martes, 5 de enero de 2016

Surfeando los límites del universo con Dan Slott y Mike Allred - La Fortaleza de Kal.




Silver Surfer es un caso muy particular dentro del universo Marvel. Cuando pensamos en el Marvel clásico, el de la Silver Age, el Surfer entra cómodo entre las filas de los personajes más emblemáticos de la editorial, en inicio habiendo formado parte de algunas de las historias más memorables de Fantastic Four y luego en las páginas de varias iteraciones de su propio título, tanto en serie regular como en publicaciones más esporádicas y exclusivas. En tiempos más modernos, sin embargo, el lector promedio de Marvel no parece tenerlo tan presente cuando piensa en los personajes de cabecera de la editorial, lo cual lo reduce a un extraño estatus de personaje masivo pero a la vez de culto. Tal vez esto se deba en parte a la relación estreñida de Marvel con Fox (que actualmente posee los derechos de Fantastic Four y por consecuencia del Surfer, imposibilitando la inclusión del personaje dentro del universo fílmico de los Avengers y compañía) o en mayor medida a que hace rato que parecen no lograr encontrarle una dirección definida y consistente al personaje. Sea como sea, esta situación permitió a Dan Slott y Mike Allred darle un nuevo giro al personaje, en una serie desopilante que lo viene llevando a lugares que nunca antes había transitado, con un resultado imperdible. 


En esta nueva versión parece que todo vale y el primer gran cambio que vemos en el status quo de Norrin Radd es que esta vez no viaja sólo. La soledad siempre fue uno de los temas más explorados en las historias clásicas del Surfer, así que esa es la primera gran declaración de Slott y Allred para que entendamos de entrada que estamos por ver algo completamente distinto. Ciertamente, el Surfer ha tenido muchos amigos, aliados e incluso amantes a lo largo de sus años surcando el firmamento. 

Dawn Greenwood
La diferencia principal, en este caso, es que quien lo acompaña no es ni heraldo de Galactus ni Madonna Celestial, sino simplemente una joven chica humana, de nombre Dawn Greenwood. Dawn es el primer gran acierto de la serie, funcionando como una especie de puente entre la personalidad estoica del Surfer y las disparatadas situaciones a las que los enfrentan sus autores. Es una chica sencilla que vivió toda su vida en el mismo pueblito, bastante aislada del resto del mundo y sumamente cómoda con ese hecho. Casi por accidente, se termina viendo inmiscuida en las aventuras cósmicas de nuestro héroe y de ahí en adelante comparten el mismo camino. La personalidad lúdica pero astuta de Dawn contrasta a la perfección con la actitud generalmente seria y dramática del Surfer, prestándose para varias situaciones cómicas pero también como herramienta para desarrollar a ambos personajes.  

Allred homenajea varias viñetas
clásicas de la historia del personaje.
Silver Surfer de Slott y Allred es uno de esos hermosos casos de cómics de autor de tintes medio indie que cada tanto proliferan dentro del mainstream, algo por lo que Marvel se viene jugando cada vez en mayor medida, con grandes resultados como Superior Foes of Spider-Man de Nick Spencer y Hawkeye de Matt Fraction, entre otros. Si bien este no es el Surfer dramático y atormentado de Stan Lee y John Buscema, no se olvida de rendirle homenaje y de hacerle alguna parodia ocasional, siempre desde el cariño. De hecho, el principal encanto de la serie es la frescura con la que busca recuperar el encanto y la magia de la Silver Age, en una versión que si bien se toma a sí misma un poco menos en serio que aquellos profundos y memorables soliloquios cargados de verborragia que llegaban a ocupar más de una página entera,  lo hace desde el respeto al personaje y sus grandes autores originales. Esto se debe en gran medida al arte de Mike Allred, cuya versión del Surfer es posiblemente la que más en sintonía se encuentra con la versión original de Jack Kirby, desde el diseño del personaje a la dinámica de la acción y el relato. Fiel a su estilo, Allred nunca deja de recordarnos su amor por los cómics de antaño y la cultura pop, en lo que es posiblemente uno de sus trabajos más finos al día de la fecha. Mención aparte merece su esposa, Laura Allred, que lo acompaña igual que siempre con sus colores característicos que le dan el toque definitivo a su arte. 

Si he de ser completamente honesto, cuando supe que Dan Slott sería el encargado de encarar esta nueva etapa del Surfer desde el guión, mi reacción no fue de alegría. La dirección general que le ha dado a Spider-Man no es algo que me entusiasme demasiado, aunque para ser justos eso sucede desde antes que él empezara a escribir el título. La ejecución de ideas, el método narrativo y muchos de los diálogos de Slott se sienten muchas veces forzados y algo torpes para mi gusto, aunque también es cierto que aporta buenas ideas y caracterizaciones interesantes como la de Otto Octavius en su Superior Spider-Man, que si bien no me parece la joya que muchos aseguran que es, es sin duda una lectura por demás entretenida. Con el Surfer se lo nota mucho más afilado, en gran medida por el input creativo que (se nota) tiene Allred en los guiones. Es que los personajes, conceptos y situaciones son Allredianos hasta la médula y el personaje elegido es sin duda el indicado para que esta dupla diera rienda suelta a su Id, complementándose de manera perfecta.  

Portada de Mike Allred
para el nuevo #1.
Uno de los puntos más fuertes de la serie, que la solidifica como un trabajo de autor, es el hecho de que es poco y nada lo que la afecta el status quo general del universo Marvel. Las referencias son escuetas y apenas muestran lo necesario, pero no hay que leer nada de lo que esté pasando por fuera de sus páginas para entenderla. El volumen que inician Allred y Slott finaliza con el #15 y arranca uno nuevo con el mismo equipo creativo de cara al nuevo año, que marca el 50° aniversario del personaje. Al día de la fecha hay dos tomos recopilatorios publicados (en inglés) que compilan del #1 al #5 y del #6 al #10, titulados New Dawn y Worlds Apart, respectivamente.  

Silver Surfer es una propuesta fresca e interesante por su contraste con las versiones anteriores del personaje y sobre todo con sus versiones más recientes. Cuesta pensar en este Surfer y asociarlo al que vimos en las páginas de Annihilation y sin duda es diametralmente opuesto al ser frío que escribió Greg Pak en su miniserie de 2011 (Silver Surfer: Devolution). Como dijimos es una versión mucho más cercana a su encarnación original, pero a fin de cuentas es una interpretación única que tiene el sello clarísimo de sus autores. Hay aventura, comedia, romance y los clásicos planteos morales existencialistas por los que se caracteriza el personaje. Para algunos posiblemente la serie peque de extremadamente light y naíf, pero en definitiva es exactamente ahí donde reside su encanto y el estilo les cae a sus autores como anillo al dedo para decirnos cosas interesantes y relevantes que una amplia mayoría del resto de los cómics mensuales de superhéroes olvidan.