miércoles, 4 de junio de 2014

Bardos de la Modernidad: Nimrod Antal - El Gabinete del Dr. Morholt.



Hace 10 años este director me voló la cabeza.

Lo raro del caso es que lo hizo con una película filmada en Hungría, hablada en húngaro y con actores que no conocía.

Pero la forma en que logró que me metiera en la pantalla, cómo me olvidé de que estaba viendo una historia tan lejana como un país del que no conozco nada, pero principalmente la manera que tuvo de contarme esa historia, son la razones por las cuales lo sigo en cualquiera de sus proyectos cinematográficos. Sean lo que sean.

Es por eso que este director inaugura una serie de notas donde voy a hablar de las carreras de aquellos que usan la imagen y los sonidos para narrarnos historias, para conocer otros mundos, aquellos que logran mostrarnos con efectos lumínicos vidas que no existen, pero que nos atraen como si fueran reales. Esos que podemos llamar “Bardos de la Modernidad”.

Nimrod Antal nació en Estados Unidos en el año 1973 en una familia de padres húngaros que viajaba frecuentemente a ese país. Quizás por eso cuando se decidió a estudiar cine, la opción de hacerlo en la Academia de Cine y Drama de Budapest fue la que más le cerró.

Como otros que siguen el camino de la dirección en estos tiempos, Nimrod también empezó trabajando como Director de Fotografía para luego dirigir algunos videoclips y avisos publicitarios.

Pero el camino del cine propiamente dicho se le abrió cuando su cortometraje “Biztositas” (“Seguro”) del año 1998, ganó el premio a mejor fotografía en el Drama Short Film Festival de Grecia.

Fue entonces que empezó a trabajar en una historia ya contada muchas veces antes: la historia de un caballero caído en desgracia que se autoexilia en una tierra lejana y oscura, cuyo único amigo es un anciano mago que bordea la locura y hace las veces de maestro. Pero todo cambia cuando este caballero encuentra a una princesa que viene de otras tierras y se enamora. Entonces comienza el camino de la redención que lo llevará a adentrarse en las profundidades del mismo infierno para pelear contra su propia sombra.

Claro que lo interesante de “Kontroll”, su primera película del año 2003, es que cuenta esa historia emplazada en el subterráneo actual de Budapest.

Y no sólo a mi me voló la cabeza, ya que “Kontroll” fue galardonada en el prestigioso Festival de Cannes del 2004 con el Premio a la Juventud.

La crítica mundial lo alabó, pero principalmente fue el puntapié para dejar Hungría y empezar su carrera en el mercado de su país de origen.

Así en 2005 llega a Los Angeles y firma con Sony Pictures para dirigir “Vacancy” con Luke Wilson y Kate Beckinsale que venía de protagonizar las taquilleras “Underworld” y “Underworld: Evolution”.

“Vacancy” se estrena en 2007 y cuenta la historia de una pareja que luego de que su auto se queda en una ruta donde no hay señal de celular, deciden pasar la noche en un hotel alejado de toda civilización. Una vez en la habitación ven un video de un asesinato de verdad que fue filmado en la misma habitación en la que se encuentran.

Esta película de terror, con mucho de gore y suspenso, no estuvo escrita por Antal, pero igualmente logra que estemos todo el tiempo con los nervios de punta, esperando que lo peor pueda pasar con cada cambio de plano. Una nueva prueba superada para Nimrod, ese del nombre raro que en toda entrevista tiene que aclarar que tampoco es un nombre común en Hungría.

Para el 2009 estrena “Armored”, producida por Sam Reimi y con un grupo de actores impresionante: Matt Dillon, Jean Reno, Laurence Fishburne, Milo Ventimiglia y Skeet Ulrich entre otros.

Igual la palabra “estrenar” es un poco exagerada, porque “Armored” estuvo disponible para descarga en la Playstation Network durante unas cuantas semanas antes de ser estrenada, supuestamente por accidente. Obviamente esto hizo que la taquilla bajara al momento de estrenarla oficialmente en cines, porque muchos ya la habían visto en sus casas.

Esta película de acción cuenta la historia de un grupo de trabajadores de una empresa transportadora de caudales que se ven involucrados en un robo a uno de los camiones blindados.

Acá Antal se da el lujo de mostrar sangre, explosiones y hasta una persecución de camiones blindados porque principalmente tiene presupuesto para hacerlo. De más está decir que las actuaciones son buenas porque conocemos a esos actores, pero lo que más destaca es que Antal logra mezclar escenas intimistas con otras llenas de acción y adrenalina. Quizás la resolución final del conflicto sea un poco apresurada, pero eso ya es un problema de guion, que no fue responsabilidad suya.

El tema es que sólo 1 año después, y bajo la producción de Robert Rodríguez, estrena “Predators”, esa especie de “reboot/remake espiritual” de la película de 1987 protagonizada por el gran Arnold. Espiritual porque en realidad vuelve a las bases de la primera “Predator”, pero no es una vuelta a cero de la franquicia.

En esta película Antal también aprovecha que tiene presupuesto y juega con cámaras y planos jugados, con explosiones y tiros, pero principalmente juega con algo que Rodríguez también acepta para el proyecto: no trabajar con CGI. Volver a los efectos clásicos, a los disfraces y las explosiones pirotécnicas reales y a los tiros y la sangre no generada por computadora.

Con esa premisa Antal nos cuenta la historia de un grupo de personas especiales, que son dejadas a propósito en una jungla para ser parte del deporte favorito de esta raza alienígena: jugar al cazador y la presa.

La película la protagonizan Adrien Brody, Topher Grace, Alice Braga, Laurence Fishburne y Danny Trejo entre otros y demás está decir que es una muy buena película de acción que los fans de la saga festejaron. Fruto seguramente de Antal, pero también de que había pasado mucho tiempo desde que los Predators protagonizaban una película ellos solos y no en conjunto con los Aliens.

Pero la última narración que Antal nos regala, la última historia que este bardo moderno nos cuenta es, para mi, el mejor ejemplo de que no importa tanto el tema, sino cómo nos lo cuentan.

Porque en 2013 se estrena “Metallica, Through the Never”, ese gran videoclip, ese “Grandes Éxitos” que escribieron Antal y los miembros de la banda y que tan bien les salió.

Porque para poder decir si salió bien o no, deberíamos analizarlo en base a lo que piensan aquellos que no son fanáticos de Metallica. Y ahí entro yo.

Mi relación con Metallica es mala. No me gusta su música y odio a Lars Ulrich por su cruzada contra Napster (y sí, soy un tipo rencoroso). Así y todo “Through the Never” me pareció una película extraordinaria.

La manera en que Antal nos mete en el escenario, nos hace ser parte de la banda y genera a esos personajes de fantasía que seguro no son los músicos, pero que terminamos creyendo que lo son, es lo que la hace espectacular.

Y aparte está la historia de ficción, esa historia que muchos no entendieron y se quejaron por no hacerlo. Esa historia de un ayudante de la banda que tiene que ir a buscar algo demasiado importante y que recorre una ciudad en medio de un disturbio social que enfrenta a manifestantes y policía. Esa historia psicodélica plagada de simbolismos y que tan bien encaja con lo que está pasando arriba del escenario.

La dirección de fotografía es de Gyula Pados, un viejo conocido de Antal de las épocas de “Biztositas” y “Kontroll” y que también trabajó con él en “Predators”. Y se nota que trabajan cómodos al estar juntos, porque también se nota que se apoyan el uno en el otro.

En “Through the Never” Antal juega, se divierte y hace que nos divirtamos también nosotros.
Todas sus películas se consiguen fácilmente (“Biztositas” está en youtube con subtítulos en inglés), por lo que si quieren adentrarse en su universo, ver el mundo como él quiere mostrarlo, la posibilidad está sólo a un click de distancia.

Aprovechemos entonces esta oportunidad que nos da nuestra época y no perdamos de vista a este gran comunicador, este gran contador de historias, este gran bardo de la modernidad.