jueves, 1 de noviembre de 2012

Ese Monstruo llamado Disney - La Columna de Logan.



Creo que para el fandom geek/nerd/freak la noticia de la semana sin duda alguna fue la adquisición de The Walt Disney Company de Lucasfilm, mismo que incluye todas sus franquicias fílmicas, las cuales, por supuesto (casi siento que es ridículo mencionarlo) incluyen las Sagas de Star Wars e Indiana Jones.



Cuando el tipo de consumidor que soy yo –y que creo es muy parecido al promedio del lector de este sitio- se entera de la existencia de Disney es, en general, por este tipo de movidas, ya que nos creemos fuera del target de esta compañía, sin embargo cuando comenzamos a hilar más fino en las empresas que este conglomerado ha adquirido en los últimos 20 años, claramente de una forma u otra somos consumidores –muchas veces asiduos- de una enorme cantidad de sus productos. La última compra de Disney que provocó un revuelo y nos llamó la atención fue la adquisición de Marvel Entertainment en el 2009, y sin nos fijamos en los números hay un detalle que me parece digno de destacar: tanto Marvel Entertainment como Lucasfilm fueron adquiridas por 4.000 millones de dólares y monedas. Parece que esa es la “tarifa plana” para comprar franquicias de este tipo en los últimos años, vieja. Si te sobran 4.000 millones de dólares, yo que vos me acerco a Warner y pregunto por D.C., no sé, fijate…


Pero al leer estas noticias la primera pregunta que me viene a la mente es ¿Cómo? ¿Cómo logra Disney adquirir estas franquicias? Y a raíz de la misma, comencé una pequeña investigación sobre esta compañía, la cual voy a compartir con ustedes, para finalmente terminar en los detalles de la última movida.

¡Un médico a la izquierda!

Saltando lo obvio que ya casi todos conocemos sobre el origen de la misma y los comienzos de su expansión hacia otros lugares que no fueran exclusivamente la animación, como por ejemplo la apertura del 1er parque de diversiones temático en 1955, el primer punto de inflexión significativo se da a fines de los ’80, superando una de las crisis más grandes que tuvo Disney, misma que estuvo a punto de dejarla 3 metros bajo tierra. Con ABC y Touchstone Pictures bajo el brazo, The Disney Channel en casi todas las señales de cable yanquies y Buena Vista International distribuyendo todos sus films, nada generaba los ingresos necesarios para salvar a Disney de la bancarrota, entre otras cuestiones porque hacía años no tenían un éxito de taquilla en los cines. De la mano de Ron Clements y John Musker en la dirección (este último también director de éxitos posteriores como Aladdin y Hercules), se la juegan el todo por el todo y ponen toda la papota en la producción de un único film,  The Little Mermaid, que termina estrenándose en 1989 y se convierte en un éxito de taquilla, gana 2 Oscars e inaugura una nueva etapa dorada de animación clásica bi-dimensional para la empresa del ratón más famoso de la historia, misma que podríamos considerar finalizada con Tarzan, de 1999, último gran éxito de taquilla de este tipo de largometrajes.

Es así como la década de los ‘90 Disney la penetra pisando fuerte: ya con los derechos de los Muppets bajo el brazo comienza a cotizar en la Bolsa de Valores de New York (BNNY) y adquiere a Miramax Films, y durante la misma acuerda la promoción y distribución del 1er largometraje animado 100% en CGI de Pixar Animation Studios, Toy Story, y comienza aquí una prolongada –y muchas veces complicada- relación entre ambas empresas que finaliza en el 2006 cuando finalmente… oh, sí, adivinaron: Disney adquiere Pixar. Win win. En el camino, un reguero de éxitos animados conocidos por todos (en 2D y CGI) que le significaron miles de millones de dólares en taquilla y merchandising. Si a mediados de los ’90 sorprendió la adquisición de ESPN en relación a la expansión de Disney en la T.V., el comienzo del nuevo siglo seguiría reparando sorpresas con la compra de Fox Family Worldwide, que incluía el canal Fox Kids y Saban Entertainment, por 3.300 millones de dólares (¡En el palo de los 4.000!). En este contrato se incluía a Toei Company y su subsidiaria Toei Animation, así como los derechos para América de las producciones Japonesas Super Sentai y Digimon, los derechos de la saga Power Rangers (con la posibilidad de poder producir futuros films y series de T.V. de esa franquicia) y de todas y cada una de las producciones televisivas de Saban Entertainment, como por ejemplo los cartoons de T.V. de los años ‘90 de Marvel Comics, uno de los primeros acercamientos entre el ratón y el padre de Spidey. Mal que les pese a muchos la relación entre el monstruo del Tío Walt y Japón no solo no descendería sino que crecería hasta niveles insospechados: ya a fines de los ‘90 había cerrado los derechos de distribución internacional de todos los films del Studio Ghibli y en el 2009 se hace con los derechos de Naruto Shippuden (uno de los animes más exitosos de los últimos años) para doblarlo y emitirlo en Disney XD, el canal para pibes y adolescentes que se separa unos grados de los productos más clásicos de esta empresa.
Sin lugar a dudas la expansión más agresiva y brutal se dio en los últimos 10 años, y el responsable de la misma es el empresario Bob Iger, que cuando asciende como CEO de esta compañía deja muy en claro que las proyecciones para los próximos años eran mejorar y depurar los activos que tenían (depurar significaba sacarse de encima lo que no rendía como esperaban, como por ejemplo Miramax, que la terminan vendiendo en el 2010 por casi 700 millones de dólares) y comenzar a mojarle la oreja a sus tres grande competidores con las adquisiciones: Time Warner, Fox Entertainment Group y el conglomerado multimedio Viacom. Es así como a meses de su asunción, en el 2006, corta el constante histeriquéo con Pixar y la compra, y 3 años después adquiere Marvel. Corta la bocha.

Al día de hoy las señales de t.v. y compañías que forman parte de este gigantesco pulpo multimediático -que deja al Grupo Clarín como el Jar Jar Binks de los conglomerados, por cierto- es enorme: desde History Channel, A&E y Jetix, hasta el sitio de películas y series on-line Hulu, las ya mencionadas ESPN, ABC o la cadena Fox Family Worldwide. Tremendo.

 Y en este impresionante recorrido de compras y adquisiciones dejé de lado la no menos despreciable expansión que tuvo Disney en la industria de la música. Usando como plataforma de lanzamiento el Disney Channel y la Radio Disney y utilizando las instalaciones y la infraestructura del Walt Disney Records y el Hollywood Records para la producción, Disney es una máquina imbatible de formar e imponer artistas y grupos de Pop con un claro target adolescente. Desde la trilogía de High School Musical pasando por Hannah Montana y Camp Rock, de sus entrañas han nacido y se han desarrollado “artistas” tales como Miley Cyrus, Demi Lovato, Selena Gomez, Hilary Duff o los Jonas Brothers, y a través del famoso programa The Mickey Mouse Club dieron sus primeros pasos Christina Aguilera, Britney Spears, Justin Timberlake... ¡y Ryan Gosling! Pero no termina todo ahí: la lista de grupos o artistas que han grabado discos en Hollywood Records es también considerable y no siempre se corresponde con el target de la empresa, dado que entre sus filas están Danzig, Duran Duran, Queen con Paul Rodgers, Fastball y Fishbone.



Back to The Future

Volviendo al presente y a la noticia que disparó esta nota, apenas le acercaron un micrófono a Lucas para que opine sobre esta compra, dijo: “Es tiempo para mí de pasar La guerra de las Galaxias a una nueva generación de directores. Siempre creí que Star Wars me sobreviviría, y pienso que es importante iniciar la transición mientras viva”, y agregó que “el tamaño y la experiencia de Disney da a Lucasfilm la oportunidad de abrir nuevas vías en las películas, la televisión, los medios interactivos, los parques temáticos, el entretenimiento y los productos de consumo”. Para Lucas el tamaño sí importa, obviamente.
Disney ahora pasa a ser propietaria de las divisiones de animación, efectos especiales, audio y postproducción, y los negocios de productos de consumo de Lucasfilm. Esto incluye a LucasArts, Industrial Light & Magic y el Skywalker Sound, más las subsidiarias encargadas del marketing, los libros y todas las webs. El cierre de este trato, para colmo, se da con una sorpresa que se tenían guardada bajo la manga: el anuncio de que en 2015 se estrenará un séptimo episodio de la saga nacida en 1977. Y no conforme con eso Robert Iger confirmó unas horas después que habrá Star Wars VIII y Star Wars IX, o sea: toda una nueva trilogía. Mark Hamill felicitó por Twitter a George Lucas por la venta, y avisó a sus seguidores que aún no tuvo novedades acerca del próximo film de Star Wars, pero que nos mantendrá informados (?)

Con esto, 2015 podría ser considerado fácilmente EL AÑO DEL GEEK si nos basamos en lo que serán los estrenos prometidos para el mismo: Avengers 2, la esperada película de la Justice LeagueAvatar 2 y ahora el estreno de la nueva trilogía de Star Wars. Un año para alquilar balcones, diría mi abuela…