miércoles, 2 de abril de 2014

Series de “Autor” - El Gabinete del Dr. Morholt.



Seamos honestos, nadie se acuerda de los directores de una serie de televisión. Quizás porque, salvo en True Detective que fue una de las premisas de la serie, es difícil encontrar una en donde todos los capítulos los dirija el mismo tipo.

Es por eso que siempre hablamos de “el creador” o “el productor ejecutivo” o hasta “el guionista” de tal o cual serie.

Y esas pueden ser las que llamamos “series de autor”, es decir no una serie desarrollada por una cadena en especial, o por un canal en especial, sino que tiene una especie de “sello de calidad”, una referencia que nos llama a verla con cierta clase de expectativas.



Es así como “Star Trek” es conocida como “la creación de Gene Roddenberry” (aunque no dirigió ni un solo capítulo de ella, pero sí escribió muchos), “Buffy The Vampire Slayer” es de Joss Whedon (a pesar de que sólo dirigió 22 episodios y escribió no más de 6) o para hacer una referencia más actual “Lost” y “Fringe” son “las series de J. J. Abrams” (aunque de Lost sólo dirigió el piloto y de Fringe ni eso, y sólo escribió menos de 10 capítulos entre las dos series).

Es decir, y con esto voy a decir sólo una obviedad, pero tengo que hacerlo; la idea de las series de autor es sólo una cuestión de marketing y muy pocas veces se nota verdaderamente la influencia de una sola persona en el desarrollo creativo de un producto televisivo, más cuando hay directivos de los canales de por medio (y quizás por eso una gran serie como Firefly duró sólo una temporada).

Hoy voy a hablar de dos series recientemente estrenadas (pero que vienen siendo producidas hace un tiempo ya). Una de ellas confirma totalmente la aseveración anterior, la otra me tapa la boca y me manda a freír churros.

Believe (la que confirma la cosa)

Puede que el gran público (como se le dice normalmente a aquellos que sólo consumen productos audiovisuales sin saber de actores, productoras, estudios y demás) conozca ahora a Alfonso Cuarón como el director de la gran “Gravity”, ganadora de 7 premios Oscar incluido el de Mejor Director. Y si bien en TierraFreak tenemos nuestra opinión de estos premios, es otro gran sello de supuesta “calidad” en lo que a cine se refiere.

Pero más allá de lo que diga la Academia de Hollywood, Cuarón es un gran director que nos dio muy buenas películas como “Children of Men” o “Harry Potter and the Prisoner of Azkaban“ (la única de la saga de Harry Potter realmente potable como película), por lo que cuando se promociona una nueva serie “de Alfonso Cuarón” es muy difícil no acercarse a ella con altas expectativas.

El problema con las expectativas es que son prejuicios (pre-juicios), o sea juicios de valor hechos antes de tiempo, antes de experimentar los hechos.

Y el problema de los pre-juicios es que comúnmente son erróneos.

Esto es lo que pasa con “Believe”, la “serie de Alfonso Cuarón” que, aparte, fue vendida con otro supuesto sello de calidad al decir que también es producida por J. J. Abrams.

La serie apesta por todos lados, cae en todos los lugares comunes que pueden existir y nos deja con el sabor en la boca de haber perdido demasiados minutos de nuestra escasa vida.

“Believe” es la historia de una nena con poderes mentales que fue criada por un grupo de malvados científicos que la quieren usar como un arma vendiendo sus poderes al ejército de los Estados Unidos. El tema es que un grupo de esos científicos tiene un rapto de humanidad y entiende que los poderes de la nena deben ser usados para algo más beneficioso y la raptan de los científicos malos.
Para cuidar de la nena rescatan de la prisión a un condenado a muerte (que en realidad es inocente, obvio), que no sabe que en realidad es su padre y por eso lo eligen para el trabajo.

Mientras escapan del FBI y de los malvados científicos (unidos en su búsqueda porque la nena es un arma potencial que no puede estar en otras manos que no sea las del gobierno federal), ella y su padre tienen aventuras arreglando la vida de las personas con las que se cruzan para demostrar que los poderes de la nena pueden ser utilizados para el bien, mientras se conocen y forman una relación a pesar de que ninguno de los dos sabe que están relacionados (extrañamente a la nena nunca se le cruza la idea de “leer” al tipo que la cuida para ver quién es, pero lo hace con todo el resto del mundo).

La serie es tan mala que las actuaciones son horribles (a pesar de contar con dos muy buenos actores como Delroy Lindo y Kyle MacLachlan, sí nada más ni nada menos que el agente especial Dale Cooper de “Twin Peaks”), la dirección es horrible (a pesar de que el primer capítulo, dirigido por Cuarón, tiene algunos momentos interesantes), las locaciones y el arte no destacan en lo absoluto y los desenlaces de cada capítulo son insoportablemente inverosímiles (al estilo de “me está persiguiendo todo el FBI, con una alerta a nivel nacional, pero con sólo subirme a un tren me los saco de encima”).

Ya desde la producción esta serie vino mal parida, Mark Friedman (co-creador junto con Cuarón) abandonó el proyecto antes de que se emitiera el primer episodio, Dave Erickson (quien reemplazó a Friedman) la abandonó dos meses después. Cuarón mismo después de dirigir el primer capítulo sólo aparece en los títulos como “Productor Ejecutivo” porque más no se puede despegar del producto (quizás cuestiones contractuales con la NBC).

Cualquiera que haya disfrutado de una película de Cuarón va a detestar esta serie. Realmente terminamos cada capítulo con la pregunta “¿en qué estaba pensando?” (y la pregunta es tan válida para uno que vió el capítulo como también para Cuarón que lo produjo).

From Dusk Till Dawn (la que me cierra la boca) 

Cuando Robert Rodríguez dirigió hace muchos años su primera película “El Mariachi” dejó su marca en la manera de hacer cine. Según cuenta la leyenda la filmó con sólo 7 mil dólares y reciclando pedazos de fílmico que encontraba en la basura del estudio donde trabajaba.

Allá por el año 1996 nos dio una película difícil de catalogar, porque es una mezcla de acción, roadmovie, policial durante la primera mitad para transformarse en una de terror ultragore, con vampiros chupasangre en la segunda. Algo así fue “From Dusk Till Dawn”, protagonizada por George Clooney, Quentin Tarantino (quien también la escribió), Harvey Keitel y Juliette Lewis… ok, y la presencia imposible de olvidar de Salma Hayek.



Hablar de Robert Rodríguez es sinónimo de cine entretenido, sea con “Desperado”, “The Faculty”, la saga de “Spy Kids” o la saga de “Machete” (y hasta “Planet Terror”, para mí una de sus más flojas), no se puede negar que sabemos más o menos qué esperamos cuando vamos a ver una película de este director (y muchas veces escritor de sus proyectos).
 
Por eso cuando el año pasado se empezó a hablar del canal de Robert Rodríguez llamado “El Rey Network”, donde íbamos a poder ver todo lo que a este director texano le gustaría ver en un canal de televisión (es decir películas de tiros, de terror y de artes marciales, mezcladas con series de ciencia ficción y fantasía), muchos nos pusimos muy contentos… pero cuando aparte se promocionó como el caballito de batalla de este nuevo canal una serie basada en la película del 96 de Rodríguez, pues muchos dudamos de este paso a la pantalla chica.

¿Qué quedaba para contar de esta gran historia que mezclaba tantos géneros y tenía tantas escenas inolvidables? O sea, pasaron casi 20 años de la película ¿qué podía ofrecernos que ya no hubiese hecho ya?

Según el director “La película fue el cuento corto, la serie es la novela” y con eso explica la suma de nuevos personajes que antes no existían (pero que nunca te dijeron que no existían) y principalmente el desarrollo en profundidad del templo con fachada de bar en donde se reúnen los protagonistas del film.

Según dijo en una entrevista “me encantó la idea de volver a esos personajes tan maravillosos que creó Quentin, porque en la película teníamos tan poco tiempo para contar cosas sobre ellos, pero realmente son muy desarrollables y con muchas facetas que no se tocaron. Y si bien se ven algunas señales de lo que te ofreció la película a nivel historia, la idea es ir por una dirección totalmente distinta”.

Y ciertamente lo es, porque la serie parece enfocarse en la extraña forma de comportarse de Richard Gecko (al que interpretaba Tarantino en la película), que parece una demencia, pero que no lo es tanto. Porque a Richard parece estar llamándolo mentalmente la entidad Satánico Pandemonium (quien era interpretada por Salma Hayek en la película), una extraña criatura demoníaca conocida como la “Amante de la noche” que viene de tiempos antiguos a la cual un culto sangriento le rinde pleitesía. Esos que todos pensamos que eran simples vampiros. 

“Cuando leí el guión de la película no pensé en vampiros específicamente, sino en unas bestias con forma de serpiente que chupaban sangre, casi como vampiros, pero no como los convencionales, más con referencia a una vieja cultura pre-maya. Y si bien en la película sólo se entiende eso en la escena final, cuando se ve el templo y con eso decimos “ojo que acá hay mucho más de lo que contamos”, en la serie la idea es desarrollarlo.”

Según contó el director ya se firmó para la segunda temporada, porque la historia no se va centrar toda en los personajes de película y tienen planeado escribirla para que dure varias más.

Los protagonistas de la serie son, por ahora, D.J. Cotrona (que interpreta a Seth Gecko, el personaje que hacía Clooney en la película), Zane Holtz (haciendo de Richard Gecko), la hermosa Eiza González (haciendo de Satánico Pandemonium), Robert Patrick (que interpreta a Jacob Fuller, al que interpretaba Keitel en la película) y Madison Davenport (Kate Fuller, que era interpretada por Lewis en la película).

A ellos se les suman Jesse García, que le da vida al ranger de Texas Freddie Gonzalez que va en busca de los famosos Hermanos Gecko; Don Johnson, como el mentor de Freddie y una de las víctimas de los Gecko y Wilmer Valderrama (más conocido como Fez de “That ´70s Show”), como Carlos, ese misterioso personaje con el que se comunicaban los Gecko en la película para que les ayudara a cruzar la frontera.

En la serie se trabaja con muchos flashbacks, tiene mucha acción, una trama mucho más enredada que la película y una fotografía y dirección maravillosas.
Las actuaciones… son un tema aparte. Es difícil no hacer la comparación con los personajes interpretados por los actores de la película.

Ahí es donde podemos ver que la interpretación de Holtz difiere mucho de lo que hizo Tarantino en el 96 y está bien que así lo haga porque parece ser un personaje muy diferente, o por lo menos más complejo. No pasa lo mismo con el trabajo de Patrick como el ex-reverendo Fuller, que hace el mismo buen trabajo que hizo Keitel, por ejemplo.

Pero lo que hay que destacar es, a mi parecer, la actuación de Cotrona que está actuando directamente como Clooney… o sea, está haciendo de George Clooney. Le imita los gestos, las posturas, la manera de hablar de una manera fabulosa. No es que uno quiera ver a Clooney en vez de a Cotrona, pero hay que tener en cuenta que el personaje de Seth Gecko lo conocimos primero con la interpretación de Clooney, entonces es una muy acertada decisión que se lo rememore con sus gestos y manerismos, porque nos retrotrae constantemente a la película y nos da una cierta idea de continuidad entre los dos productos. Habrá que ver si Cotrona está a la altura de despegarse de Clooney y empezar a darle sus propios toques a Seth, pero por ahora es una interpretación impresionante.

Robert Rodríguez dirigió 3 episodios de la serie y escribió 2. Es decir que su involucramiento en el producto es mucho y se nota.

La serie generó tan buena crítica que Netflix la compró para que se pueda ver mundialmente con su sistema pre-pago aparte de en El Rey Network, donde se estrena el mismo día.

Cuando hay un autor en serio comprometido en un proyecto se nota. Y con “From Dusk Till Dawn” se ve claramente.

Quizás no sea entonces una cuestión de marketing, sino que solamente el marketing se adueñó y bastardizó la idea de las series de autor, o quizás así como lo fue Rodenberry en su momento, Rodríguez sea sólo una excepción. Digo, porque siempre hay algún Cuarón o Abrams para arruinarnos la esperanza. Y si no, recuerden “Alcatraz”.