viernes, 26 de diciembre de 2014

Lo peor de 2014: The Newsroom cancelada - El Gabinete del Dr. Morholt.



Como tradición en estas fechas seguimos con lo mejor y peor de 2014 (en realidad sólo hice el recuento de lo que hizo Disney en este año, pero se entiende).

Y si hubo algo realmente malo de este 2014 en lo que a televisión se refiere es que haya sido cancelada una de las mejores series de la televisión yanki, una de esas que se atrevía a mostrar lo que no se ve normalmente, una de esas que ponía el dedo en la llaga, una de esas escritas por Aaron Sorkin.





Porque para poder hablar de The Newsroom, tenemos que hablar sí o sí de su creador, el mismo tipo responsable de muchas otras grandes series, pero casi nunca de grande éxitos televisivos.

A Aaron Sorkin puede que no lo conozcan de nombre, pero sin dudas conocen una de sus películas “A few good men” (de 1992) donde podemos disfrutar de ese hermoso duelo actoral entre Tom Cruise y Jack Nicholson y la famosa frase “¡No podés soportar la verdad!” gritada por el último.

Y con ese exitazo en los hombros se mandó a hacer otros dos guiones cinematográficos que si bien no fueron lo mismo que la película dirigida por Rob Reiner, se puede decir que no fueron un fracaso. Estas son “Malice”, protagonizada por Alec Baldwin y Nicole Kidman del año 1993 y “The American President” estrenada dos años después y protagonizada por Michael Douglas y Annette Bening.

Pero sin dudas Sorkin se siente más cómodo en la televisión, o  por lo menos hasta este año, pero eso lo dejo para más adelante. Porque en 1998 estrenó la gran “Sports Night”, una serie que a pesar de sólo durar dos temporadas mostraba el detrás de cámara de un programa de televisión deportivo, de esos que hay millones en la televisión de Estados Unidos. Y con ese planteo Sorkin no sólo mostraba que los presentadores tenían problemas como cualquier persona, sino que mostraba el negocio detrás del periodismo deportivo en un país donde las apuestas son legales.

Y fue así que, si bien no fue un gran éxito en espectadores, demostró lo que podía hacer y le aceptaron su nuevo proyecto.

“The West Wing” se estrenó un año después, y la protagonizó Martin Sheen interpretando nada más ni nada menos que al Presidente de la nación más importante del mundo.

Y nuevamente, así como había hecho en “The American President” y en “Sports Night”, Sorkin nos muestra el detrás de escena de ese lugar donde se toman decisiones de lo más importantes, decisiones que pueden afectar al mundo entero. Con un gran apoyo de la audiencia la serie logra llegar a su temporada número 7, en 2006, siendo un éxito que nadie quería terminar. Porque el público quería saber más sobre las personas detrás de los cargos, pero también de las concesiones que debe hacer alguien al llegar a esos cargos, así como también las presiones que los afectan por estar en ellos.

Tanto fue el revuelo de “The West Wing” que cuando Sorkin anunció su nueva serie “Studio 60 on the Sunset Strip”, a estrenarse en 2006 antes de que se acabara su mayor éxito, todo el mundo hablaba de la nueva serie de Aaron Sorkin y no de que era el primer protagónico en televisión de Matthew Perry luego de que se terminara la archiconocida “Friends”.

Y quizás porque se engolosinó con el mostrar el detrás de cámara de la televisión, porque de eso se trataba “Studio 60…” ya que era mostrar cómo se hace un programa cómico con bajada de línea política a lo “Saturday Night Live”, es que la gente no lo apoyó tanto y la cancelaron con sólo 22 capítulos, a pesar de que era una serie interesantísima y que Perry trabajaba en un registro en el que antes no lo habíamos visto.

Aunque quizás fue porque al mismo tiempo estaba trabajando en el guión de otra gran película llamada “Charlie Wilson's War” que iba a ser protagonizada nada más ni nada menos que por Tom Hanks, Julia Roberts y  Philip Seymour Hoffman, donde se nos muestra cómo el gobierno de Estados Unidos puede, sólo por intereses económicos y políticos, montar una guerra en cualquier parte del mundo.

Pero el otro gran éxito en cine de Sorkin llegó casí 20 años después con la adaptación a pantalla grande del libro de Ben Mezrich “Multimillonarios por accidente: La fundación de Facebook, una historia de sexo, dinero, genio y traición”, que fuera dirigida por David Fincher bajo el título “The Social Network”.

O sea, con estas pocas (no tan pocas) líneas podemos entender que Aaron Sorkin es un gran escritor y que, podemos decir, tiene la hermosa obsesión de mostrarnos los detrás de escena de casi cualquier cosa. Sea el ejército y sus reglas marciales, a la oficina oval, pasando por la creación de la mayor red social hasta el momento.

Y por eso fue tan interesante cuando presentó su nueva serie, allá por 2012, llamada “The Newsroom”. Porque sabíamos que Sorkin volvía a esa pasión de incomodar, a esas ganas de mostrar lo que no se ve, pero que todo el mundo intuye que no es como se muestra: el negocio de los noticieros televisivos y el periodismo en general.

Porque “The Newsroom” trata de lo que se llama “mesa de noticias” (nada que ver y a la vez todo que ver con el programa vernáculo de Juan Carlos Mesa estrenado en la década del 80), es decir el lugar donde se produce periodísticamente lo que va a aparecer en la pantalla de la televisión y que influirá en la percepción de millones de personas que creerán que eso es la realidad.

Porque acá tengo que hacer un parate y explicar algo, que puede sonar básico, pero que no siempre lo pensamos: cuando una cámara (de cine, televisión o fotográfica) enfoca algo, se centra en algo, está dejando de mostrar un montón de otras cosas. Cosas que pueden estar a centímetros de distancia, pero que dejan de existir para todo aquel que sólo ve ese recorte de la realidad que muestra la cámara. Y ese recorte nunca es sin intención. Nunca ese enfocar algo y dejar afuera lo otro está librado al azar.
Pues bien, “The Newsroom” habla de ese enfoque. Habla de la televisión en su más cruda realidad, esa realidad donde los votantes son totalmente influenciados por los medios de comunicación y piensan que son libres las elecciones que hacen cuando van al cuarto oscuro.

Y lo más interesante que tiene la serie es que no sigue una secuencia temporal normal, sino que cada capítulo, o arco argumental, cuenta un evento, una noticia a ser contada y cómo estos periodistas lo ponen en pantalla.

Es así que pudimos ver cómo se manejaron los canales de noticias antes la muerte de Osama Bin Laden, o el ataque terrorista en la maratón de Boston, el derrame de petróleo en el Golfo de México, o los movimientos de indignados de “Occupy Wall Street”, o las elecciones de medio término que perdió Barack Obama, luego de proponer algo tan básico, pero resistido por el pueblo estadounidense, como la reforma en la medicina social.

Y quizás este fue el problema con esta serie, que fue demasiado cruda en un montón de aspectos.
Porque a pesar de que estaba protagonizada por caras conocidas y actuaciones memorables, como la de Jeff Daniels (sep, el mismo de “Tonto y Retonto” en un registro increíble para quienes no conocen su lado dramático), Emily Mortimer, Dev Patel (el protagonista de “Slumdog Millonaire” y el Príncipe Zuko de “The Last Airbender”) o el gran Sam Waterston (recontra conocido por su personaje de Jack McCoy en “Law & Order”); y que era una producción de HBO (cadena que ha tocado temas urticantes y que no tiene problema en bancar proyectos complicados), el tema pareció ser lo suficientemente duro para el público yanki y la serie se canceló luego de dos temporadas y media.

Y quizás fue porque Will McAvoy, el personaje principal interpretado por Daniels, era un republicano que no comulgaba con el Tea Party (el ala más conservadora de ese partido) y que no dudaba en decir lo que tenía que decir frente a cámara aunque eso ayudara al partido demócrata a ganar las elecciones.

O quizás fue que se mostraba como el avance del “periodismo ciudadano”, que no chequea fuentes, que no intenta un rigor en lo que comunica y que sólo le interesa la instantaneidad de la noticia; de a poco va matando a los periodistas profesionales.

O quizás fue que se trataba de mostrar cómo el rating puede hacer que la noticia importante sea dejada de lado por la noticia urgente y cómo eso al público no le importa.
O quizás fue que mostraban cómo los lobbystas del gobierno tienen relaciones con los periodistas y que las “operaciones de prensa” son más comunes de lo que cualquiera se imagina (sí, hayá en el gran país del norte también sucede).

Pero sea por lo que fuere, la cancelación de “The Newsroom” hizo que Aaron Sorkin declarara que es el fin de su carrera televisiva “Conozco eso de nunca-digas-nunca, pero estoy más que seguro que los últimos tres episodios de esta serie fueron los últimos que voy a escribir para televisión”, dijo el autor a la prensa.

Y muchos, o por lo menos aquellos que disfrutábamos de ver lo que está detrás, lo que está escondido, lo que no nos muestran por miedo a que sepamos cómo se manejan las cosas… todos esos vimos caer a uno de los mejores escritores de la televisión yanki.

Por eso lo peor de 2014, por lo menos para mi que me incluyo en el grupo antes mencionado, es que hayan cancelado “The Newsroom”.