miércoles, 15 de febrero de 2017

John Wick 2, o cómo doblar la apuesta y salir ganando - El Gabinete del Dr. Morholt.



Si uno lee la sinopsis de la primera entrega de las aventuras de John Wick, interpretado por Keanu Reeves y estrenada en 2014 puede pensar que es un chiste a las viejas películas de Charles Bronson o una sátira a las películas de artes marciales de Hong Kong porque más o menos dice lo siguiente “Cuando el hijo de un gangster le roba su auto y mata a su perro, él va por toda la mafia junta.”

Y a pesar de que parezca un chiste, es lo que pasa realmente en la película. Pero lo hace de una manera tan magistral y espectacular que primero no parece ser la opera prima como director de Chad Stahelski (que trabaja en Hollywood como doble de riesgo desde 1991) sino que aparte se entiende que con un presupuesto de 20 millones de dólares haya recaudado 86 millones a nivel mundial haciéndola todo un éxito de taquilla y se hablara casi enseguida de que se iba a filmar la secuela.


Pero claro ¿cómo hacer para que no sea una repetición de los mismo que ya vimos? ¿es que al pobre Keanu le iban a matar otra vez al perro? ¿O esta vez iba a ser al gato?

Pues no, en esta segunda entrega de las aventuras del asesino más temido se nota que Derek Kolstad, escritor y padre de la criatura, tenía mucho más para ofrecernos y que en la primera parte se había quedado corto de tiempo, o por lo menos que su idea de hacer una trilogía la tenía bastante pensada.

Porque si bien el papel de Reeves es igual de corto (es más estoy casi seguro que dice menos frases que en la primera entrega) lo que se desarrolla el doble o más es el universo en el que John Wick está inmerso.

Porque en la anterior entrega se nos presentó una organización de asesinos y una mafia (la rusa) que accedía a ellos para ciertos trabajos y todo parecía estar circunscripto a la ciudad de Nueva York. Pero en realidad esa era sólo una de las tantas familias en todo el mundo que emplean asesinos a sueldo como John Wick que están organizados también a nivel mundial.

Es así como El Continental, ese hotel que suponíamos la casa central de la organización de asesinos, es sólo uno de los tantos refugios que tiene esta poderosa hermandad, así como los contactos y proveedores de armas e información que hay en los sitios más insospechados, mostrándonos que hay todo un mundo oculto a los ojos de los simples mortales.

Y así como se dobla la apuesta a nivel historia, lo mismo pasa a nivel técnico y estético.

Porque si algo tenía de bueno la primera entrega eran las coreografías de pelea y las escenas de acción. Pues en esta secuela vamos a encontrar muchísimo más de eso y mucho mejor logrado.

Y donde antes había 100 muertos llenos de sangre y disparos en la cabeza, ahora encontraremos 200.

De la misma manera que también se apuesta mucho más en el trabajo de fotografía que hace Dan Laustsen (responsable de la imagen de la maravillosa “Le pacte des loups” de 2001 y de “The League of Extraordinary Gentlemen” entre otras tantas).

Y también si podemos decir que la anterior tenía una narrativa más intimista, con escenarios más cerrados o lugares más comunes, en esta todo es más grande, más abierto, con mucho más lugar para que Wick dispare, patee cabezas y reviente a todos los que no lo dejan en paz.

Porque si antes fue por el perro y el auto y fue tras toda una familia mafiosa, ahora es porque quieren hacerlo volver a pesar de que ya está retirado y es capaz de terminar con todos y cada uno de ellos. Porque es un hombre con concentración, con voluntad perfecta y al que no le tiembla el pulso hasta el último minuto de película.

En las actuaciones, si bien parece ser un papel perfecto para Reeves, se destaca el trabajo de Ian McShane, el gerente de El Continental, el de Laurence Fishburne, como el capo de una de las familias mafiosas y el de Riccardo Scamarcio, el que viene a molestar a nuestro asesino favorito y sacarlo de sus vacaciones.

El dicho de que nunca segundas partes fueron buenas se cumple solamente cuando los productores quieren exprimir el éxito obtenido, pero sin arriesgar, sin apostar a más. Y por suerte “John Wick Chapter 2” apuesta mucho más y los espectadores salimos ganando.