jueves, 31 de agosto de 2017

El año que Vision tuvo una Familia - La Columna de Logan.




Tal y como sucedió hace casi 10 años con Iron Man –un personaje que si bien siempre tuvo su peso dentro del universo mainstream de comics de Marvel, fuera de él no lo conocía ni su vieja, y desde la exposición reciente que le dio el cine pasó a la primera plana de héroes de acción mundiales-, al día de hoy, gracias una vez más a la magia del cine, la editorial Marvel pudo colocar dentro del imaginario colectivo y popular varios personajes que durante años han existido casi exclusivamente en el acotado mundillo del comic book americano, con muy pocas apariciones animadas y prácticamente ninguna en carne y hueso. Este es el caso de Vision, un miembro fundamental de los Avengers que tuvo su primer aparición live-action en la ya clásica Avengers: Age of Ultron (2015), film dirigido por el maestro Joss Whedon en el cual este personaje está brillantemente caracterizado por Paul Bettany.

Hoy voy a animarlos a que conozcan un poco más sobre este personaje regresando al medio que lo vio nacer –la historieta-, arengándolos para que se acerquen a una reciente maxi-serie de sólo 12 números que se lee en un fin de semana y se disfruta un montón, y los deja muy cebados y con ganas de viajar al pasado en busca de más historias de este singular androide.



Una familia muy normal


Vision, la maxi-serie que nos reúne hoy aquí en Tierra Freak, fue una serie escrita por Tom King, dibujada por Gabriel Hernandez Walta, coloreada por Jordie Bellaire y editada por Wil Moss y Chris Robinson, y la realidad es que vale la pena darle una oportunidad en este sitio porque es una de esas pequeñas joyas que pasa muy desapercibida por el grueso de los lectores, entre otras cosas porque, salvo que seas un fan confeso de los Avengers, el apego que sentís por este personaje es ínfimo. Desde el vamos quiero aclarar que yo no formo parte de ese nicho de adoradores obsecuentes de los Héroes más grandes del mundo, partiendo de la base de que tengo en mi haber más comics malos leídos de este grupo que buenos, algo que de todos modos se verifica en absolutamente todo grupo superheróico mainstream, ¿no?

Pero de lo que sí soy un fanático confeso es de la ciencia ficción, y desde ese lugar un personaje como Vision siempre me va a llamar la atención y va a disparar ciertas alarmas dentro mío, ni más ni menos porque su creación y personalidad están relacionadas en un 100% con los conceptos de Inteligencia Artificial. No conforme con eso, la génesis de Vision –del Vision actual, del que fue incluido en los Avengers en los ’60 por Roy Thomas, no del Vision/Aarkus de los ’40 que fue creado por Joe Simon y Jack Kirby- está intrínsecamente arraigada con la existencia de uno de los villanos más importantes de los Avengers, Ultron. De hecho, la 1er aparición de Vision es, efectivamente, como villano, como un heraldo de Ultron, ni más ni menos.

 Esta dicotomía inicial del personaje es apenas una punta de lanza del abanico de experiencias por las cuales pasó en todos estos años, las cuales incluyen un romance con Wanda Maximoff, mejor conocida como Scarlet Witch que tuvo sus buenos momentos pero terminó en tragedia, para ambos. Lo bueno y refrescante de la maxi-serie de King y Hernandez Walta es que, si bien hace un uso intensivo de la cronología previa del personaje, para comenzar a leer la misma no necesitas saber mucho más que lo que el mismo comic inicial te muestra, y poco a poco el guionista te va a ir poniendo al tanto de muchas de las aventuras que Vision ha vivido a lo largo de su existencia. Sin embargo, si sos un lector completamente “virgen” acerca de la trayectoria de Vision, no está de más saber que al romance con Wanda le siguió una boda entre ambos que derivaría en el nacimiento de unos gemelos –oh sí, los androides pueden fecundar una humana, mire usted- que en realidad ambos terminarían descubriendo que no eran reales, todo culpa de la interferencia de Mephisto. Por supuesto esto provocó un quiebre en la relación entre ambos, aún cuando los sentimientos que se tenían mutuamente eran intensos, y el posterior alejamiento uno del otro. En el medio entre esos días y los actuales, a Vision lo armaron y desarmaron más veces de las que cualquier lector puede enumerar, e incluso muchos recordarán una muy puntual en la cual She-Hulk lo hace mierda al sospechar que Vision había asesinado a Scott Lang, uno de los Ant-Man.

Pero volviendo al “presente” y a la serie de King, en el 1er número descubrimos que Vision sigue formando parte fundamental de los Avengers, trabajando incluso como enlace entre el gobierno y los Héroes, y ha decidido formar una familia, mudándose con ella a un barrio residencial de Arlington, Virginia. ¿Y cómo formó esta nueva familia? Bueno, pues los hizo él mismo, que carajos… Seh, su mujer Virginia y sus hijos “gemelos” (oh sí, teléfono para Freud, nuevamente gemelos) Viv y Vin son todos androides, igual que él. Para desarrollar la personalidad de Virginia, Vision tomó las ondas cerebrales de un personaje que me lo reservo para que lo descubran ustedes cuando tengan contacto con esta obra, y la combinación de los patrones cerebrales de ambos dio como resultado las personalidades de sus hijos Vin y Viv, las cuales, oh casualidad, por esta arbitraria combinación carecen de la madurez de una personalidad adulta, razón por lo cual estos cerebros responderán a muchos patrones relacionados con esa edad humana.

Dilemas morales

King hace realmente un trabajo excepcional en este comic, y sin necesidad de reformular al personaje original aborda muchas de las problemáticas que incluyen el desarrollo de una Inteligencia Artificial de forma tal que resulte entretenida de leer y sea verosímil y funcional al relato. Vision es realmente un personaje excéntrico y atípico dentro de la formación de los Avengers, y me arriesgaría a decir dentro de casi todos los grupos superheróicos conocidos, el único personaje que se le acerca en personalidad es el conocido marciano de D.C. J'onn J'onzz, y de todos modos los conflictos con los que tienen que lidiar uno y otro son bien distintos.

La lógica y el sentido común deberían priorizar dentro del pensamiento de Vision, pero King nos vuelve a reiterar de formas elegantes y muy entretenidas que un ser que se maneje solo con la lógica es Ultron, el ser humano es impulsivo, emocional, irracional muchas veces, y toma muchas decisiones trascendentales de su vida por accidente, por omisión o por descuido. Por ejemplo, ser padres, ponele… el ser humano la mayoría de las veces gesta un hijo por un mandato social y obedeciendo a un instinto animal primitivo de supervivencia de la especie, y todo en nuestros cuerpos está calculado y codificado para hacerlo casi sin esfuerzo. Con toda la evolución que tenemos como sociedad y el valor que, por suerte, le hemos dado a la vida humana, aún estamos parados en los comienzos del debate sobre la gestación de un bebé, sobre la falta de límites que existen y sobre la ausencia de responsabilidades alrededor de ese acto. Aborto y control natal siguen siendo considerados, por muchas personas, palabras casi prohibidas, tabúes incluso, temas que es mejor evitar. Eso va por afuera de lo que la lógica y el sentido común indican, pero el ser humano es así, y si bien King no se detiene particularmente en este tema, a medida que el comic avanza encuentra una y mil maneras de mostrarnos los contrastes de un pensamiento lógico que busca auto-limitarse para no caer en el despotismo absoluto.
 
Como no podía ser de otra forma, una tragedia golpeará las puertas de la familia de Vision en su ausencia, y un secreto terminará sembrando la semilla de un conflicto que poco a poco va a posicionar a cada integrante de este grupo en situaciones y lugares incómodos, para ellos y para el lector. La experiencia de la vida es vivir constantemente con la prueba y el error, pero cuando se trata de la familia Vision el costo de un tropiezo podría ser demasiado elevado. King nos narra una sitcom dramática e intensa en donde se permite explorar el racismo, las relaciones matrimoniales y la adolescencia desde una óptica inesperada, maravillosa y excepcional, de la mano de cuatro personajes únicos que se van a ganar nuestro corazón en muy pocas páginas, y nos van a hacer sufrir más de la cuenta. Pero la muñeca del guionista está tan afilada que no por eso transforma la serie en un melodrama repleto de golpes bajos gratuitos, por el contrario, utilizando de forma muy inteligente la revelación de información de forma parcial, va montando un enorme rompecabezas repleto de pequeños detalles, muchos de los cuales terminan conectando y abriéndote el panorama general recién hacia el final.

Y si los diálogos y situaciones planteadas por King no fueran suficientes, ahí están los trazos de Hernandez Walta, muy conservadores y con una puesta de página super tradicional y ortodoxa, que dota a la serie de esa sensación de estar asistiendo a un show televisivo de familia tipo yanquie de los ’50, algo que no se podría apreciar del todo si no fuera por la certeza de la paleta de colores elegida por Bellaire, idónea para generar este clima. Vision es un comic que gráficamente no te llama la atención, a la distancia, pero a medida que te vas internando en este micro-universo agradeces el equipo creativo elegido, un acierto de los editores que evidentemente tenían muy claro hacia donde querían ir y qué es lo que querían comunicar. Y por suerte el equipo creativo se mantuvo estable hasta finalizar la maxi-serie, algo que no suele ser moneda corriente en estos días.

Vision es un comic que deberías permitirte leer por muchos motivos, pero principalmente porque no parece un comic superheróico, al menos no en su tratamiento visual y en el manejo de las relaciones. No puede huirle a ciertos costumbrismos de este género (un villano absolutamente fuera de sí dispuesto a matar al que se le ponga adelante, por ejemplo), pero en términos generales bien podría ser una serie salida del sello Vertigo o de Image, y sin embargo es 100% una aventura más de este magnífico personaje que es evidente aún tiene mucho para decir.
Nos leemos la semana que viene, aquí, en Tierra Freak.