martes, 28 de marzo de 2017

Power Rangers, la transformación correcta - El Gabinete del Dr. Morholt.



Antes de empezar a reseñar la película que se estrena mañana de Saban Entertainment basada en la franquicia que viene explotando desde 1993 (y que vendió a Dinsey en 2002 y que en 2010 finalmente la recuperó) debo aclarar que cuando apareció en la televisión vernácula yo ya había pasado mi época de fan de series como Ultraman o Kamen Rider.



 Es más, los Power Rangers me parecían un producto de muy baja calidad.

Pero fue en 2003 cuando me acerqué a la franquicia con otros ojos y descubrí lo que los Rangers realmente eran.

Desde ese momento, y por 4 años, los Power Rangers eran cita obligada frente a la pantalla chica y pude disfrutarlos como lo que realmente son: Superhéroes que manejan Mechas y tienen una historia, un legado, una especie de continuidad dentro del mismo universo. ¡Qué más se podía pedir!

Claro que luego de las maravillosas Time Force, Wild Force, Ninja Storm y Dino Thunder apareció la mucho menor S.P.D. y el nivel de bazofia ya se hizo insoportable con Mystic Force, pero bueno, hay ciertas fórmulas que cuando se repiten demasiado terminan perdiendo la fuerza que tenían al principio.

Fue entonces cuando comencé a ir para atrás, para conocer lo que se me mostraba como la “Golden Age” de esos Rangers que tanto me gustaron. Y así, haciendo las mismas concesiones que se hacen con los viejos comics de la JSA, pude disfrutar de las aventuras de Jason, Kimberly, Billy, Zack, Trini y por supuesto del gran Tommy.

Con todo esto quiero decir que cuando supe de una remake de esta franquicia me sentí como cuando apareció el New52 en DC (que debe haber sido como se sintieron los viejos lectores cuando apareció Crisis On Infinite Earths).

La mezcla de sentimientos fue complicada y las armaduras que nos mostraban los trailers y la Rita Repulsa de Elizabeth Banks no ayudaba en lo absoluto.

Pero ya en la sala, cuando la luz se apagó y comenzó la película de Dean Israelite (responsable de la interesantísima Project Almanac de 2015) sólo me dejé llevar de la mano por la narrativa. Y la gran primera secuencia hace que ese compromiso sea muy simple de realizar.

Porque si bien es cierto que es otra película que cuenta un origen de personajes que ya conocemos, y también que el nudo de la trama está bastante estirado, y que la animación 3D hace que las peleas de los Zords no respeten la estética clásica del género tokusatsu, y que por momentos la actuación de Banks se vaya de registro, o sea si obviamos todo eso… pues es una muy entretenida película.
Con una historia simple, concisa, donde se busca rejuvenecer a los personajes y a la vez respetar ciertos aspectos de las anteriores encarnaciones, es decir apuntar a un público nuevo con los guiños necesarios para dejar tranquilo al viejo, Power Rangers demuestra que se puede hacer un relanzamiento de la franquicia sin cometer el error que cometieron otras producciones como DC con su New52 o Paramount con su Star Trek de Abrams.

Y es que hay que tener en cuenta que uno de los responsables del guion es el mismo Haim Saban, ese egipcio que entendió que una serie como Super Sentai podía ser traducida y trasladada a los gustos de un público occidental hace casi un cuarto de siglo, pero que también están detrás de él Matt Sazama y Burk Sharpless, responsables del guion de The Last Witch Hunter otra historia muy clásica, pero a la vez muy entretenida.

Con respecto a la actualización de los personajes sólo me resta decir que lo nerdo de Billy está tan exagerado como lo imprudente de Zack, pero es entendible en estos tiempos que corren para lograr la identificación con el público objetivo. Lo mismo sucede con la homosexualidad manifiesta de uno de los Rangers, no porque alguno tuviera que serlo, sino porque en el Hollywood actual esa característica en un personaje parece importante de remarcar más que cualquier otra.

Porque aunque seamos fanas de la serie (o por lo menos de algunas temporadas), deberíamos entender que este relanzamiento de la franquicia no está dirigido a nosotros sino a un público mucho más joven, un público púber y adolescente que se siente perdido en el mundo actual y que le encantaría encontrar su lugar en el mundo y así madurar… porque ¿quién no querría madurar subido un dinosaurio mecánico que es parte de un robot gigante?