viernes, 13 de enero de 2017

Las 10 mejores series de Televisión del 2016 - La Columna de Logan.




Es así, mi querido lector, si la semana pasada te comiste mi clásica sección semanal con el anticipo de los estrenos cinematográficos que nos interesan para los próximos 6 meses, esta semana toca hacer un repaso, como hice para el 2014 y también para el 2015 de aquellas series de televisión o mini-series que fueron lo más destacado de este 2016 que se acaba de ir. Por supuesto, seleccionar solo 10 shows de este medio -que sigue en alza y no para de crecer- como lo mejor de un año parecería una misión de locos absolutamente arbitraria, y es por eso que nosotros en Tierra Freak ponemos una limitación: solo entran en este TOP aquellas producciones que se hayan estrenado este año que acaba de concluir. Afuera quedará entonces la magnífica 4ta temporada de The Americans, las tremendas 2das temporadas de Better CallSaul y Daredevil, la 3er temporada de Black Mirror y varias, varias más. Pero tal y como lo indican los links que seguramente volvieron loco a mi camarada Saki, muchas de estas producciones de todos modos tuvieron su correspondiente cobertura en el sitio durante el año, y siendo así, demos lugar entonces al listado.   



Preacher

Como mencioné en su momento, Preacher era una de esas producciones con las cuales estaba casi seguro me iba a agarrar a trompadas en la cara, lisa y llanamente, dado que el show estaba por adaptar uno de mis comics favoritos de todos los tiempos. Y la serie, sin duda alguna, dividió las aguas, no solo entre los televidentes normales sino también entre los lectores de la obra original: están los que la aman y están los que desean escupir en el rostro de los productores y actores, sin más.

Si esta producción de AMC forma parte de esta lista claramente me encuentro entre los primeros, ya que a mi entender la traslación que hicieron no solo es digna y homenajea de forma fresca y original la obra de Garth Ennis y nuestro recientemente difunto Steve Dillon, además es un deleite para el buen paladar, con una puesta en escena magnífica, unas direcciones de capítulos impecables, una captura acertada del tono y el clima de la serie regular de Vertigo, y un puñado de sorpresas aquí y allá dispuestos de forma muy original para quienes conocemos de memoria cada viñeta del comic. El final, para colmo, no podía ser más explosivo, literalmente, y nos deja en un punto de partida muy similar a lo leído en el 1er comic de la serie (?), un juego perverso y enmarañado que de todos modos guarda sentido con lo narrado y sigue manteniéndose muy fiel al comic, aún con los violentos cambios que tuvo la trama. Ni falta hace aclarar que es una de las 2das temporadas que más estoy esperando para este 2017.

Atlanta

Probablemente me vaya a arrepentir –dentro de unos años- de lo que estoy por escribir, pero hoy, hoy por hoy, creo que en U.S.A. la señal FX, que forma parte del cable básico de allá, se está transformando poco a poco en el HBO/Netflix/Showtime de ese circuito. El motivo: no tienen miedo en apostar por productos bizarros. The Strain, American Horror Story, la ya mencionada The Americans, Fargo, y Sitcoms del tipo You're the Worst, Better Things (la nueva producción del genio de Louis C.K.) o la que toca reseñar en este párrafo, Atlanta, la creación de Donald Glover -quien también se hace llamar Childish Gambino dentro de la comunidad rapera-, actor que muchos reconocemos por su paso en otra Sitcom, Community  y que ya fue fichado para caracterizar a un joven Lando Calrissian en la precuela de las aventuras de Han Solo dentro de la serie de films que habitan el universo de Star Wars. Ah, y así, como quien no quiere la cosa, va a tener un cameo en la próxima Spider-Man: Homecoming (2017).

Pero bueno, volviendo a Atlanta, la serie sigue las aventuras de Earn, en la piel del propio Glover (sí, el pibe crea la serie, la escribe y la protagoniza… ¿y qué?), un joven padre de una niña de un par de años que aún vive con su ex-mujer (la madre de dicha niña) e intenta encontrarle un rumbo a su vida, y utiliza sus dotes como D.J. y potencial productor para prenderse de la escalada exitosa que podría tener su primo, quien se está haciendo conocido bajo el nombre artístico de Paper Boi y acaba de pegarla con un tema homónimo. La serie se encarga de exponer cuestiones de raza, género e identidad de formas tan hilarantes como dramáticas, y el balance que logran todos los involucrados en esta fórmula exquisita y explosiva para mantener siempre en un mismo nivel ambos extremos es el secreto de esta Sitcom que tristemente no tuvo el rating esperado pero para tranquilidad de quienes la hemos seguido como mínimo pudo confirmar una 2da temporada.

Sus capítulos con cierta narrativa experimental son únicos en la televisión actual, muy frescos y definitivamente brillantes, tanto en las actuaciones como en la edición y musicalización, y todo esto junto logra un tono muy particular que la pone muy por encima de productos similares. Lo único malo de Atlanta es que, justamente, todas estas cosas novedosas que la hacen enorme son las que seguramente le imposibilitan transformarse en un éxito rotundo… porque aún con la enorme y muy variada oferta televisiva que estamos teniendo estos años la estructura y los tonos de las series más populares tienen un enorme parecido, y eso no es para nada casual.

Outcast


¿La sorpresa de la temporada, quizás? Outcast es la adaptación que nadie pidió y que definitivamente pocos esperaban, aunque demás está decir que el comic existió casi exclusivamente para ser luego adaptado a la televisión. Robert Kirkman lo hizo de nuevo, señores. Una serie regular de Image que viene remando como una campeona con unos ventas significativas pero para nada deslumbrantes, que ya tiene el final pautado –a diferencia de otros proyectos regulares de este guionista- y que aborda una temática entre trillada y demodé, termina dando lugar a un show televisivo distinto, con personajes turbios casi exentos de carisma alguno, danzando alrededor de un drama multi-planar que podría involucrar criaturas condenadas deseosas de ingresar y asentarse en nuestra existencia, a cualquier costo. Las actuaciones no solo son dignas, por momentos son realmente extraordinarias y logran meterte en cada uno de los jodidos conflictos que afrontan los personajes, y el nivel de dramatismo va en acenso y no da respiro un solo episodio. Si en algo se distancia de la antes mencionada Preacher es en que, en este caso, el show televisivo casi podríamos decir que es una transcripción literal del comic, y siendo así las sorpresas para el lector son pocas. Han cambiado –también- algunas etnias de personajes y movido de lugar algunas situaciones, pero la fidelidad es tal que incluso algunos diálogos son idénticos a lo ya leído en el papel. Esto no le quita méritos para nada, y presenta otro tipo de desafíos para los guionistas. Otro gol de media cancha de CINEMAX.

The Night Manager


Con un guión inspirado en la novela homónima de John le Carré, The Night Manager es una de esas producciones hijas de la mejor televisión moderna, un producto hecho para el tipo de consumo que exige el hombre de hoy: una producción extraordinaria alrededor de una historia pequeña y bastante lineal pero muy efectiva y perfectamente fragmentada en solo 6 capítulos, para clavártelos un fin de semana, y hasta te sobra tiempo para un par de películas, mira lo que te digo. Y arriba de todo en la cartelera, Tom Hiddleston y Hugh Laurie, ni más ni menos.

The Night Manager es una serie de espionaje, no tanto en la línea de James Bond sino más bien en la onda The Departed (2006) o, llegado el caso, Tinker Tailor Soldier Spy (2011), la cual también tiene un guión inspirado en otra novela de le Carré, donde un civil con cierto entrenamiento militar decide infiltrarse en un grupo de jodidos traficantes de armas para poder desbaratarlos desde adentro. Y la verdad es que tiene todo muy bien balanceado en su justa medida: acción, mucho drama, un plot repleto de vueltas de rosca y reformulaciones para conseguir el objetivo y un personaje protagonista que se la pasa jugando al filo, dejándote no pocas veces con los testículos en la garganta. Entretenimiento de alto vuelo gentileza, una vez más, de AMC.

The Night Of

Una de las cuentas pendientes que tuve con mi columna de Tierra Freak semanal fue esta joyita que se sacó de la galera HBO sin demasiada promoción y que tristemente pasó sin pena ni gloria por las pantallas del mundo, ya que a pesar de haber tenido buenas críticas en términos generales tuvo una fría recepción por parte del público. Por mi parte, cuando la serie se estrenó yo ya tenía pautado armar la columna anticipando el último semestre del cine del 2016, y luego cuando finalizó, 8 semanas después, estábamos en septiembre, el mes que decidí dedicarlo enteramente a homenajear los 30 años de Watchmen, y siendo así, decidí posponer una entrada exclusiva para esta producción a sabiendas de que la iba a incluir sin duda alguna en este TOP anual.

The Night Of tiene un nombre horrible, pero por suerte es casi una de las únicas cosas “desacertadas” de la serie. El guión no es original de HBO, es una adaptación libre de la 1er temporada de Criminal Justice, otra mini-serie para la televisión Británica producida por la BBC, pero en la cadena yanquie se quedaron muy tranquilos cuando pudieron confirmar que uno de los creadores de la serie y guionista de los capítulos iba a ser el mismísimo Richard Price, un viejo lobo de mar familiarizado con el género y con HBO dado que escribió bocha de capítulos para The Wire, el policial más importante e imponente que nos ha brindado esta cadena.

Paralelo a esto, uno de los protagónicos principales caería en manos de John Turturro, el actorazo mimado de los hermanos Coen y de Spike Lee que la última vez que había co-protagonizado algo para televisión había sido en The Bronx Is Burning, un drama de ESPN del 2007, así que este sería su esperado regreso a este medio.

The Night Of no es estrictamente un policial sino más bien un drama judicial que gira alrededor de las penurias por las que tiene que pasar un joven de descendencia musulmana que es acusado de asesinar a una mujer, acto que supuestamente realizó bajo los efectos de ciertas drogas y alcoholizado, razón por la cual ni él mismo puede precisar qué sucedió realmente, aunque adentro suyo está seguro no fue el autor material de dicho crimen. La idea del show es mostrarnos con el más mínimo detalle cada uno de los pasos que conllevan un proceso de estas características, desde absolutamente todos los ángulos y resaltando cada uno de los vericuetos con los que cada parte tiene que lidiar, las cuales incluyen a la policía que ejecuta los arrestos y los detectives a cargo del caso, los jueces y abogados encima del mismo, y luego el sistema penal y como se comporta con un sujeto que aún no tiene una condena y debe convivir con otros prisioneros que llevan años dentro de ese sistema. The Night Of seguramente no representa ninguna sorpresa para los seguidores de series policiales, pero es un brillante drama magistralmente ejecutado y repleto de sabrosos detalles que exponen todas las aristas de esta problemática en una compacta y ajustada mini-serie de 8 capítulos, y créanme cuando les digo que algo así no abunda en las pantallas de hoy.

The Path


Otra de las series que apareció en este 2016 volando bajo y pasó sin hacer mucho ruido –aunque por suerte hizo el suficiente para que renueven una 2da temporada- es la serie The Path, uno de los shows que puso on-line la cadena de video on demand Hulu y que contó con los protagónicos de Aaron Paul (Breaking Bad ) y Michelle Monaghan [True Detective, Gone Baby Gone (2007), Eagle Eye (2008), Mission: Impossible – Ghost Protocol (2011)].

La misma nos narra el interior de un movimiento -al que muchos podrían denominar “secta”- que responde al nombre de Meyerismo, el cual guarda cierta similitud con la Cientología, la famosa organización religiosa creada por el escritor de ciencia ficción Ron L. Hubbard y a la cual pertenecen figuras de renombre como John Travolta o Tom Cruise. Sin embargo, Jessica Goldberg, creadora del show, no se cansa de repetir una y otra vez que su show ni se ha inspirado en este movimiento ni intenta funcionar como algún tipo de denuncia o bajada a tierra sobre el accionar de este tipo de organizaciones. De hecho, lo más gratificante de esta serie, y probablemente el motivo más importante por el cual forma parte de este TOP, es la atractiva forma en la que presenta los grises, de manera tal que a uno le cueste tomar partido por los prejuicios que casi todos cargamos en relación a las Sectas. The Path es uno de los pocos shows del 2016 que invita al debate, y si queremos llevarlo más allá, a replantearnos ciertos códigos éticos y morales de nuestras vidas diarias.

American Crime Story: The People vs O. J. Simpson

Quien iba a anticipar que una de las producciones más sólidas de esta temporada tendría un guión inspirado en el “Juicio del Siglo”, el que se llevó adelante para procesar al jugador de fútbol americano O.J. Simpson por el supuesto crimen de su ex-mujer y la pareja de ella. La espectacular mini-serie de FX es una perfecta radiografía del hombre pero sobre todo de la sociedad que lo rodea, y es ahí donde los realizadores ponen el foco, exponiendo la parte más visceral de esta nación y dejando a la vista el racismo imperante, el machismo predominante y la violencia como marco de un espectáculo que fue brutalmente televisado durante meses y denotó los enormes agujeros que posee el sistema judicial norteamericano y el inconmensurable morbo que alimentan los medios.

Si bien el productor y creador de esta mini-serie es Ryan Murphy, conocido por sus excesos en pantalla yendo directo al hueso sin privarse de dar un solo golpe bajo gratuito, como lo hizo en series como Glee o Nip/Tuck, aquí los verdaderos artífices de esta maravilla que nos mostró todo lo que sucedió por detrás de las luces fueron los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski, versados escritores que cargan sobre sus espaldas con biopics preciosas en el cine como ser Ed Wood (1994), The People vs. Larry Flynt (1996) y Man on the Moon (1999).

Pero, por supuesto, se sabe que nada de esto puede salir bien si no tenés delante un equipo de actores dispuestos a dejar la vida en sus personajes, y siendo así esta producción contó con un enorme David Schwimmer caracterizando a Robert Kardashian, un veterano John Travolta como Robert Shapiro, un muy inteligente Courtney B. Vance al servicio del polémico Johnnie Cochran, un dubitativo Sterling K. Brown como Christopher Darden y, sobre todo, una muy valiente Sarah Paulson como Marcia Clark, un personaje parodiado y conocido para los yanquies que aquí es reconvertida en heroína contra los abusos y el machismo, un canto contra los prejuicios. Y, claro está, Cuba Gooding Jr. como O.J., que para sorpresa de todos quedó casi eclipsado por el resto. Aplausos de pie.

Designated Survivor

En un año presidenciablemente electoral, U.S.A. no podía quedarse sin estrenar un show con un presidente como protagonista, y los loquitos de ABC, ¿viste? Vienen y me estrenan Designated Survivor, con Jack Kiefer Sutherland Bauer haciendo de un presidente simil el Jack Ryan de Tom Clancy. ¡¿Qué, que no entendiste una goma de los últimos 2 renglones?! Nah, no puedo creerte. No sos digno, sabelo.

Si, mirá, basta de protocolos, de ceremonias, de verosimilitud en el relato, de parsimonia barata, basta de payasadas… dame The Blacklist, man, dame organizaciones terroristas todos los días con villanos sacados de las James Bond de los ’80, basta del terrorista de medio oriente parco y barbudo, quiero enemigos vistosos, llamativos y excéntricos, o de lo contrario quiero mi 24 de nuevo. ¡Dame 24, FOX, pero no la Legacy ésta políticamente correcta, devolveme a Bauer, la remil…!

Y no, Bauer no está, Bauer se fue, pero nos dejó a un secretario, o ministro, o algo así, que es elegido para quedar afuera de un festejo nacional en el capitolio por si las dudas, ¿vio? Festejo que incluye al presidente de U.S.A., al vice, a todos los senadores y ministros, a toda la corte suprema, todos juntos en una sesión extraordinaria… y pumba, estallan unas bombas, vuela el capitolio a la mierda, mueren todos. Y ahora este Bauer-que-no-es-Bauer es el único político digno de poder jurar como presidente, y de la noche a la mañana tiene que gobernar el país más poderoso del mundo sin banca, sin apoyo, sin ministros ni senadores, sin jueces, sin nada, él solito. Y salir a cazar terroristas, y lidiar con una guerra civil en un estado, y manejar presupuestos, y contra-atacar un potencial ataque bacteriológico en escuelas, y desenmascarar un enemigo interior, y deflectar una muestra de ADN que podría poner en jaque su paternidad…

Amigo lector, ¿cómo puede ser que te estés perdiendo esta serie, eh? En serio, ¿cómo?

Westworld

Game of Thrones tiene los días contados, ya ahorita nomás en unos meses comienza la 7ma temporada, y el año que viene concluye la serie en la 8va, y HBO ya está comenzando a abrir el paraguas, por si las dudas, y sacando a relucir su artillería pesada de reemplazo. Este año probó suerte con Westworld, una super-producción del recontra re carajo que está levemente inspirada en un guión de la película homónima de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton, el mismo que escribió las novelas Jurassic Park (1990), Congo (1980), Sphere (1987),  Rising Sun (1992) y The Lost World (1995) entre otras tantas, las cuales obviamente les suenan porque todas y cada una de ellas tuvo una adaptación al cine, con dispares resultados.

Crichton de todos modos abandonó este plano hace unos años, así que nada tuvo que ver con esta reencarnación de Westworld, la pareja de creadores de este maravilloso show está formada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, y si el apellido del 1ro les suena es porque obviamente es el hermano de Christopher Nolan, el cual ha colaborado decenas de veces en la co-escritura de guiones. Como si le faltara chapa a la serie, J. J. Abrams figura como productor ejecutivo de la misma, y entre los actores que ficharon están Evan Rachel Wood, James Marsden, Ed Harris y Anthony Hopkins, todos del palo del cine.

Westworld es un drama Sci-Fi en un potencial futuro no muy lejano en el cual se ha avanzado lo suficiente en materia de Inteligencia Artificial como para poder montar un inconmensurable y cuasi-olímpico parque de diversiones que emula los días del Western, repleto de cyborgs haciéndose pasar por seres humanos y caracterizando todo tipo de roles, desde prostitutas, pasando por soldados, aborígenes salvajes, niños, animales, lo que sea necesario para desarrollar ciertos plots que mantengan entretenidos a los humanos que pagan por vivir unos días dentro de estas instalaciones.
El drama existencial se va a desarrollar en distintos frentes y el relato coral avanzará de forma lenta y parsimoniosa, pero el espectáculo que irán entregando, tanto por el despliegue de producción como por la trama, será único en su tipo, y si bien no todos los capítulos terminan dejando el mismo sabor en la boca, el producto final termina siendo muy satisfactorio y el cierre no solo está a la altura de la experiencia planteada, deja la vara muy alta para la temporada siguiente.

Stranger Things

Allá por julio del año pasado supuse que esto podría llegar a suceder y efectivamente se terminó concretando: Stranger Things fue el estreno más importante del 2016. La televisión de ficción moderna es realmente hermosa, y no son pocos los que han casi abandonado el hábito de ver películas y se han dedicado casi exclusivamente a consumir un estreno detrás de otro, siguiendo varias series a la vez durante la semana y ocupando los fines de semana para darle cabida a aquellas mini-series acotadas que no superen los 8 o 10 capítulos.

Stranger Things es tan grande y abarcativa que apunta a absolutamente todos los espectadores, y reúne y engloba todos estos fenómenos: el del seriéfilo, el del cinéfilo, el del freekie que consume absolutamente de todo y encima lee libros, comics y juega Rol, y, cómo no, el del nostálgico que añora una época en la cual todo era más fácil, más sencillo, los matices no estaban aún tan diferenciados y sesgados por una sociedad que en poco tiempo se volvió muy compleja e hiperactiva.
Esta producción es, sencillamente, una caricia al alma de nosotros, de vos, de mí y de todos aquellos que disfrutan de esas historias fantásticas que suceden en otros lugares y otros tiempos en esta tierra, o quizás en otros planos, en otros universos, en otros planetas… esta preciosa producción acude al recuerdo nostálgico pero te entrega mucho más, y te pide un compromiso mínimo, básico, casi podría decir que podés mirarla una y otra vez en piloto automático, y la vas a seguir disfrutando. Es, no me cabe la más mínima duda, de las pocas series que sin exigir una segunda lectura ni rebuscadas reinterpretaciones te invita a verla una vez más, solo por volver a experimentar el placer de reencontrarte con esos queribles personajes y esas extrañas aventuras que vivieron en el pequeño poblado de Hawkins, Indiana.  ¿Podemos pedirle más a este medio?
Nos reencontramos la semana que viene, amigos, aquí, en Tierra Freak.