miércoles, 10 de junio de 2015

Sense8, la primera vez de los Wachowski en la tele - El Gabinete del Dr. Morholt.


Hace unas semanas comenzaba mi columna sobre el debut de M.Night Shyamalan a la pantalla chica con estas palabras:

“Antes de empezar con la reseña del primer capítulo de la miniserie “Wayward Pines” tengo que aclarar algo para que, en caso de que piensen de forma totalmente contraria, puedan obviar esta columna y ocupen su tiempo en otra cosa más constructiva:
SOY UN GRAN DEFENSOR DEL TRABAJO DE M. NIGHT SHYAMALAN
Listo, ya lo saben. Así que si no quieren, no sigan leyendo porque se van a encontrar con muchos halagos, justificaciones, más halagos, elogios, complacencias, muchos más halagos y hasta adulaciones a obras que muchos creen malas.”

Esta vez, para el debut del ménage à trois entre los hermanos Wachowski  y el gran J. Michael Straczynski en la televisión voy a escribir algo por el estilo:


Antes de empezar con la reseña de la serie “Sense8” tengo que aclarar algo para que entiendan quién es el que la está escribiendo y actúen en consecuencia:

SOY UN GRAN DEFENSOR DE LA TRILOGÍA MATRIX Y UN FANÁTICO DEMENTE DE BABYLON 5

Listo, ya saben entonces que cuando vi el tráiler de esta nueva serie producida por Netflix no pude contener mi emoción por ver la conjunción de dos maneras de contar que, cada una a su forma, son pilares de lo nerdo que soy.

Tanta fue la emoción que hasta tuve miedo de que si no podía escribir sobre ella este miércoles el camarada Logan lo hiciera en su habitual “Columna de Logan”  que se publica casi religiosamente todos los jueves en esta hermosa Tierra Freak, con una constancia que a mi varias veces se me hace imposible.

Y es que desde que empecé con esta idea de jugar un poco a ser periodista, o comentarista, o como quieran llamarlo, uno de mis objetivos era poder entrevistar a J. Michael Straczynski  cuando me pudiera dignar a hablar de la gran Babylon 5.

Es más, no me conformé con ya haber podido conseguir algunas respuestas de uno de los actores de la serie desde hace más de un año porque quiero seguir intentando que JMS me conteste algo sobre ese gran show que fue Babylon 5.

O sea que, para que se entienda mejor mi estado de ánimo al empezar a ver el regreso de Straczynski a la pantalla pequeña luego de la fallida “Jeremiah”, sentarme a ver el primer capítulo de “Sense8” fue mucho más importante para mi que otros grandes hitos de este fenomenal año a nivel productos audiovisuales. Avengers: Age of Ultron, The Flash, Daredevil, o hasta descubrir que España también puede hacer series de ciencia ficción no significaron nada al enterarme de este nuevo proyecto de Netflix.

Y es que no sólo era Straczynski sino los Wachowski, los cuales siempre bajan línea en sus películas, porque hasta “Speed Racer” es una crítica al sistema.

Podrán entender entonces mi desilusión al ver ese espantoso primer capítulo en el que tantas expectativas había puesto.

Y es que el primer capítulo parece no empezar nunca. Es más, la narrativa que le imprimen los Wachowski a los tres primeros episodios(los únicos que dirigen) es lenta, extremadamente lenta. 

Tanto como si fueran en realidad los primeros 30/40 minutos de una de sus últimas películas (salvo que entre los tres capítulos hacen 180 aburridos minutos).

Pero no es sólo el ritmo el problema, sino que esos tres primeros capítulos no son otra cosa que Larry Wachowski (ahora Lana Wachowski) mostrándonos cómo se sintió durante toda su vida encerrado en un cuerpo que no quería, perteneciendo a un género que aborrecía y víctima de una sociedad que no lo entendía.

Y para mostrarlo hace uso de uno de los personajes que es una transexual igual que ella. Genial, nos encanta que puedas elegir y decidir, pero ¿hacía falta decirlo una y otra, y otra, y otra vez en la serie?
Porque es entendible que Lana Wachowski quiera bajar línea así como ya hizo en la adaptación de “V For Vendetta” sobre los derechos de los gays, pero hasta en esa película lo hizo de forma consecuente con el guión (a pesar de que a muchos nos parece que ese cambio es lo peor de la adaptación). En “Sense8” todo lo referente a la causa gay es injustificado, redundante, estereotipado y principalmente… aburrido.

De nuevo, es entendible el tema tratado porque uno de los tres creadores de la serie quiere contar su historia, pero en realidad es tan ajeno al plot principal que lo único que hace es retrasar el comienzo del verdadero argumento de la serie.

Y lo que los Wachowski no parecen haber entendido (porque estoy seguro que Straczynski sí conoce el medio) es que una serie de televisión no maneja los mismos ritmos que una película. Que si no me atrapaste en el primer capítulo, o dos como mucho, voy a dejar de mirar tu producto.

Quizás por tenerlos todos al mismo tiempo (porque es la manera que tiene Netflix de distribuir su contenido) los creadores se arriesgaron a esta manera de narrar la historia. En realidad espero que haya sido por eso.

Sólo porque detrás de este proyecto estaba el nombre del creador de Babylon 5, y por esa manera de distribuir el contenido, es que a la pregunta “¿por qué seguís mirando esta porquería?” me contestaba a mi mismo “Tiene que despegar en algún momento, démosle otra oportunidad. Un capítulo más.” Y así llegué al final y no… no despegó.

Pero quizás en el noveno de los doce capítulos de esta primera temporada es que la cosa arranca un poco… y cuando digo un poco es un poco en serio. Porque luego de nueve capítulos siguen las escenas redundantes, estereotipadas y aburridas.

Porque la idea de la historia es que hay personas que pueden estar conectadas mental y emocionalmente con otras. Personas que no se conocen entre ellas.

Es así que la transexual (también ultra hacker) empieza a conectarse y a ver y oir a otras personas. En realidad todos ellos empiezan a conectarse entre sí. Estos 8 “sensates” son: un policía de Chicago, un actor de películas de acción (gay) de México, una empresaria de Seúl, un chofer de micros de Nairobi, una DJ islandesa en Londres, un ladrón perteneciente a una mafia en Berlín y una farmacéutica en Bombay.

Entonces cuando uno de ellos está teniendo relaciones sexuales, algunos sienten excitación, o cuando uno escucha una melodía, todos la empiezan a tararear, o cuando una está menstruando, uno siente los síntomas a pesar de no tener útero, o cuando uno tiene frío, el que está en el clima cálido también lo siente, o cuando uno tiene miedo, todos lo tienen, o cuando… ¡¡OH POR DIOS SANTO YA LO ENTENDIMOS!! ¡NO HACE FALTA QUE LO REPITAN UNA Y OTRA, Y OTRA, Y OTRA VEZ!

Nueve capítulos de entre 45 y 66 minutos pasan con situaciones exageradas y redundantes, sin que la historia avance, mostrándonos cómo es esta extraña conexión mental y emocional de estos personajes espantosamente estereotipados.

Porque no sólo la parte gay está estereotipada, sino que también lo están la mujer de India que no quiere casarse si no es por amor, el alemán mafioso cuyo padre le pegaba entonces es violento, la DJ drogadicta que se escapa de un pasado oscuro y por eso se droga, la sociedad mexicana que rodea a este actor de acción, el pobre africano con la madre sidosa que no puede comprar las medicinas necesarias, la coreana que por ser mujer la maltratan en una sociedad patriarcal y por supuesto el policía de Chicago que se pone en contra a todos sus compañeros por salvarle la vida a un pandillero demostrando que ser policía es cuidar a todos.

Pero algo cambia a partir del capítulo 10. Algo que podría haberse contado mucho, mucho, mucho antes. Y eso que se nos cuenta es lo que los une, o por lo menos qué es lo que está sucediéndoles. 

Pero el principal cambio en la historia es que estas personas empiezan a usar esa conexión que tienen entre ellos de manera coordinada. Algo que todos sabíamos que iba a pasar desde que vimos el tráiler, pero no imaginábamos que iba a tardar tanto en suceder. Y es que 10 capítulos es demasiado.

La serie fue filmada en nueve ciudades diferentes (porque la DJ que estaba en Londres vuela a Reikiavik donde ocurre la acción de los últimos dos capítulos) y según contaron a la prensa el trio creador viene trabajándola desde 2012. Es decir que tiempo y dinero hay invertido en esta serie.
¿Cómo puede ser entonces que sea tan mala?

¡Si hasta tiene capítulos dirigidos por Tom Tykwer (co-director de “Cloud Atlas”) y supuestamente todos los capítulos están escritos por los Wachowski y Straczynski!

Puede ser que los creadores de Matrix realmente no entiendan el lenguaje televisivo.

Puede ser que como es un producto de Netflix hay que entenderlo no como un producto televisivo, sino como otra cosa totalmente diferente.

Puede ser que yo no sea el público para esta clase de productos (a pesar de que sí lo fui para todos sus anteriores trabajos).

O puede ser simplemente que no deberíamos poner tantas expectativas en los nuevos trabajos de aquellos que antes nos maravillaron.

Aunque viendo lo que Shyamalan está haciendo con “Wayward Pines”, esta última opción no me parece para nada la correcta.

Si te gustó el trabajo anterior de los Wachowski, no veas “Sense8”. Andá a mirar de nuevo “The Matrix” y listo.

Si te gustó el trabajo anterior de Straczynski, tanto en comic, tv o cine, no veas “Sense8” y relée su trabajo en Spider-Man o mirá de nuevo la película “Changeling” con Angelina Jolie.

O si realmente querés ver una gran serie, mirá “Babylon 5”.

Porque “Sense8”, por lo menos para mi, es la nueva “Highlander 2”. Es ese producto que deja de existir y del que no hablaré más. Porque decido conscientemente que no exista para poder seguir disfrutando de la franquicia de Highlander, o en este caso de las creaciones anteriores de los Wachowski y de Straczynski. Porque ante todo soy un gran defensor de la trilogía Matrix y un fanático demente de Babylon 5 y no quiero que eso cambie.