viernes, 30 de septiembre de 2016

Watchmen: La polémica adaptación cinematográfica - La Columna de Logan.



Mis queridos lectores, llegamos por fin al final de este hermoso recorrido que comenzó a principios de este mes festejando los 30 años del lanzamiento del 1er número de Watchmen, al cual le siguió una entrada dedicada al contexto que permitió que esta obra tomara forma para luego dar cabida a una extensa entrada donde me focalicé en analizar las miniseries que respondieron a la consigna de expandir el universo que orquestaron Alan Moore y Dave Gibbons con la obra original, mismas que salieron bajo el título de BeforeWatchmen.

El cierre de este homenaje no podía evitar abordar una de las facetas más polémicas y, de todos modos, populares que el enorme legado de la maxi-serie Watchmen ha gestado: su única –por el momento- adaptación live-action al cine, una producción de Legendary Pictures y Warner Bros. que tuvo su estreno en U.S.A. en marzo del 2009, contó con un guión adaptado firmado por David Hayter y Alex Tse, y cuya dirección cayó en manos de un viejo conocido de la casa, el señorito Zack Snyder, responsable de orquestar films como la reciente Batman v Superman: Dawn of Justice (2016), Man of Steel (2013), Sucker Punch (2011), Legend of the Guardians: The Owls ofGa'Hoole (2010) y, por supuesto, 300 (2007), el primer largometraje de su autoría que lo relacionó de manera fuerte con el comic book americano.

Antes de largar de lleno con esta entrada, la cual, para sorpresa de muchos, será tentativamente más corta que las anteriores, vale una aclaración: esta película ya tuvo una crítica en Tierra Freak , la cual estuvo escrita por Saki, dueño y administrador del sitio. No es mi objetivo ni repetir entradas con temáticas similares ni tampoco generar polémica alguna contraponiendo posturas, y es por eso que la entrada de hoy no está enfocada en el film que pudo verse en las salas de cines, sino en el corte final del director, uno que se conoce como Ultimate Cut, una edición que salió a la venta en noviembre de ese mismo año (2009), que es incluso posterior al Director's Cut e incluye las mismas escenas nuevas que el corte del director pero con el agregado del cortometraje animado Tales of the Black Freighter editado e incluido dentro del film, extendiendo la duración de la experiencia a 215 minutos. El film criticado por Saki, la versión que se estrenó en los cines, solo arañaba los 163 minutos y no tenía incorporado de ninguna forma el corto animado.



Misión Imposible

Como he repetido más de una vez en lo que va del mes, Watchmen, el comic, es una historieta que tiene una característica que la distingue de muchas otras historietas, e inclusive de muchas otras obras que el autor ha escrito para este medio: pertenece al mismo de forma exacerbada, tanto es así que una adaptación a cualquier otro medio, sea cine, televisión o incluso una versión animada de la misma para cualquiera de los dos medios, resulta imposible. Es análogo a pretender transmitir las mismas sensaciones que te produce el escuchar una canción determinada cuando lees la letra de la misma escrita debajo de la partitura que va decodificando la música que la compone. Exactamente lo mismo. No sucede esto con muchas obras de este medio, es poco común encontrarse con una historieta de esas características, pero en Watchmen esto es así, y eso, lamentablemente, pone en una situación en extremo complicada a quien pretenda llevar esta obra al cine.

Irónicamente, a pesar de que la semana pasado me tomé el atrevimiento de insultar públicamente a Alan Moore por lo cascarrabias que es en la mayoría de las pocas declaraciones que hace cuando se refiere a la industria del comic y a sus obras pasadas, cuando lo han consultado sobre este proyecto fílmico de Snyder opinó exactamente lo mismo que estoy exponiendo, así que, al menos en este punto, tengo que darle la razón. Citando al maestro: “Hay aspectos en Watchmen que solo funcionan en un cómic, y de hecho, desarrollamos aspectos –con Gibbons- que únicamente operan en ese medio”. Probablemente el piense lo mismo de absolutamente todas sus obras dedicadas a este medio, pero bueno, ese es otro tema que no nos concierne el día de hoy…

Dicho esto, la misión del “amigo” Zack y compañía estaba destinada al fracaso incluso antes de su estreno. Desde el vamos, Watchmen es una maxi-serie de 12 números, en los cuales no solo ninguno de ellos “sobra”, todos son fundamentales para poder entender la complejidad del universo que Moore y Gibbons armaron, pero además estos comics incluyen material adicional que aporta al desarrollo de cada uno de los personajes protagonistas, y ofrecen el contexto adecuado para interiorizarse sobre el pasado de este mundo similar al nuestro pero habitado por vigilantes. Una serie de televisión de 12 o más capítulos de 50 o 60 minutos cada uno quizás podría ofrecer una versión bastante fidedigna de esta obra, y explotar cada una de las aristas de la trama… un film de 160 minutos difícilmente lo logre, amén de la supuesta capacidad de los guionistas a la hora de re-escribir la trama.

De todos modos, como sucede también con Before Watchmen, la película se realizó, no es mi intención aburrirlos en demasía con una perorata pseudo-intelectual sobre la falta de respeto que delata pretender adaptar este comic al cine con una cinta que dure tan poco, y de todos modos yo me voy a enfocar en la versión extendida que, por su longitud, más se acerca a la obra original, al menos desde los deseos de quienes la realizaron.

El Blockbuster de los Vigilantes


Watchmen (2009) es una película que es imposible no genere sentimientos encontrados en todo amante de la obra original. Imposible. Los que disfrutan este film sin más miramientos y conocen el comic original porque lo han leído al menos una vez, tiendo a creer que recuerdan poco y nada la complejidad del mismo, o en su defecto se contentan con algunos logros que sí tuvo la producción y la dirección de Snyder, sobre todo en el apartado visual a la hora de recuperar algunas viñetas anecdóticas, por no mencionar la mega-campaña publicitaria previa al estreno del film que estuvo plagada de infinidad de detalles preciosos y emotivos, entre los cuales se contó con, por ejemplo, afiches promocionales que emulaban publicidades originales de la misma D.C. Comics a la hora de anunciar el lanzamiento del comic, pero a la hora de los bifes, estas cosas son solo nimiedades que aportan su grano de arena y contribuyen a que el film termine siendo una experiencia más satisfactoria, pero no colaboran demasiado para que la película funcione como tal, cierre y sea, además, una digna adaptación.

Lo que estoy exponiendo no es una contradicción: el aspecto visual de Watchmen (2009), que de todos modos no es “perfecto” en referencia a la obra que adapta, solo suma puntos si la sustancia del film tiene peso, de lo contrario solo causa bronca, resignación y frustración en el espectador que está esperando una obra a la altura del comic, porque te da la pauta de que si algunas cosas no han funcionado en este proyecto, las mismas no responden ni al orden de los aspectos técnicos ni a un presupuesto acotado.

Y si hablamos de aspectos técnicos, la dirección es uno de ellos… y ahí, madre mía, hay tanta tela para cortar. Tanta. El que me ha leído acá alguna vez opinar sobre el “cine superheróico” sabe de mi poco amor a este director, sin embargo espero que ustedes confíen en mí cuando les digo que esta semana, cuando me senté a ver Watchmen (2009) por 3ra vez (sí, vi esta película 3 veces… que hijo de remil puta que soy), pero con el pequeño incentivo de que era la 1ra vez que consumiría la versión definitiva, hice un esfuerzo enorme por dejar mis prejuicios de lado. En este último mes y medio he vuelto a leer el comic original, he tomado de nuevo todas las mini-series de Before Watchmen que ya había leído 2 años atrás y las he releído para escribir la entrada de la semana pasada, he leído muy por arriba, por 2da vez también, el precioso libro crítico de Rafael Marín, W de Watchmen, y he navegado por sitios con reseñas relacionadas con este comic leyendo no menos de 30 entradas distintas… mi departamento está preciosamente invadido por Watchmen ya que al día de hoy está empapelado de elementos que la referencian, y siendo así estoy más empapado de esta obra de lo que probablemente jamás haya estado en toda mi vida, y con todo esto alimentando mi ser quise sentarme a disfrutar de este film completamente relajado, a sabiendas de que el camino estaba llegando a su fin y el mayor disfrute ya había pasado, pero aún quedaba algo más.

Y no lo voy a negar: hay un disfrute, un goce, que aparece a cuenta-gotas, en determinados momentos de la película… pero Snyder se empeña una y otra vez en atentar contra los mismos. El guión adaptado es flojo, la mayoría de las actuaciones no están a la altura de los personajes –en parte por la flojera del guión-, algunos diseños de personaje son lamentables, algunas líneas de diálogos nefastas, la resolución de la trama que muchos consideran “muy original”, “óptima para el medio” e incluso he escuchado decir “mejor que la del comic” es la gota que rebalsa del vaso de la cantidad de cosas que fallan en el film, pero el mayor responsable de que esta película no funcione tiene nombre y apellido, y es Zack Snyder.

Watchmen (2009) es una película aburrida, y eso no puede sucederle a un film que adapta la mejor historieta jamás publicada. Es aburrida, y Snyder tiene gran parte de la culpa. Su empecinamiento en narrar una exagerada y exorbitante cantidad de escenas en cámara lenta no solo termina hartando al más paciente, habla de un director que carece de recursos narrativos y entiende muy poco del medio al cual ha decidido dedicar su vida. Y uno –yo, en este caso- le busca la vuelta al abuso de ese recurso, en cada una de las tomas, intenta por todos los medios entender el porqué… la respuesta no aparece prácticamente nunca. Y si aparece, es estúpida, en el mejor de los casos. El recurso de la “cámara lenta” tiene una razón de ser, como todos los otros recursos narrativos, tiene un sentido, es justamente un “recurso”, una herramienta que uno, como director, la utiliza en momentos determinados para enfatizar algo y agregar dramatismo a ese momento, a esa escena. Cuando se abusa del mismo ese sentido se pierde, se diluye, y así, el drama pierde peso hasta desaparecer. Además está el tema del ritmo de la narración, el cual se ve constantemente vapuleado y coartado por el abuso de este recurso, lo que colabora para que la cinta aburra. No entiendo cómo esta película no resulta un completo embole para cualquiera que no haya leído el comic, porque la capacidad de atención del espectador promedio que se acerca por primera vez a esta historia gracias a esta película se pone en jaque todo el tiempo con el abuso que hace el director de este recurso, y las modificaciones que tuvo la historia original por cuestiones de espacio no ayudan en absoluto a hacer la experiencia más placentera.

¿La Base está?


Pero una película, por suerte, es un trabajo de equipo, y no siempre, pero de vez en cuando, eso significa que si muchas personas hacen muy bien su trabajo, el producto puede transformarse en algo más, algo mejor. No sucede lo mismo, quizás, con la literatura o la historieta, medios donde, claro, los editores y las editoriales son importantes pero la obra tiene el peso que tiene por sus autores, los cuales no superan las 3 o 4 personas, y en muchos casos una sola. El cine, en cambio, tiene gente encargada de la producción, gente que diseña vehículos, fachadas, ciudades enteras, trajes, vestimentas acordes a una época determinada, maquillaje, FX’s, música… en referencia a este último elemento, pocas cosas hay que criticar negativamente. La banda de sonido de Watchmen (2009) es magnífica y hay realmente muy pocas elecciones que señalar como negativas. Yo particularmente creo que haber clavado de fondo el "Hallelujah" de Leonard Cohen cuando Daniel y Laurie cogen por 1ra vez fue una completa falta de tacto y sutileza para con la escena, que, oh casualidad, para variar, estuvo muy bien resuelta por Snyder –y adivinen qué: casi no tiene slow motion. ¿Ves, hijo de puta, que logras mejores resultados SIN ese recurso?-, pero más allá de eso hay aciertos por todos lados. Desde el "Unforgettable" de Nat King Cole hasta el "The Sound of Silence" de Simon and Garfunkel, pasando por geniales elecciones de acuerdo a lo que nos narra la escena como la inclusión del "Ride of the Valkyries" de la Budapest Symphony Orchestra, y hasta el cover exclusivo hecho para el film me encantó, una versión del “Desolation Row” de Bob Dylan interpretada por My Chemical Romance que lamentablemente se la reservaron solo para los créditos. Un detalle atípico de esta producción es que uno de los trailers del film estuvo acompañado por el tema "The End Is the Beginning Is the End", el cual los Smashing Pumpkins compusieron para la nefasta Batman & Robin (1997), pero luego ese tema fue desechado del OST de esta película. Una lástima, la letra y el tono de esta canción son un hermoso reflejo del clima del comic… no así del de la película, pero sí de la obra original. Cabe aclarar, además, que muchos de los temas utilizados en el film fueron citados de una u otra forma por el propio Moore dentro del comic original, un detalle no menor por parte de la producción y una muestra del esfuerzo que mucha gente puso para que esta cinta se acerque a la obra que estaba homenajeando.


Como ya mencioné más arriba, hay algunas escenas que contienen fotogramas que son casi un calco de algunas viñetas dibujadas por Gibbons, y si bien esto no refuerza la falta de sustancia del relato, sí provoca en el espectador fanático del comic esa serie de sentimientos encontrados de los cuales me vengo explayando, que de todos modos mayormente son positivos. Hay decenas de locaciones que se ven muy parecidas a como las recordamos del comic, así como un puñado de personajes secundarios que tienen un diseño “familiar” al que nos planteó Dave, pero en este punto quiero también elevar una crítica negativa: muchos personajes importantes del film no se ven como en el comic. Muchos. El diseño del “traje” de Ozymandias emulaba las vestimentas de los emperadores Egipcios, eso era notable y palpable en el papel… en la cinta de Snyder ese traje se ve como lo que usaría Freddie Mercury encima de una carroza de un carnaval por los derechos Gay en San Francisco, no me jodan. La wannabe-armadura de Nite Owl se queda a medio camino entre los diseños de vestuarios del Batman de Schumacher y un Power Ranger del conurbano bonaerense, y lo que Moore y Gibbons nos mostraron en el comic se parecía más al ridículo traje que usó el Batman de Adam West.

Manhattan no está mal, de hecho está bastante bien… pero la estupidez de taparle el pito con esa sunga elastizada en la mayoría de sus apariciones de cuerpo completo tira abajo todo el esfuerzo que la producción puso para referenciar el personaje original. El re-diseño del traje de Laurie/Silk Spectre II y la incorporación del “latex” es, quizás, una de las decisiones más polémicas que tomó la producción, e innecesarias. Entiendo la motivación que tuvieron: elevar el nivel de “sexyvidad” del personaje conforme los estándares estéticos modernos, pero la realidad es que esta es una película ambientada en la década del ’80, y siendo así el personaje debería haberse presentado con los estándares de esos tiempos, no de los nuestros. Muchos “errores” de la producción parten desde esa misma premisa: cuando Laurie se prueba los lentes especiales de Daniel con visión nocturna, toda la interface digital de los mismos no tiene absolutamente nada que ver con, por ejemplo, la tecnología de punta que supuestamente maneja Adrian Veidt en su computadora personal. Ni siquiera tiene que ver con el tipo de tecnología que vemos en el interior de su “Archie”, y siendo así, impone una brecha innecesaria que se ve mal y hace ruido. El Comedian y Rorschach, por el contrario, salieron bastante bien parados cuando se trata del diseño general que ambos tienen, aún cuando la máscara de este último resulte cuanto menos llamativa, y carezca de explicación alguna dentro del film. Tampoco entiendo demasiado que la producción y el director se hayan reservado la aparición de Bubastis para el clímax del film, ya que si bien no es un “elemento” significativo del universo que rodea a Veidt, su existencia tiene una justificación y un sentido dentro de la trama del comic.


En términos generales, y muy por arriba, el guión del film respeta la trama principal del comic, y ofrece la gran mayoría de los flashbacks necesarios para poder hilar la historia e incluso nos permite conocer algunos detalles del pasado de los protagonistas… en términos generales, cuando comenzamos a hilar fino ninguno de los caracteres que son decisivos en la trama está bien representado. El que peor la lleva es Adrian Veidt, ya que evidentemente los guionistas confundieron inteligencia y sabiduría con soberbia y egolatría –y no es que el personaje adaptado carezca de las segundas, sino que el del film solo parece estar signado por estas dos únicas características-, y en la producción de Snyder, Ozymandias, lejos de ser un personaje que consiga conectar con el espectador y lograr incluso algo de empatía y hasta comprensión por parte de la audiencia, como sucede en el comic, acá aparece como un tipo casi insoportable y muy plano, un nene caprichoso con mucha plata, tiempo libre y una fuerza física descomunal que por momentos se nos figura sobre-humana. No es el único “humano” que gracias a la impericia del director y la producción queda desdibujado ante el espectador ocasional: el Comedian, Rorschach, Daniel y Laurie, todos tienen momentos en las situaciones de acción donde podríamos interpretar que tienen “habilidades especiales” que les han mejorados los reflejos, la resistencia física y la fuerza. Nunca tenemos esa sensación, al menos no de forma tan llamativa, en el comic, y no porque ésta sea una película deberíamos conciliar en este punto.

El desenlace del film entiendo que a muchos dejó muy conformes. A mí definitivamente no. El punto que más daño me provocó como amante de la obra original es lo desdibujado que quedó la figura de Manhattan para con el mundo, algo que viene trayendo de arrastre en el resto de la cinta pero que tiene su punto culmine en la revelación del clímax, pero lo que más ruido me hace es la completa omisión de las referencias de Moore a los mitos de Cthulhu de H. P. Lovecraft en pos de una resolución mas ajironada y políticamente correcta para un público supuestamente menos receptivo a una vuelta de tuerca que roce el terror y lo grotesco. La subestimación de la audiencia es, quizás, el mayor error en el que incurrieron los realizadores de esta producción, la cual se lleva de la mano con la inutilidad de un director para sostener la atención de su público en el mismo nivel durante todo el recorrido que realiza con su relato. Y es una lástima, porque con no pocos ajustes, pero que evidentemente eran posibles y estaban al alcance de todos los que firmaron esta cinta, Watchmen (2009) podría haber sido una experiencia sumamente entretenida, nunca digna y a la altura de la obra que estaba adaptando, pero al menos eficiente a la hora de entregar un espectáculo sólido.

Tales of the Black Freighter

Para ir cerrando, la última cucharada de este manjar (?) la reservamos para el cortometraje animado que lleva por título Tales of the Black Freighter y adapta la historia homónima de Piratas que se encuentra insertada en los números 3, 5, 8, 10 y 11 del comic original, misma que es leída por un lector ocasional dentro de la trama geo-política de Watchmen y que logra conectar de forma asombrosa con muchos de los elementos de las tramas principales, y ofrece segundas lecturas que en algunos casos contraponen y en otros sustentan los hechos que se van desarrollando en la saga, además de ofrecer una serie de simbolismos acordes al meta-juego al que nos invitan Moore y Gibbons con este chiste del “comic dentro del comic”.

Nada de todo lo que acabo de describir se verifica en el film, ni siquiera cuando el cortometraje es diseccionado y editado de forma casi caprichosa a lo largo de la cinta original. El diseño de personajes no se acerca al que nos ofrece el comic, pero tampoco está mal… la animación es sencillamente un desastre. No me queda claro aún qué tipo de estilo quisieron emular, pero sea el que fuere se quedaron a medio camino de todo, parece un corto amateur animado con Flash por chimpancés que comenzaron a usar el software 5 minutos antes de recibir los frames digitales.

Originalmente el corto venía como un extra, por separado, en el DVD que se vendía con la película, y de esa forma el salto entre un producto y otro no se hacía tan evidente. En la versión que estoy reseñando el día de hoy, así, editado y cortado como está, y encajado a la fuerza, provoca un malestar estomacal importante y es culpable muchas veces de que nuestro interés en el film toque fondo. Sin embargo, las voces utilizadas para dar vida a dicha animación son por demás destacables, el único mérito que tiene este inclasificable bonus.

Si como lectores de historietas nos gusta reconocernos como “críticos” y sobre todo objetivos, -dentro de lo posible-, cuando se trata de obras adaptadas, no nos debería temblar el pulso para hacer mierda un film como Watchmen, que tuvo la ventaja de contar con el mejor story-board jamás escrito para una película relacionada con el género super-heroico, y así y todo supo entregar un espectáculo millonario lamentable, plano y soporífero, bandera insignia del peor blockbuster que regurgita esta tendencia. Nos volvemos a leer la semana que viene, con la llegada del Luke Cage de Netflix, aquí, en Tierra Freak.