores del show y sus actores, como televidente podemos ser testigos preferenciales del proceso de creación del show y sobre todo de las líneas argumentales de esta 2da 
temporada, del porqué de las motivaciones de muchos de los personajes, de las razones por las cuales se tomaron ciertas decisiones polémicas, podemos ver a los Duffer Brothers defender su producto a capa y espada y respaldar cada una de las opciones que fueron barajando para dar inicio a esta nueva aventura, y argumentar y justificar sus elecciones, y desde ahí podemos empatizar mucho más con el producto final. Sorprende mucho, también, ver el nivel de participación que tuvieron los actores en la construcción de sus personajes, al punto tal que en algunos casos parte de la trama fue modificada en pos del buen trabajo que el actor estaba entregando escena tras escena. Y finalmente hay una decena de anécdotas detrás de cámara que son narradas entre todos y que no dejan de ser divertidas y sorprendentes, muchas de las cuales tienen que ver con momentos críticos del show. Inclusive durante la filmación en vivo de este aftershow se generan nuevas anécdotas entre este hermoso grupo de personas que llevaron adelante esta inolvidable ficción, las cuales no hacen más que humanizar unos escalones más estos personajes, si es que eso es posible.

Ya sea que termines medianamente decepcionado con esta segunda temporada o muy excitado y entusiasmado por lo que se viene, de todos modos no debería dejar de ver Beyond Stranger Things porque va a sumar en positivo a la experiencia, y te va a ofrecer, quizás, unos puntos de vista y una perspectiva que no tenías, para usarlas como herramienta de análisis para futuras charlas con tus amigos.

Nos volvemos a leer muy pronto, aquí, en Tierra Freak.