viernes, 25 de abril de 2014

The Amazing Spider-Man 2 - Sin Spoilers - La Columna de Logan.



A diferencia de lo que me sucedió con Need for Speed (2014), esta vez tuve que esperar -como el resto de los mortales sudacas- poder ir al estreno oficial del 2do film del reboot del arácnido para acercarles a ustedes mi percepción del mismo. De todos modos podemos vanagloriarnos una vez más de habernos adelantado una semana y un día al estreno U.S.A., y por otro lado muchos lectores, en vez de ponerse al tanto de qué es lo que van a ver, podrán debatir y discernir conmigo en los comentarios del sitio. Así que, sin más preámbulo, demos inicio a esta reseña que para tranquilidad de muchos está totalmente libre de Spoilers.

La previa

Eso: ¿qué previa necesitás para ir a ver este 2do film que Marvel estrena en los cines este año? Solo una, la que dicta el sentido común: haber visto antes The Amazing Spider-Man (2012), y nada más. El debate sobre la necesidad o no de este reboot fue siempre innecesario, y solo gente con mucho tiempo libre y pocas neuronas se embarca en algo así; lo cierto es que Sony llevó adelante esta nueva saga, y nosotros nos disponemos a disfrutarla. Punto. Otra total pérdida de tiempo a mi entender es la aburrida y desgastante comparación con la saga de Raimi. Todos sabemos lo que aquellas primeras aventuras de Peter Parker significaron, para nosotros y para el sub-género super-heroico: la posibilidad de poder ver por 1ra vez a uno de nuestros personajes favoritos del comic americano en carne y hueso (por favor, evitemos la vergüenza social que significa conservar en la memoria los intentos previos a esta saga cinematográfica, ¿dale? Intentemos ponerla de vez en cuando), llevado adelante de forma magistral por la muñeca de un director que no solo la tenía clarísima sino que, además, se tomó el laburo de registrar y homenajear situaciones que los lectores habían vivido en papel años, décadas atrás, para congraciarse aún más con los fans del personaje. Con sus aciertos y errores esta 1er saga de Spider-man nos emocionó y nos hizo saltar de la butaca lo suficiente como para que, aún con ese cierre fallido, permanezca en nuestros corazones protegida de cualquier ridícula –pero evidentemente inevitable para muchos- comparación. Esta es una nueva década que tiene una fresca reinterpretación de nuestro vecino favorito, misma que inició exactamente 10 años después de la saga anterior. Vamos a por ella.

Pecados de Padre

En esta segunda entrega muchos de los involucrados repiten roles. El director, Marc Webb, una vez más se desentiende de meter mano en el guión y se limita a lo que sabe hacer, demostrando que se ha curtido un poco –un poco, no exageremos- en lo que se refiere a las escenas de acción, y no ahorra recursos ni tiempo en hacernos sentir lo “cool” que es ser Spider-man, haciendo uso de la potencia de la tecnología moderna en FX’s y poniendo el foco en otorgar una imagen más clara y nítida para acentuar la espectacularidad de las escenas logradas, tomando distancia de aquellas escenas nocturnas que supo darnos en su film anterior. Si bien en esta secuela Webb no cambia el clima del relato, sí se deja apreciar un esfuerzo en otorgar una mejor fotografía y un acercamiento aún mayor a la sensación de los sentidos alterados de nuestro amigo Parker, sin perder la sutileza que caracterizó la
1er entrega. Y es que Webb sigue pelando chapa de ser un director que viene de otro palo, y en la pantalla se deja ver la tensión constante entre un film de acción y una comedia romántica con tintes dramáticos, que se me figura es una proyección del conflicto interno de Marc, y que no necesariamente resta al producto final, sobre todo si esta tensión está bien orquestada y editada, como es este el caso. De todos modos, nobleza obliga, no puedo dejar de mencionar que a algunos de los amigos que me acompañaron a ver esta película el film se les hizo muy largo, lo que denota quizás una falta de ritmo. El punto fuerte de Webb y los guionistas sigue siendo la relación entre Peter y Gwen, y si bien esta vez ese no es el foco principal, es el marco que le da sentido a la aventura. El humor es, una vez más, un fuerte protagonista de la cinta, y desde mi lado bienvenido, y si me tengo que dejar llevar por lo que percibí en el cine y en mis amigos, celebrado por todos… y está bien que así sea: los gags visuales y los chistes malos salidos de boca de Peter son claves en las mejores etapas del personaje en papel.

True Lies

Así como repite Webb en la dirección, también regresan Andrew Garfield y la bellísima Emma Stone como Peter Parker y Gwen Stacy respectivamente, acompañados por Sally Field que retoma su papel de la Tía May, y fugaces apariciones de parte del elenco anterior, en flashbacks, videos e inclusive en alguna que otra sorpresa. Como todos recordarán, el final de The Amazing Spider-Man (2012) nos dejó a un Peter atormentado por intentar cumplir la promesa que le hizo a un moribundo Capitán Stacy –magistralmente caracterizado por el genial Denis Leary- de alejarse de Gwen para no exponerla a los peligros que rodearán a Spider-man… para romper la misma 30 segundos después porque… bueno, porque Gwen está buenísima y el padre está muerto y no puede opinar, que carajos. ¿Quién puede culparlo por eso? Es así como Webb en esta secuela decide explorar las consecuencias de la telaraña de mentiras que rodean a nuestro héroe: las que conciernen a la muerte de sus padres y el motivo del abrupto abandono que hicieron de su persona, las que giran alrededor de Industrias Osborn y sus secretos experimentos con material genético derivado de animales e insectos que podrían tener fines militares, y finalmente las que se cierran sobre Spider-man y sus afectos. Fuera de esta ecuación queda Gwen, la cual se transforma no solo en la compañera ideal de Peter, comprendiendo la necesidad de la existencia de un héroe como Spidey, sino también en el soporte y confidente íntimo, incluso en momentos desesperados y a punto de ebullición. Los diálogos entre ambos no solo suman, le dan color y profundidad al film, además de ofrecer la columna vertebral necesaria para que el resto de las fichas puestas por Webb encajen de forma natural. No cabe duda que para el director esta pareja es el alma del relato, y esto le va a jugar a favor en los momentos de mayor tensión y drama, e incluso en alguna que otra escena de acción.

Ahora son tres

Villanos: dícese de las personas malignas -especialmente en la ficción- que ejercen la maldad deliberadamente y que se enfrentan al héroe, y como tales, son un recurso argumental casi inevitable, y más que los héroes, elementos cruciales sobre los que gira la trama.

Está claro que Webb y los guionistas se toman esta definición a pecho y la aplican tal cual la acabamos de leer. Tanto en el film anterior como en este los villanos son ni más ni menos que eso: elementos funcionales a la trama. Sus motivaciones son ridículas, sus argumentos vacíos de contenido y sus caracterizaciones caricaturescas, al punto tal de que por momentos nos causan vergüenza ajena, porque no tenemos 10 años y no estamos viendo Frozen (2013), ponele. 
Para los que vieron algunos de los avances ya estarán al tanto de que en esta secuela el número de oponentes al que deberá castigar Spidey se elevó a 3, y lamentablemente lo único en lo que esta producción no pudo mejorar y avanzar de su predecesora es en presentarnos enemigos con los que logremos conectar y generar empatía, o a los que sencillamente podamos comprender y hasta inclusive admirar. Los villanos de esta reboot de Spider-man están a años luz de distancia de lo que incluso producciones análogas del sub-género nos suelen mostrar: no vamos a encontrar ni la sombra del correcto Ra's al Ghul de Liam Neeson, ni la suela de la bota del magnífico Loki de Tom Hiddleston ni la uña magullada del dedo gordo del pie izquierdo del inolvidable y eterno Joker de Heath Ledger.

Las decisiones estéticas que se tomaron son cuestionables pero en mayor o menor medida entendibles, y el casting es sin dudas acertado ya que dos de los tres actores tienen mucha chapa encima (¡uno de ellos, Jamie Foxx, incluso ganó un Oscar, y ha trabajado con Tarantino, Michael Mann y Sam Mendes!), pero la forma en la que los personajes se presentan, la manera en la que quedan atrapados en las redes de nuestro héroe y sobre todo la sobre-caracterización que presentan -acompañada por una pobreza de diálogos que deja las líneas acartonadas de los cartoons yanquies de acción de los ’80 como producciones de Woody Allen para la t.v. infantil, en comparación- no solo no termina de cuajar con el resto de la producción, hace ruido todo el tiempo y por momentos obstruye la fluidez del relato. Lo único que logra que nos sobrepongamos a este continuo malestar es la intensidad de las escenas de acción y la espectacularidad de algunos efectos relacionados con los poderes de estos villanos –aunque se nota, también, que en algunas secuencias les faltó un poco de tiempo para la post-producción-, que sumados a una trama fuerte y bien estructurada -cuando evita interpelar a los villanos- nos da un film sólido, muy entretenido y muy emotivo, y que no se priva de guardarse un par de sorpresas arañando el final, no solo para el fan del comic sino también para el espectador ocasional.

Lamentablemente, otro que estuvo un poco tibio fue Hans Zimmer y su banda sonora, que apenas si logró acompañar el film con elegancia y buen gusto, y regalarnos un par de buenos momentos en algunas escenas de acción, pero no pudo colocar un solo tema en el inconsciente colectivo, tal y como nos tiene acostumbrado en producciones de este tipo.
Como verán, evité –hoy más que nunca- adelantarles detalles de la trama, en pos de poder cumplir con mi promesa de no spoilear algo que sea meritorio de descubrir durante la experiencia de ver el film. En resumen, lo que tienen que saber quienes aún no vieron The Amazing Spider-Man 2 (2014) es que este es el comienzo de la expansión del universo de Spidey; aquí se van a abrir mil y un posibilidades para el futuro, muchas de las cuales se van a explotar y desarrollar durante esta cinta, y en el camino van a gozar mucho con intensas e impensadas acrobacias del arácnido como pocas veces vimos, salpicadas por constantes humoradas y enmarcadas en una historia emotiva que se hace fuerte cuando más humana se pone, pero que no desatiende el componente sobrenatural característico del personaje. Si van con pocas expectativas y cero prejuicios es muy difícil que no disfruten de la cinta y no vean justificada su inversión, y si tienen dos dedos de frente y son conscientes de que este es otro film de Marvel, no van a abandonar la sala hasta no ver todos los créditos caer, así pueden ser testigos de otra sorpresa que La Casa de las Ideas les tiene preparados. Y si disfrutaron de este texto, entonces probablemente nos volveremos a leer la semana que viene aquí, en Tierra Freak.