miércoles, 15 de octubre de 2014

Series derivadas ¿Universos integrales? - El Gabinete del Dr. Morholt.



Con el estreno oficial (porque muchos ya lo habíamos visto por medios non-sanctos hace meses) del primer capítulo de la serie “The Flash”, empezó a sonar en boca de la mayoría un término que para cualquier comiquero es conocido, pero para la “gente normal” puede no serlo. El término en cuestión es “Spin-off”, o si lo castellanizamos “serie derivada”.



Para dejar en claro primero de qué hablamos cuando uno nombra a un spin-off digamos que es un producto nuevo que comparte algunos elementos con un producto anterior.

¿No quedó nada claro, no?

Vamos con un ejemplo de lo más clásico: la serie regular de historietas protagonizada por Jimmy Olsen que se publicó casi por 20 años consecutivos, tenía por título “Superman's Pal Jimmy Olsen” o sea que hasta en el título te decían que dicha historieta era un derivado de esas otras tantas historietas donde Superman era el protagonista.

Entonces no tenemos que confundir el término spin-off con una estrategia de marketing como la que se utilizó en “Arrow” cuando presentaron al personaje de Barry Allen, ahora protagonista de su propia serie “The Flash”, sólo para que el público ya lo conociera y fuera una especie de “piloto encubierto”.

Distinto hubiese sido si el personaje de Diggle (ese compañero exmilitar y de los servicios de inteligencia que tiene Oliver) tuviese su propia serie en algún momento. Eso sí sería un spin-off.
Pero ¿no era que si compartían elementos ya se podía decir que era una serie derivada?

Y claro, ahí se debería empezar a hilar fino, porque ¿que estén en el mismo universo lo hace un spin-off? ¿Qué pasa entonces con las grandes franquicias  como por ejemplo Star Wars o Star Trek?

Pues bueno, con Star Wars Disney me la hizo simple, porque ahora lo único que está oficialmente en el mismo universo son las 6 películas y la serie animada “Rebels” que es un spin-off directo porque cuenta las aventuras de un grupo de contrabandistas luego de que Palpatine diera la Orden 666 para exterminar a todos los Jedis.

En el caso de Star Trek, más allá de convivir todas las series y películas en un mismo universo (sí, estoy dejando las de J.J. Abrams afuera porque son en una realidad paralela), la única que puede considerarse una serie derivada al 100% es “Deep Space Nine” ya que es la única que comparte algo más que estar dentro del mismo universo. Comparte personajes: tanto el Jefe O´Brien como el Comandante Worf aparecen en “The Next Generation” y aparte lo que sucede en la serie madre es el detonante de lo que sucede en la derivada.

Acá podrían saltarme al cuello varios trekkies diciendo que “The Next Generation” es el primer spin-off de Star Trek, pero a mi me gusta tomarlo más como una continuación/remake de la serie original porque no comparten otro elemento que estar en el mismo universo. Peguen tranquilos, que me la banco.

Otro caso de universo integral es el de las series basadas en la película “Stargate” de 1994. Todas las series tienen personajes recurrentes y todas tienen una ingerencia especial en la siguiente. La primera de ellas, de 2007, es “Stargate SG-1” y tuvo 214 capítulos en 10 temporadas y marcó la vuelta de Richard Dean Anderson al éxito luego de “MacGyver”.

En el capítulo final de la séptima y el primero de la octava temporada los miembros del proyecto Stargate encuentran un punto neurálgico dentro de la red de portales en un antiguo planeta alejado. Es así como planean establecer un punto de control permanente en ese planeta y entonces nace la serie “Stargate: Atlantis”, que duró 100 episodios en 5 temporadas.

A menos de medio año de terminada “Atlantis” se estrena “Satrgate: Universe” con una premisa totalmente distinta. Algunos miembros del proyecto se encuentran en una base y cuando están marcando el portal que tienen ahí, el planeta empieza a explotar.

Es así como pasan por el Stargate sin saber a dónde llegarán y quedan atrapados en una nave creada por los Antiguos para que viaje a los confines del universo y así poder crear nuevos portales. El problema es que la nave está trabajando en piloto automático por lo que los sobrevivientes son pasajeros y también prisioneros de esta tecnología alienígena. La serie cambió tanto el registro de las anteriores que sólo duró 40 episodios divididos en 2 temporadas y luego fue abruptamente cancelada.

Un caso muy particular es el de los Power Rangers, pero es difícil hablar de que son todas sus series son spin-offs de la original “Mighty Morphin Power Rangers” porque en realidad la mayoría tienen Rangers distintos y la fuerza mágica de estos héroes procede, también, de lugares distintos.

Es por eso que se las conoce como “Generaciones” y hasta existe un capítulo especial donde aparecen todos los Rangers rojos de todas las generaciones para dar pelea a un villano tremendamente poderoso. Es decir que el universo es integral, pero quizás las series no son derivadas.

El único otro elemento que comparten algunas series es a Tommy Oliver: el personaje interpretado por Jason Frank que empezó siendo el Ranger verde de la serie original (y luego vuelve varias veces como invitado en las generaciones siguientes), pero principalmente es uno de los protagonistas de “Power Rangers: Dino Thunder”. Esta serie llegó casi 10 años después de la primera y compartían protagonista.

Existen ejemplos de otros universos integrales en la televisión yanqui, y no son mundos de fantasía (bueno, o más o menos) por lo que encima tienen más televidentes que cualquiera de los que mencioné antes: las series policiales.

En este rubro podemos enmarcar a la longeva “Law & Order” que comenzó en el año 1990 y tiene las siguientes series derivadas “Law & Order: Special Victims Unit”, “Law & Order: Criminal Intent”, “Law & Order: Trial by Jury” y “Law & Order: LA”. Todas siguen un mismo formato y todas son parte de un universo integral donde personajes de una pueden aparecer en la otra e inclusive reemplazar a los protagonistas.

Tan importante y redituable es esta franquicia que el productor Jerry Bruckheimer no tuvo mejor idea que copiar este modelo de negocios y en la segunda temporada de su serie “CSI: Crime Scene Investigation”, del año 2000, presentó al personaje de Horatio Caine (la vuelta al éxito del actor David Caruso) y al año siguiente estrenó “CSI: Miami”, protagonizada por Caruso, teniendo un éxito espectacular en los ratings.

Obviamente no terminaron de exprimir la naranja en ese momento y dos años después estrenaron “CSI: NY”, protagonizada por otro actorazo, Gary Sinise, quien ya había sido presentado al público en capítulos especiales tanto en la serie madre como en su spin-off de Miami. Las tres series logran un universo integral, tuvieron varios cross-overs entre ellas y hay personajes que se mueven de serie en serie.

Tan grande es el éxito de esta franquicia que para el año 2015 van a estrenar otra serie derivada llamada “CSI: Cyber”, protagonizada por Patricia Arquette.

De la misma manera, la serie “JAG” que tuvo 10 temporadas, presentó en la número 8 el concepto del Servicio de Investigación Criminal Naval, o como todos lo conocen “NCIS”. Esta serie está protagonizada por Mark Harmon e increíblemente (porque es muy aburrida) ya tiene dos spin-offs “NCIS: Los Angeles” (protagonizada por Chris “alguna vez fui Robin” O´Donnell) que va por su sexta temporada y “NCIS: New Orleans”, protagonizada por Scott “también trabajé en Star Trek” Bakula, que se estrenará oficialmente el año que viene. Aclaro lo de oficialmente porque los personajes fueron presentados en la temporada 11 de la serie madre “NCIS” (sep, 11 temporadas, es algo increíble).

Por último en esta categoría de “universos integrales policiales” (pero sólo porque tiene 2 series solamente) está “Criminal Minds”, la serie estrenada en 2005 que ya lleva 10 temporadas y que fue la serie madre para “Criminal Minds: Suspect Behavior” del 2011, que estuvo protagonizada por Forest Whitaker y que sólo duró una temporada, demostrando que, quizás, no todas las ideas se pueden repetir hasta el hartazgo.

Porque, claro, si la idea es repetir lo mismo que en la serie “madre”, pero en otra ciudad el trabajo de los guionistas es bastante más duro que tomar un personaje protagonista o secundario de esa serie y mostrar sus propias historias en un registro totalmente distinto.

De estos casos existen muchos, así que enumeraré sólo algunos:

En 1982 se estrenaba la serie “Cheers” y contaba las historias de todos esos personajes que se juntaban en un bar e interactuaban entre ellos, pero que nunca se profundizaba mucho en sus “aventuras en solitario”. La excepción a esta regla fue “Frasier”, protagonizada por Kelsey Grammer y estrenada justo cuando “Cheers” dejaba la pantalla, allá por el año 1993. Esta serie nos mostraba todo eso que no podíamos ver de la vida del Doctor Frasier Crane en la original “Cheers” y tuvo tanto éxito que llegó a las 11 temporadas.

Otra serie derivada que tenía un registro bastante distinto a su serie madre fue “A Different World” que nos contaba la vida de Denise Huxtable en la facultad.

La hija mayor del Dr. Cliff Huxtable, interpretado por Bill Cosby en “The Cosby Show” se había ido a la facultad en la 4ª temporada de la serie madre y en vez de desaparecer, el propio Cosby pensó en toda una serie totalmente distinta para mostrar esa vida de los jóvenes negros con dinero que podían ir a la facultad. La serie tuvo mucho éxito en ese otro público que no era el mismo que veía “The Cosby Show” y llegó a las 6 temporadas.

Un ejemplo más de cambio de registro fue la serie que protagonizó Jennifer Love Hewitt con el mismo personaje que tenía en “Party of Five” donde era la novia de uno de los protagonistas. De un dramón de familia pasó a ser un dramón personal donde se nos mostraba la búsqueda de los verdaderos padres de esta chica que se había enterado que era adoptada. Por suerte “Time of Your Life” duró una sola temporada porque era soporífera.

En esa misma búsqueda de nuevos públicos es que muchas veces se generan series derivadas casi iguales, pero distintas… a ver si con este ejemplo me explico: “The Six Million Dollar Man” (o “El Hombre Nuclear” como la conocimos por estas costas) comenzó en 1973 y el éxito fue tremendo, pero ¿por qué no intentar llegar al público femenino y acrecentar el éxito? La idea fue maravillosa y “The Bionic Woman” se estrenó dos años después y duró tres temporadas. El éxito fue tal que hasta filmaron un piloto de “The Bionic Boy” que, por suerte, nunca lo aprobaron.

De la misma manera, pero en la animación, existe la conocida por todos “She-Ra: Princess of Power” dedicada al público femenino que no se contentaba con el personaje feminino de Teela en “He-Man and the Masters of the Universe”. En este caso también existió el recurso de “piloto encubierto” en la bastante chota película “The Secret of the Sword” donde se nos presentaba a la hermana gemela del guardián de Grayskull  y se expandía el universo totalmente integrado de los Masters of the Universe.
No siempre una serie derivada tiene el éxito previsto, sea con un cambio de registro con respecto a la serie madre o sea una continuación directa. De estos ejemplos tenemos varios, a saber:

“21 Jump Street” era una serie que nos mostraba a unos policías que trabajaban encubiertos en colegios y universidades porque todos parecían más jóvenes (y definitivamente no era una comedia como las espantosas remakes cinematográficas que se hicieron).

Esta serie protagonizada por un muy joven Johnny Depp se estrenó en 1987 y en su tercera temporada presentó un personaje al que el público amó a pesar de no ser uno de los protagonistas y sólo ser uno recurrente. Los productores, ni lerdos ni perezosos le inventaron una serie derivada. Así llegó “Booker” que estaba protagonizada por Richard Grieco y se estrenó en 1989, pero sólo tuvo una temporada de 22 capítulos.

De la misma manera nació “Xena: Warrior Princess”, serie protagonizada por Lucy Lawless, que interpretó por primera vez a su personaje en un arco argumental de 3 episodios de la serie madre “Hercules: The Legendary Journeys”.

La idea original era matar al personaje en el último episodio de ese arco, pero Sam Raimi y su equipo notaron que la respuesta del público al personaje era espectacular, entonces le generaron una serie íntegramente para ella, expandiendo el universo y llegando a las 6 temporadas, rivalizando con la serie madre en calidad de argumento y nivel de producción. En este caso el éxito fue mucho más que el esperado.

En el sector animado ocurrió algo parecido con la serie “Pinky and the Brain” de 1995, cuyos personajes aparecían regularmente en “Animaniacs” de 1993 y terminaron teniendo más éxito que la serie madre, a pesar de tener menos episodios.

Pero también existen los ejemplos de spin-offs que son casi continuaciones, o sea que se utilizan para seguir exprimiendo un concepto luego de que la serie madre ha terminado.

Ahí es donde podemos encasillar a la espantosa “Joey” protagonizada por Matt LeBlanc haciendo de su característico personaje en “Friends” una vez que se terminó dicha serie y que increíblemente duró 46 capítulos.

También podemos nombrar a “Caprica”, la precuela de “Battlestar Galactica” donde se nos cuenta la historia de la creación de los Cylons y la vida de chico del Almirante Adama que por suerte sólo duró 19 capítulos.

En esta categoría también está “Highlander: The Raven” la serie protagonizada por Amanda, una inmortal recurrente de la serie “Highlander” y que, a pesar de que mi corazoncito la quiera mucho,  nunca llegó al nivel de la serie madre y sólo duró 22 capítulos.

Por último dentro de esta categoría, tengo que nombrar a la increíble “Crusade”, que si bien no es una continuación directa de la serie “Babylon 5” sí lo es de su película “A Call to Arms” de 1999. En esta película una raza alienígena libera un virus mortal en el planeta Tierra que va a diezmar toda la vida en él en un plazo de 5 años. Es así que las fuerzas de la Tierra envían a una única nave de humanos no infectados a buscar la cura por el universo.

En estos 13 episodios J. Michael Straczynski nos amplía el ya muy desarrollado universo de “Babylon 5” de una manera magistral. La cantidad de presiones del canal TNT, la manera que tuvo de emitir los capítulos desordenados y los cambios que tuvieron que aceptar de parte de la cadena hicieron que la serie se cancelara en su primera temporada a pesar de que la historia estuviera planeada para un total de 5.

Pero hay un ejemplo de serie derivada y universo integral que seguro fue el primero en el que pensaron cuando leyeron el título y es el “Buffyverse”.

Joss Whedon (antes de ser el director de “The Avengers”) creó “Buffy the Vampire Slayer” y luego de 4 temporadas estrenó “Angel” la serie protagonizada por varios de los integrantes de la serie madre. La cantidad de elementos en común que tienen estas dos series, las referencias y crossovers que se generaron, hacen que sean el ejemplo perfecto de cómo se deben manejar dos series que van casi a la par y que no se pisan entre ellas. No por nada somos muchos los Whedonfans que lo seguimos a todas partes y bancamos mucho su nuevo proyecto en Marvel .

Dejé afuera varios ejemplos que sólo voy a nombrar para que no me maten, algunos espantosos, como “Baywatch” y “Baywatch Nights” o “Once Upon a Time” y “Once Upon a Time: Wonderland”, otros mucho mejores como “Beavis and Butt-head” y “Daria” o “The Practice” y “Boston Legal” y otros que son directamente espectaculares como “Doctro Who” y sus spin-offs “Torchwood” y “The Sara Jane Adventures” o “The X-Files” y “The Lone Gunmen”.

Es decir que hay varios ejemplos en esta forma de contar historias, este entrecruzamiento de productos que, al final de cuentas, terminan siendo más interesantes para cualquier espectador, porque aunque no sea un spin-off ¿qué más queremos que ver a Green Arrow y a Flash peleando juntos contra Gorilla Grood, no?