jueves, 25 de septiembre de 2014

Gotham – Análisis del piloto - La Columna de Logan.



Me siento frente al monitor de mi p.c. dispuesto a escribir una de mis reseñas más complicadas, pero acepto el desafío gustoso porque el producto lo requiere. La velocidad y vorágine de los medios actuales, pero sobre todo de la comunión entre internet y la televisión, exige tiempos ridículos de respuesta ante los estrenos por parte del periodismo, y para cuando ésta reseña esté on-line, existirán no menos de 12 artículos similares en castellano (lo sé porque los he leído a todos) y probablemente más de 30 en inglés. La competencia, entonces, es feroz. Acá, en Tierra Freak, desde mi trinchera, haremos un esfuerzo por separarnos del resto.


El título vaticina una revisión del piloto de una de las series que más expectativas ha generado este año, en el fandom local, y en el público en general. Y es que Batman, el clásico personaje de la editorial D.C. Comics, en todas y cada una de sus encarnaciones dentro y fuera del papel siempre cuenta con un enorme poder de convocatoria. Y lo hace incluso cuando se presenta un producto que se relaciona íntegramente con el universo de este detective encapotado pero cuenta con la ausencia del mismo, un truco-recurso al cual muchos de nosotros ya asistimos hace casi 13 años, un lejano 16 de octubre de 2001 cuando se estrenó el piloto de Smallville, solo que en aquel entonces el personaje ausente sería Superman, pero el protagonismo del show de todos modos recaería en el famoso extraterrestre proveniente del planeta Krypton. Veamos entonces cuales fueron los pros y contras de este episodio piloto, y que distancia existe entre el mismo y aquel de Smallville, o el que 2 años atrás nos presentó Warner con otro personaje de D.C., Arrow. Y si podemos, sumemos al análisis la magnífica serie de Ed Brubaker y Greg Rucka, Gotham Central. 

Un collar de perlas y Dos Balas


Pero antes, déjenme desahogarme con ustedes sobre algo que tengo guardado hace un tiempo: estoy harto de leer o escuchar la fastidiosa pregunta “¿Cuándo será el día que D.C./Warner vuelva a estrenar una serie de T.V. live-action con Batman como protagonista?”. Harto. Les concedo esto: hace décadas que no tenemos una serie de T.V. live-action con la historia del detective orejudo como eje central, exactamente desde que finalizó la 3er temporada del show de Adam West y sus amigos, en 1968. Y en el medio hemos tenido una serie de Superboy, una de Superman, una de Wonder Woman, una de Flash, una de Shazam!, la actual serie de Arrow que pronto comienza su 3er 
temporada, y un amague: Birds of Prey. Teniendo en cuenta que el estreno de la trilogía de Nolan con Batman como protagonista se dio en el 2005, ¿Qué tan necesario es, entonces, recuperar al personaje en la pantalla boba? ¿Cuál es la ganancia que tendríamos, como fans del personaje? ¿Realmente alguien, en su sano juicio, cree que, con las limitaciones que tiene el medio –me refiero a la televisión-, narrativamente hablando, aún si fuera posible y Warner se lo propusiera y lo llevara adelante, podríamos disfrutar de un producto mejor logrado que el que consiguió Nolan y su equipo en sus tres films? ¿Tanto tiempo pasó desde aquella Batman Begins iniciática que el personaje requiere de una puesta al día televisiva urgente? Pensemos un poco, juntos, y reflexionemos sobre el tema. Es verdad, también, que la televisión actual, sobre todo la yanquie, tiene pocas cosas que envidiarle al cine: puede emular sus tiempos y sus formatos, como lo hemos visto en la fantástica serie Sherlock, y puede conseguir actores y directores de renombre y con experiencia para llevar adelante proyectos con una calidad soberbia. Todo eso es cierto, lo cual no quiere decir que ambas cosas se podrían verificar en una posible live-action de Batman. Y aún si eso fuera posible, nada nos garantiza que tendríamos algo mejor que lo que ya nos ofrecieron en cine hace 9 años. El mejor ejemplo es Gotham, hoy: regresen a Batman Begins (2005), y recuperen la escena del asesinato de Thomas y Martha Wayne, observen la sutileza y el buen gusto con el cual la misma fue narrada, y luego compárenla con la misma escena pero en Gotham: un inverosímil ladrón con el rostro cubierto cual momia –por necesidades del guión a futuro-, dos balazos y un testigo que queda vivo vaya uno a saber porqué (un asesino con códigos, claramente: no mata niños) y luego el innecesario pero esperado chillido de Bruce acompañado por el correspondiente plano picado de la cámara. 

Por supuesto que cualquiera puede rebatirme que “se pueden hacer las cosas bien, mejor, solo hace falta buena voluntad por parte de los productores de la serie”, y estaría en lo correcto. Las preguntas son entonces si existe la necesidad de hacerlo cuando tenés la trilogía de Nolan que te hace sombra y que no ha perdido vigencia, por un lado, y si es posible mantener la calidad de la narración a la altura de lo que el personaje y su universo exigen cuando tenés que presentar temporadas de 22-24 capítulos de 45 minutos cada uno por año, por el otro, ¿no? Ya tenemos dos temporadas de Arrow encima, y un piloto de Gotham por parte de Warner, sabemos de lo que son capaces cuando ponen toda la carne al asador, ya que ambas series tienen lo mejor que ellos pueden conseguir para T.V., ¿entonces? Entonces mejor demos vuelta la página de este fútil debate, y ahora sí adentrémonos en lo que fue el piloto de Gotham, gracias.

G.C.P.D.

Espero que no sea el caso, porque advierto desde ya este artículo estará plagado de spoilers, pero quizás existe la posibilidad de que vos, lector, aún no hayas visto el piloto de este show, sepas poco y nada del mismo, y quieras saber qué es lo que estamos por analizar. Gotham será la serie que tendrá como protagonista al Detective James Gordon, apodado por sus colegas “Jim”, y que enlazará con los eventos que llevaron al niño Bruce Wayne a quedar huérfano, tras ser testigo del asesinato a sangre fría de sus padres en plena vía pública. En los primeros minutos del capítulo vemos que Bruce no es el único testigo de esta tragedia: desde una distancia prudencial una niña,  a quien llamaremos Selina Kyle, pudo apreciar con sumo detalle lo sucedido, e identificar sin problemas al sobreviviente. Durante el resto del episodio veremos cómo Jim se incorpora al Gotham City Police Department de la Capitana Sarah Essen, y forma dupla con el corrupto Harvey Bullock, para juntos intentar resolver este crimen que mantiene en vilo a la ciudad, Gotham City, dado el estatus social de las víctimas.

Aquí abramos un corchete y retrotraigámonos unos años. Esta no es la primera vez que se intenta explotar de esta manera el universo de Batman, aunque sí en este medio, la televisión. En febrero del 2003, los guionistas Greg Rucka y Ed Brubaker trabajando codo a codo con el dibujante Michael Lark desarrollaron para D.C. Comics un comic mensual de nombre Gotham Central que concluyó en el número 40 y que tenía una premisa similar a la de la serie que hoy toca reseñar: contar los pormenores que conlleva trabajar como detectives para el Gotham City Police Department, con la salvedad de que dicha serie estaba ambientada en el mismo tiempo que el resto de las publicaciones de D.C. de ese momento, mientras que el show televisivo Gotham nos va a narrar aventuras parecidas pero 20 años antes de que Bruce Wayne asuma su doble personalidad como un justiciero enmascarado. Otra diferencia fundamental entre ambas propuestas es el rol protagónico: mientras que en la serie Gotham el protagonista presumiblemente será Jim Gordon, en el comic Gotham Central este peso estaba repartido entre los detectives Marcus Driver, Romy Chandler, Renee Montoya, Crispus Allen y Josephine "Josie Mac" MacDonald, acompañados en un segundo plano por el Comisionado Michael Akins, la Capitana Margaret "Maggie" Sawyer y el lugarteniente Ron Probson, y con apariciones recurrentes de James Gordon y Harvey Bullock.

A pocos –me incluyo- les importa realmente la conexión Bruce Wayne-Jim Gordon en la serie Gotham a futuro, lo cierto es que el trabajo que Rucka y Brubaker hicieron en estos 40 números del comic es fantástico, utilizando de manera inteligente y muchas veces sorpresiva el cast que tenían, rotando el peso del protagonismo dependiendo de la historia que quisieran contar, y revelando miserias y secretos de muchos de ellos, humanizando con ello la serie y el universo, otorgando con esta labor a los guionistas y productores del show televisivo bocha de material que puede servir de inspiración para desarrollar sus tramas. Y nada indica que no puedan hacerlo, dado que más allá de que claramente el foco de Gotham será otro –y desde el vamos el protagonismo recaerá en Gordon y Bullock-, tenemos a Renee Montoya y Crispus Allen ya en el piloto rompiéndoles las pelotas a los protagonistas para certificar que la serie será netamente policial y girará en torno a la relación entre el Gotham City Police Department y el crimen que azota a Gotham City. Nadie espera ver algo con la calidad de The Wire, pero podemos soñar con que Gotham arañe los niveles alcanzados por The Mentalist, dado que el creador de ambas series es el mismo tipo: Bruno Heller.

Galería de Villanos

La saturación molesta casi siempre, en casi todos los aspectos del arte, salvo aquellas excepciones donde el eje esté puesto en esta técnica. Warner ya había cometido un error similar en el piloto de Arrow, y evidentemente no escarmentó y 2 años después volvió a caer en lo mismo, y tristemente con eso pone en jaque un piloto que podría haber sido épico. Para Warner, más siempre es más, sobre todo en televisión, no existe la sutileza, la ansiedad los carcome, no basta con las promesas, tiene 40 y tantos minutos iniciales y quieren dejar a todos boquiabiertos, hacer uso y abuso del fanservice, y para ello meten más personajes en el piloto que músicos en escena en un recital de los Auténticos Decadentes. Desde el lado de los personajes que son –o tentativamente terminarán siendo- villanos, tenemos a la ya mencionada Selina Kyle acompañada por Edward Nygma, Oswald Cobblepot, Carmine Falcone, Poison Ivy, Salvatore Maroni y Fish Mooney, un personaje original creado para el show y muy bien llevado por la sexy Jada Pinkett Smith. También podría agregar un potencial Joker, pero eso sería jugar muy sucio, solo con lo sólido y verificable tenemos un festín que llenaría cualquier estómago. Si no te empalagaste con eso, aún quedan cameos o apariciones de Alfred Pennyworth, la Capitana Sarah Essen y Barbara Kean que se suman a los ya mencionados Crispus Allen, Montoya, Gordon, Bullock, y por supuesto Bruce Wayne y sus padres. Algunos villanos sin duda estuvieron muy bien escritos, actuados y ubicados de forma coherente en la trama -sobresaliendo de todos ellos la soberbia actuación de Robin Lord Taylor como el futuro Penguin-, otros sencillamente fueron un despropósito, como los pobres diálogos dignos de un comic de los ’50 de Edward Nygma o la forzada y absurda aparición de Poison Ivy. Ese tipo de situaciones-y algunas otras más- me hacen ver que, al igual que me sucede con Arrow, Warner tiene que dar gracias de que yo y muchos más formaremos parte del “público rehén” que tendrán culpa de llevar adelante una serie inspirada en un universo ficcional que me gusta mucho, porque si estas cosas se dieran en otro contexto, con personajes y situaciones que estoy viendo por primera vez, no se me ocurriría regresar al show por el segundo episodio. Tampoco me motiva ver como ya desde el minuto cero comienzan a entretejer oscuros y secretos melodramas entre los personajes, como lo que se pudo apreciar entre Barbara y Montoya, y ni hablar del miedo que estas cosas me disparan, ¿no? Ya sigo una Falcon Crest-Dallas-Dinastía de D.C. en televisión, y se llama Arrow, no necesito seguir otra más, gracias.
 
Cuando miraba la serie otra cosa me molestaba, y suponía que sería uno de los pocos a los que eso le jodería pero luego el intercambio de opiniones en la web me hizo ver que no: ¿en qué año está ambientada Gotham? Porque yo imagino que Bruce es Batman hoy, ergo: la serie debería situarse unos 20 años atrás, en 1994… ¿Ya había celulares tan modernos como el que le vi a Jim a mediados de los ’90? Mi memoria en la vida real puede que me juegue en contra, pero la del fan serial no, y los Sopranos, que comenzaron su andaduría a fines de los ’90, estuvieron al menos 3 temporadas utilizando teléfonos públicos para sus llamadas comprometidas, y los agentes del F.B.I. Fox Mulder y Dana Scully se pasaron casi toda la serie sin hacer uso de las gentilezas de la telefonía celular, recién en las últimas 2/3 temporadas comenzamos a ver la aparición de los mismos, la cual concluyó en el 2002. Esto es apenas un detalle, pero no vaticina un buen manejo del “tiempo” en el que este drama policial va a desarrollarse. Y si de detalles hablamos, ¿Qué carajos fue esa cámara en 1ra persona cuando Gordon iba detrás del padre de Ivy? ¡¡¡Un poco de coherencia en la estética de la narración, director, eso nomás te pido!!!

Lo mejor, creo yo, para encontrar un balance favorable -y mi objetivo fue siempre ese, aunque les cueste creerlo- es ir desde lo negativo hacia lo positivo, y recién ahí sacar conclusiones. Y el piloto de Gotham tuvo muchas cosas positivas. Las actuaciones están, en términos generales, dos escalones por encima de productos similares de la misma factoría, como Arrow o Smallville –aunque en esta última las actuaciones de Michael Rosenbaum, John Glover y John Schneider fueron siempre un deleite-, destacándose las ya mencionadas de Pinkett Smith y Lord Taylor a las cuales le podríamos agregar la de Ben McKenzie como un sólido e incorruptible James Gordon y Donal Logue dando vida a un desagradable y sucio Harvey Bullock (que tiene, si la memoria no me falla, su primera aparición live-action en este show), y si bien algunos diálogos se sienten muy forzados y duros, podemos anticipar que la química chispeante entre Gordon y Bullock va a llegar a buen puerto, así como también el plot que se va abriendo con el Judas-Starscream del crimen de Gotham City, el desequilibrado Cobblepot.

La serie se hace fuerte y se siente sólida cuando menos recurre al fanservice y más policial se pone, y flaquea cuando cae en los excesos innecesarios que solo entrega felicidad al DCU-Zombie adicto a ver más y más personajes “conocidos” del comic adaptados a la pantalla chica. Lo mismo sucede cuando quieren apurar los trámites: no había necesidad de escuchar ya de boca de Bruce su intento por combatir los miedos apenas unas horas después de haber sido testigo de la muerte de sus padres… no hubo casi duelo ni shock ni tiempo para la reflexión. En cambio, con pocas pero contundentes líneas, fue una agradable sorpresa descubrir que quizás el Alfred de Gotham se aleje del comprensivo y sabio compañero caracterizado magistralmente por Michael Caine y esté más cerca del estricto ex-militar de los Royal Marines que leímos en el Batman: Earth One de Geoff Johns y Gary Frank. La producción está a la altura del desafío, ya que la estética de la serie es correcta –y por momentos, muy bien lograda- y tienen material –tanto en los actores como en el material del cual se están inspirando- para entregar un gran producto. Si se concentran en entregar una buena historia policial que fluya y encuentre su rumbo y dejan de intentar forzar la narración para que calce con el universo que conocemos del orejudo, seguramente tendremos algo más que una serie apenas entretenida. Yo tengo fe de que van hacia ese lado y esto solo fue una abrupta y precipitada presentación. La misma fe que deberían tener ustedes, lectores, de que la semana que viene podrán volver a leerme, acá, en Tierra Freak.